martes, 13 de octubre de 2009

El FMI que acordó con Boudou guarda las mañas

DE DIARIO CRITICA 8-10-09

de los 41 acuerdos que tiene vigente el organismo, en 31 existen condiciones que exacerban las recesiones

El FMI que acordó con Boudou guarda las mañas

El ministro habla de un “nuevo Fondo”, pero las recetas son las mismas que en los años noventa, según un centro de estudios de EE.UU. Los gurúes ortodoxos de la City porteña celebran el giro del Gobierno.

Alejandro Bercovich
08.10.2009
El “nuevo FMI” que promociona Amado Boudou todavía se parece demasiado al viejo. Según un informe que publicó en Washington un renombrado centro de estudios heterodoxo con el que colabora el Nobel Joseph Stiglitz, el Fondo indujo a 31 países a aplicar políticas de ajuste, privatización, recorte salarial y ajuste de tarifas desde que estalló la crisis mundial el año pasado. De las 41 naciones con acuerdos vigentes con el organismo, sólo diez se salvaron de las famosas “condicionalidades” a las que el Gobierno volvió a exponerse al aceptar en Estambul que vuelvan las auditorías anuales del ente. Aunque el ministro de Economía reiteró ayer que esas revisiones serán “estrictamente técnicas”, el informe de 97 páginas detalla la manera en que los técnicos que reportan a Dominique Strauss-Kahn “exacerbaron la recesión” cada vez que se entrometieron. También cuestiona al organismo por haber propiciado que el Estado interviniera para frenar la crisis en los países ricos, mientras recomendaba que se retirara en las naciones más atrasadas.



El informe fue difundido por el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por su sigla en inglés) y lleva la firma del economista Mark Weisbrot, con quien Stiglitz suele publicar notas en conjunto.

Tras un exhaustivo análisis de todos los pactos vigentes con el FMI, el texto concluye que veintitrés de ellos forzaron la aplicación de ajustes fiscales, que otros veintidós derivaron en una restricción de la cantidad de dinero en circulación, que dieciocho involucraron recortes reales de sueldos para los empleados públicos y que otros doce hicieron subir las tasas de interés, como dicta el credo de la ortodoxia monetaria ante el más mínimo riesgo de inflación.

Las naciones donde el estudio detectó los peores daños de las últimas recetas fondomonetaristas están en Asia y el Este europeo. Son Ucrania, Letonia, Rumania, Hungría, Armenia, Bielorrusia y Pakistán. Pero también hubo nuevas víctimas latinoamericanas, como El Salvador, Guatemala y Costa Rica.

Las únicas intervenciones “virtuosas” frente a la crisis que el CEPR le reconoce al Fondo son las que desplegó en México, Colombia y Polonia, a los que extendió su nueva “línea de crédito flexible”.

Pero esos préstamos sólo se pusieron a disposición de los gobiernos que ya seguían sus recomendaciones antes de que se formularan. Los popes del Fondo Monetario aclararon hace tiempo que la Argentina está lejos de figurar entre los candidatos a obtenerlos.

El informe sostiene que en la mayoría de los casos los acuerdos “hacen foco en reducir la nómina salarial del Estado, en las privatizaciones y en la liberalización”. En los 31 pactos donde se incluyeron sus recetas tradicionales, el Fondo recomendó políticas procíclicas. Es decir, medidas que, “frente a una significativa desaceleración en el crecimiento o a una recesión, llevarían a exacerbar esas pérdidas”.

Ejemplos sobran. En Letonia –cuya economía caerá el 18% este año, el doble que la argentina en 2002– las medidas recomendadas “fueron parte de un esfuerzo para preservar un tipo de cambio fijo”. Según el CEPR, eso fue similar “a la política apoyada por el FMI en la Argentina durante su recesión entre 1998 y 2002, cuando un tipo de cambio fijo y sobrevaluado fue sostenido con decenas de miles de millones de dólares en créditos hasta que colapsó inevitablemente”.

En Afganistán, donde el Fondo desembarcó después de las tropas estadounidenses que buscaron sin éxito a Osama bin Laden, las órdenes fueron más tajantes. “De las veinticuatro empresas estatales cuya venta estaba en agenda, once ya fueron vendidas y otras seis se bajaron de precio para apurar su concesión”, celebra uno de los informes de avance de las misiones que envió el FMI a Kabul.

Para acceder a otra de sus ayudas, el gobierno de Bielorrusia debió eliminar los subsidios que daba para abaratar las tarifas de la energía y mantener a raya el precio de los bienes básicos. “Los valores de la vivienda y de la calefacción debían subir el 15% antes de que entrara en vigencia el último préstamo y probablemente treparían algo más en 2010 para ahorrar gastos”, denuncia el documento en el que se analiza la actitud del Fondo en medio de la peor crisis internacional en décadas.

Ajeno a la polémica y feliz por el apoyo de la City al giro que le logró imprimir a la gestión Kirchner, Boudou aclaró ayer que “no hubo ningún resultado formal” de la Asamblea Anual del Fondo en Estambul, donde aceptó en privado el regreso de las auditorías del ente al país.

De todos modos, el ministro ratificó que el 7 de noviembre se reunirá en Escocia con Strauss-Kahn para definir los términos en que se hará la revisión.

Será en la próxima reunión de ministros de Economía del G-20, el grupo que reúne a las potencias del G-7 y a las mayores economías en desarrollo.

Una charla contra el pago al Club de París

Los historiadores Alejandro Olmos y Daniel Marcos, autores del libro La deuda odiosa y denunciantes del endeudamiento de los años 90, ofrecerán mañana una charla sobre las negociaciones que inició el Gobierno con el Club de París, que reúne a las potencias acreedoras que reclaman en conjunto unos 6.700 millones de dólares.

Olmos, hijo del militante homónimo que inició la causa a raíz de la cual el juez Jorge Ballestero determinó el origen fraudulento de la deuda externa, aseguró que el pasivo con el Club es “sospechado de fraudulento y materia de investigación en la justicia federal”.

La charla tendrá lugar a las 18 horas en la Casa de Nazareth, ubicada en Carlos Calvo 3121, Buenos Aires, según informaron los organizadores.

Daniel Marx: “Se están dando pasos indispensables”

Daniel Marx fue el negociador por excelencia de la deuda externa argentina durante dos décadas, desde el ocaso de la dictadura hasta poco antes del desplome de la Alianza. En ese lapso, el peso de la deuda se multiplicó varias veces. Marx operó desde el Ministerio de Economía, desde el Banco Central y desde la banca privada. Fue alternativamente secretario de Finanzas de varios gobiernos y asesor de los acreedores que les reclamaban plata. Incondicional de Domingo Cavallo aunque se hayan distanciado en los últimos años, el economista hoy considera “indispensables” las gestiones de Amado Boudou para recomponer el vínculo con los mercados internacionales.

–¿Cómo evalúa el regreso de la Argentina al Fondo? –le preguntaron ayer por radio.

–Son pasos clave para recuperar el crédito para la Argentina en general. No sólo para el Gobierno. El sector privado también paga tasas de interés muy altas. Esto es volver a la normalidad.

–¿Qué impacto concreto cree que tendrá el acercamiento?

–Nada de esto nos garantiza el acceso directo al crédito, pero son pasos indispensables para lograrlo. Los funcionarios del Fondo también están lejos de tener la verdad o de ser infalibles, pero son necesarios para recuperar la normalidad.

–¿No ve una contradicción en el discurso de los últimos años y la vuelta hoy?


–La enorme mayoría de los socios del Fondo permiten la revisión que dicta el artículo IV. No implica condicionalidades. Es verdad lo que dice el ministro.

Miguel Kiguel: “No hay que restarle mérito a Boudou”

Miguel Kiguel fue subsecretario de Financiamiento de Menem y colaboró con Domingo Cavallo cuando se hundía el gobierno de la Alianza. Milita entre los neoliberales que siempre repudiaron verbalmente el kirchnerismo, aunque mejoró su relación con el Gobierno durante su reciente paso por el Banco Hipotecario. Hoy celebra el ascenso de Boudou.

–¿Cómo evalúa el acercamiento con el FMI?

–Me parece muy bien. Esto es parte de lo que uno esperaba. Una revisión anual. Habrá que ver si avanzan.

–¿Y el plan de Economía para después pagarles a los holdouts y al Club de París?

–Todo eso es factible. Hay dos líneas paralelas: una es FMI–Club de París, porque sin Fondo no hay acuerdo con el Club. Lo otro es la negociación con los holdouts, que abre la puerta más directamente a los mercados de capitales.

–¿Detecta un giro en la política oficial?

–En la parte financiera sí que hay un giro. Pero hemos tenido experiencias recientes de que estas cosas se dan vuelta. ¿Cuántas veces cambiaron las políticas con este Gobierno? Le íbamos a pagar al Club de París con reservas y después no se hizo.

–¿Cree que Boudou está convenciendo a otros miembros del Gobierno?

–Sí. Si uno mira lo que viene haciendo, ve que está ganando posiciones. Pocos han logrado esto. No hay que restarle mérito.

–¿Qué ventajas puede traer el giro?

–Muchas. Si baja el riesgo país va a haber más crédito y todo va a mejorar un poco. No podemos esperar un boom si seguimos aplicando controles de precios y otras barbaridades.

Carlos Melconian: “Es bueno que lo hagan, pero no les creo”

Carlos Melconian iba a ser el ministro de Economía de Menem si el ex presidente le ganaba a Néstor Kirchner en la segunda vuelta de las elecciones de 2003, a las que el riojano no se presentó. El consultor ortodoxo, de referencia en la City, adjudica el volantazo oficial en materia de deuda a que los mercados de capitales volvieron a disponer de liquidez tras lo peor de la crisis. Y asegura que el acercamiento con el FMI puede revertirse porque el matrimonio Kirchner “no lo encara con convicción”.

–¿Cómo evalúa el acuerdo con el Fondo para que vuelva a auditar la economía local? –lo consultó este diario.

–Yo tengo puntos de vista diferentes desde Adán y Eva a los que tiene el Gobierno sobre este tema. Lo considero algo totalmente descolgado de la vida. Ahora resulta que me puteé durante seis años con el Fondo y quiero un acuerdo exprés en 15 minutos. Si quieren hacerlo, que lo hagan. Es mejor que se haga. Pero yo no les creo.

–¿Si no es convicción, a qué responde que acudan al Fondo?

–El deterioro fiscal es muy importante y Argentina está aislada de conseguir un peso genuino. Ha hecho un “ultravivir con lo nuestro” y ahora no hay alternativas. Por eso la idea básica del Gobierno es volver a los mercados a cualquier precio. Volvieron los borrachos del tablón (N. de R.: los financistas extranjeros). Hace ocho meses no querían ver ni una pepita de oro y ahora volvieron con un hambre tremendo. Nosotros no sabíamos dónde estábamos, llegó Boudou y justo llegaron los borrachos del tablón. Es una coincidencia.

Roque Fernández: “Fui su profesor de economía en el CEMA”

Roque Fernández fue ministro de Economía y presidente del Banco Central durante el gobierno de Carlos Menem. Piloteó el ultraortodoxo Centro de Estudios Macroeconómicos (CEMA) junto a economistas como Jorge Ávila y Carlos Rodríguez, que impulsó la dolarización de la economía frente a la crisis de 2001. En esa misma casa de estudios Boudou hizo un curso de posgrado. Ahora defiende al ministro y su política de “normalizar las relaciones con el resto del mundo”.

–¿Cree que cambió la política sobre la deuda? –le preguntó Crítica de la Argentina.

–Sí. Se están dando pasos positivos. Boudou trata de decir que no cambia nada para no sonar muy contradictorio con la política del Ejecutivo hasta el momento, que siempre ha sido negar este tipo de acercamientos. Pero en realidad las declaraciones que hemos venido escuchando en estos años son todas contrarias al FMI y a la idea de tener una auditoría externa.

–¿Qué puertas abre la auditoría del Fondo?

–En principio implica emprolijar la relación con el resto del mundo. Para acordar con el Club de París hace falta la auditoría del Fondo. Los fondos privados hoy tienen mucha euforia y mucha liquidez y no están desesperados por invertir en la Argentina, pero siempre las carteras buscan un pequeño porcentaje de activos de alto riesgo, como los bonos de nuestra deuda. Y eso se puede aprovechar.

–¿Cómo lo ve a Boudou?

–Lo conocí antes de que fuera ministro porque tomó mi curso de Macroeconomía en la Universidad del CEMA. Sólo un trimestre, pero fui su profesor. Esto que hace ahora me parece bueno, pero me pareció pésima la nacionalización de las AFJP.

Enviado por Oscar Gasco del Foro de la Deuda de Mar del Plata

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