LAS CRISIS MUNDIALES Y EL FMI.
LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES DE CRÉDITO.
CONSIDERACIONES SOBRE EL PRESUPUESTO NACIONAL
Y LA ACTUALIDAD DE LA DEUDA EXTERNA.
La llamada Crisis del 30 no solamente significó un aumento universal de la pobreza, sino que en un mundo de abundancia, la población en general y sobre todo los más desamparados, se vieron indefensos ante sucesos económicos y financieros que pocos sabían cómo habían de ser interpretados. Una crisis que llegó, cuando el mundo y en particular el financiero, creía que para siempre se habían terminado las catástrofes económicas y que universalmente se evolucionaba sin temores ante un horizonte de bonanzas, donde hasta se habían terminado las guerras. Menos de una década después, comenzaba la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuya semilla germinó veinte años después de haber sido incubada en Versalles (1919). Había que evitar nuevas crisis y en consecuencia, al terminar esta última (1945) y a fin de “crear un nuevo orden financiero mundial”, se reunieron en Bretton Woods (Estados Unidos), representantes de cuarenta y cuatro países, casi todos vencedores en dicha guerra, que al llegar a un acuerdo, crearon el Fondo Monetario Internacional (FMI); que tendría como principio primario, con préstamos a corto plazo para casos urgentes, el mantenimiento del nivel de la balanza de pagos de los estados asociados, motivo inicial que gradualmente fue ampliado. Contemporáneamente, tiene origen el nacimiento del Banco Mundial (BM), cuya función primordial era otorgar préstamos a largo plazo a países que cumplieran ciertos requisitos, con objeto de coadyuvar a su desarrollo.
Los fondos del FMI, de los que el organismo puede disponer para lograr sus declarados fines (como asimismo los del BM), provienen de sus más de ciento cincuenta miembros, los que contribuyen al mismo, de acuerdo a sus posibilidades financieras. Por eso la influencia que tienen sobre su actuación, Estados Unidos, los países europeos y Japón, es preponderante. Lo que les permite manejar indirectamente a la institución. Y no sólo desde el punto de vista financiero, sino también económico y hasta político.
Se ha llegado a la actualidad, en que cada vez que se efectúa un préstamo (principalmente los llamados de salvamento , para permitir a los países deudores, pagar sus deudas. . . .con más deudas), la actuación del FMI pasa a ser su recupero con más los intereses correspondientes, para lo cual invariablemente se imponen al país obligado, medidas tales como devaluación monetaria, congelamiento de salarios y de subsidios, paralización de obras públicas y de servicios asistenciales, limitación de importaciones y varias más del mismo carácter, lo que lleva también invariablemente, a falta de trabajo, pobreza y desesperación a la población en general y en particular a los más humildes.
Así, préstamos de este tipo, se convierten en pan para hoy y hambre para siempre. En una especie de dogal, del que es difícil desligarse. El deudor no sale de su deuda y cada vez, pague y pague, debe más. El interés del acreedor, es continuar siéndolo indefinidamente. En el mejor de los casos sólo se pueden llegar a amortizar los intereses, mientras la deuda de capital acrece continuamente. El deudor, como bien la dice la Biblia, es esclavo de su acreedor. Además, ni siquiera con las trabas a los productos primarios, los acreedores del primer mundo facilitan ningún pago de lo real o supuestamente debido. Situación que desde luego no va a cambiar sino más bien se va a agravar, con su adhesión al ALCA (Tratado de Libre Comercio de las Américas) de países obsecuentes al imperio como México, Colombia y Perú y ni hablemos de otros como Chile y Uruguay, confiando en la benevolencia del zorro en el gallinero.
La carga de la deuda externa por parte de los países del tercer mundo, no sólo a los organismos internacionales de crédito, sino también a bancos y acreedores particulares de los Estados Unidos, Canadá, Europa occidental y Japón, ha hecho descender sistemáticamente el nivel de vida de todas las poblaciones de los países deudores, lo cual es una constante, que no tiene vistos de finalizar, siendo por el contrario que cada vez se agrava más. Y que hace a la deuda eterna.
Aquí cabría acotar que en 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Argentina era acreedora de Estados Unidos en 2.000 MD (millones de dólares) y de la Gran Bretaña en 3.000 MD. Sumas debidas a créditos a largo plazo por provisión de mercaderías, que no devengaban intereses y que estuvieron congeladas por los deudores por varios años, con el respaldo de su fuerza. Dichas sumas serían unos 40.000 MD al valor de 1983, lo que da una idea de la magnitud que tuvieron. Es entonces cuando retorna la democracia, que el gobierno nacional pierde la gran oportunidad de denunciar la deuda externa entonces existente y base de todas las demás, por ser ilegítima, fraudulenta, producto de la corrupción (fallo de la justicia federal) y tomada por un gobierno usurpador sin poderes para ello, lo que la hizo revestir en su totalidad, el carácter de odiosa, tema tratado por la justicia norteamericana antes y después de esa época. Pero faltó valor para ello, por el afán de subsistir en el gobierno y entonces al fin, no se logró ni lo uno ni lo otro.
Los fáciles préstamos internacionales de la década de 1970, obligaron financieramente a la casi totalidad de los países de la periferia del primer mundo, siendo nuestro país un claro ejemplo de dicha situación. La banca internacional disponía entonces de grandes sumas de dinero, depositadas en la misma por las jerarquías árabes del petróleo, al incrementarse de manera inusitada los precios de los hidrocarburos. Esos excedentes se colocaron en países sedientos de capitales (y con funcionarios sedientos de comisiones) muy fácilmente. Primero a plazos cómodos y a tasas bajas de interés. Pero pronto estos y estas cambiaron, se redujeron los plazos y el interés llegó en algunos casos, hasta el infinitamente usurario 22% anual. Lo que llevó a una asistencia constante del FMI a los deudores, con las imposiciones que significaban para los mismos recesión, austeridad, devaluaciones y pobreza.
En lo que hace a nuestro país, si bien se pagó la deuda con el FMI en 2005 (con fondos del Banco Central, que generan desde luego, nuevas deudas), no hay que olvidar que la Argentina no ha renunciado a su carácter de asociada a dicho organismo, que aún posee sobre nosotros en consecuencia, facultades de contralor y superintendencia, pues sus informes y decisiones, condicionan a cualquier banco del sistema financiero mundial, a otorgar o no nuevas ayudas o préstamos. Y mucho más ahora, que ante nuevas situaciones de cesación de pagos y siendo que el gobierno busca desesperadamente nuevas fuentes de financiación, se hace imprescindible a cualquier costo, el apoyo de dicho organismo. O sea que se va a volver a la misma situación de antes en relación a este, pese a todo lo declamado. A las palabras vemos nuevamente, que se las lleva el viento.
En lo que hace a las reservas de divisas del Banco Central (47.054 MD al 27 de noviembre pasado), tan declamadas continuamente, no hay que olvidar que estas están destinadas a ser manejadas prácticamente por un ente autónomo como lo es el Banco Central, que tiene como función específica conservar el valor de la moneda y así evitar los brotes de inflación, manteniendo una relación con el circulante que si era de 1 a 3, en la actualidad y para 2010, no debería pasar de 1 U$S por 4 $. Bien flexible por cierto y siendo además, que por obligaciones contraídas por el gobierno, sus recursos y en particular esa relación de 1 U$S por $ 3,19 -estimada por la Ley de Presupuesto para 2009 (ya a fines del presente año la misma es de 3,81 $ por 1 U$S)-, sólo pueden destinarse al pago de obligaciones relativas a la deuda externa. O sea que, visto desde la óptica del común habitante de nuestro país, que si tiene trabajo apenas le alcanza actualmente para subsistir, es una especie de visión fantasmagórica, que no evita ni la falta de trabajo, ni los sueldos miserables, ni la pobreza, ni la miseria y al fin de cuentas ni la misma inflación, como se ha manifestado últimamente. Dentro de su política y la del gobierno en materia económica, el Banco Central emite dinero sin respaldo, para comprar dólares en el mercado libre y así mantener su valor, frente a un peso devaluado. De esa manera incorpora “inflación” al mercado, la que es redimida teóricamente con la emisión que hace de deuda (letras y notas –lebacs y nobacs-) a corto plazo y con un alto interés, con lo que su propia deuda sigue creciendo siendo deuda que está igualmente a cargo del país. Lo que es digno de ser tenido en cuenta en cualquier supuesto.
Las perspectivas para el 2010 no han cambiado. Lo presupuestado en el instrumento respectivo para este año, no va a alcanzar ni para cubrir los intereses anuales correspondientes a los pagos de la deuda pública. ¿Entonces? Se seguirá contrayendo nueva deuda, repitiéndose entonces lo ya sabido: se reemplazan las viejas deudas por nuevas obligaciones y páguese lo que se pague, la deuda externa no sólo no va a disminuir, sino que hay una clara tendencia a que continuará aumentando, como en el último año. Así la Argentina, queda en brazos de la usura internacional, sin poder vislumbrarse, y menos aún con un menor desarrollo estimado de nuestra economía y a un aumento disminuido del PBI, para el año próximo (estimado en un 2,5 %), si algún día podrá salirse de esta angustiante situación.
Como México en 1982 y nuestro país en 2001, muchos países han entrado en cesación de pagos de sus obligaciones financieras. El futuro augura que tales situaciones volverán a repetirse. Los países más pobres del mundo no podrán indefinidamente, seguir subvencionando a los más ricos. El caso es por demás explosivo. Un jubileo aún parcial de la deuda se impone, como lo pidiera Juan Pablo II al llegar el 2.000, ante los oídos sordos de los poderosos. Si la deuda no deja algún día de serlo, la esclavitud y no metafórica de pueblos enteros, es un hecho y el círculo de la usura (condenada por todas las religiones y grupos morales del universo y hasta recordada por el propio Shakespeare en su famoso “El mercader de Venecia”) se habrá cerrado, la serpiente se habrá mordido la cola, con todas las consecuencias que tal hecho implica.
EL PRESUPUESTO NACIONAL
En noviembre de 2009, se sancionó la ley 26.546 (BO del 27 de noviembre de 2009) de “Presupuesto de gastos y recursos de la Administración Nacional para el ejercicio 2010”. Se dio así cumplimiento con lo dispuesto sobre Atribuciones del Congreso por la Constitución Nacional (art.75 inc.8). Cabe acotar la celeridad legislativa, ya que la Cámara de Diputados aprobó el proyecto después de 15 horas de debate (sic) y el Senado en 10 horas (lo que para estos últimos da una velocidad de presentación, discusión, votación y sanción de 8,33 minutos per cápita, lo que habla claramente de la capacidad de percepción, análisis y preocupación por la cosa pública, de cada uno de los senadores).
Así tenemos:
RECURSOS PARA 2010. . . . . . . . . . .$ 273.750.890.967
GASTOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 273.129.423.917
SUPERÁVIT. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 621.467.050
Este Presupuesto para 2010, es superior en más del 12 % (recursos) al de 2009 (los gastos aumentan un 17%), pero la variación real es menor, por la inflación producida en el año. Debiéndose acotar que para los precios al consumidor se prevé una inflación para el próximo año del 6,1%, lo que para toda la economía, se acerca al 10%. Así las cosas, el hombre de la calle ve sin embargo, que los índices oficiales no responden a la realidad, pese a los esfuerzos del INDEC pretendiendo demostrar lo contrario. Las consecuencias son fáciles de prever, ya que todo ello genera desconfianzas de todo tipo, que se extienden también desde luego, al ámbito internacional.
En lo que hace a la estimación del PBI, en 2007 fue justipreciado oficialmente en 230.000 MD; en 2008 en 300.000 MD y en 2009 en 349.438 MD. Esta estimación ha sido inflada continuamente, lo que no puede llegar a ser en la actualidad con relación a la moneda extranjera, pues la nuestra ha dejado de tener una paridad con el dólar estadounidense de $ 3,19 x U$S 1 y actualmente se encuentra en el orden de $ 3,81 x U$S 1. De lo que resulta que la estimación del PBI para 2010 en dólares estadounidenses, ha sufrido un retroceso, pudiendo ser ubicado en 300.000 MD. Así la relación deuda externa-producto bruto interno, puede estimarse en el 64% de esta última. Cifra por demás alejada de cualquiera proporcionada por el gobierno.
Los SERVICIOS de la DEUDA PÚBLICA, comparativamente con los anteriores presupuestos, serían:
2007. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 13.977.443.000
2008. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 19.069.300.000
2009. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 24.618.000.000
2010. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$ 26.575.000.000
Diferencia en más. . . . . . . . . . . $ 1.957.000.000
O sea que lo pagos a hacerse aumentaron con referencia al año anterior, en 1.957 M$ o sea un 7,5 %, si bien debería descontarse el efecto de la inflación anual, lo que hace un total inferior.
Esta cantidad de $ 26.575.000.000 (considerando la relación con la moneda estadounidense de 3,81 x 1, estimada últimamente), serían unos 6.975 MD. Suma que se anunció incluye los intereses de la deuda renegociada, pero que desde luego, no alcanza para pagar los intereses totales y anuales de la deuda externa debida y ni hablar de la deuda de capital. Los vencimientos anuales y sólo en el concepto de intereses, están entre 9.000 y 9.500 MD. Por consiguiente queda todos los años un saldo impago en el concepto de intereses, que pasa inmediatamente a integrar la deuda de capital, el que a su vez tiene que ser igualmente refinanciado, lo que lleva en consecuencia a generar nuevos intereses. Figura del anatocismo prohibido en derecho, desde la época del Imperio Romano. Y cabe acotar como corolario, que sólo en el concepto de intereses y por día, debemos pagar 28,8 MD, lo que hace nada menos que un millón doscientos mil dólares por hora. Y aquí se puede señalar que al rondar la deuda externa argentina en 190.000 millones de dólares, si nos la dieran a pagar en cómodas cuotas mensuales sin ningún tipo de interés ni recargo, el país debería pagar 15.830.000 dólares estadounidenses por mes durante 1000 años. Por contraer dicha deuda y sin contar lo ya pagado, equivale a haber gastado 260.273 dólares diarios, desde el nacimiento de Jesucristo. Quizás algunos de estos números ubique a muchos de nuestros cándidos y tranquilos compatriotas en la realidad.
El ingreso bruto por habitante, de acuerdo a los datos que surgen supra citados, estaría en U$S 7.500.
Como acotación general se puede afirmar según estimación del suscripto, que la DEUDA PÚBLICA TOTAL estaría al 30-6-09 en 193.383 MD, de los cuales 160.783 MD estarían siendo cumplimentados (deuda performing), pero quedando pendientes los 32.600 MD correspondientes a los acreedores que no aceptaron el acuerdo de Dubai (20.000 MD de capital más 12.600 de intereses). Faltarían agregar las deudas provinciales y municipales y las del sector privado.
Hay un dato muy interesante también, proporcionado por el discutido INDEC, que tiene relación con este tema y que asegura que hay aproximadamente 150.000 MD en el exterior, perteneciente a ciudadanos argentinos. Dicha suma bien pudo haber contribuido al desarrollo del país y a su seguridad económica, si se hubiera evitado tal fuga de capitales, con las medidas adecuadas para dar seguridad a los mismos y las fiscales para impedir a todo trance su evasión. O sea que el ahorro argentino debería haber evitado el contraer deudas usurarias y traer capitales explotadores de nuestras riquezas y de nuestra población. Aquél es uno de los caminos para lograr un progreso efectivo de nuestra economía y en consecuencia de nuestra sociedad., que siempre debió de haber tenido preferente atención. Ahora se buscar repatriar esos capitales, pero las perspectivas no son para nada optimistas, dada la poca seguridad jurídica que ofrece este gobierno.
Para terminar con los datos más salientes del Presupuesto 2010, hago digno de resaltar que se autoriza al Jefe de Gabinete de Ministros (y en su caso al Poder Ejecutivo Nacional –art.10-) en su Capítulo II, como Delegación de Facultades a “. . .introducir ampliaciones en los créditos presupuestarios aprobados por la presente ley. . .” (arts.8 y 9; sería malversación en otras épocas).
Por el art.49 se mantiene el “diferimiento” de los pagos de los servicios de la deuda pública del Gobierno nacional “. . .hasta la finalización del proceso de reestructuración de la totalidad de la deuda pública contraída con anterioridad al 31 de diciembre de 2001”. O sean los bonistas que no aceptaron el canje (holt outs). Y en consecuencia se autoriza al Poder Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas “. . .a proseguir con la normalización de los servicios de la deuda pública referida en el artículo 49. . . .quedando facultado el Poder Ejecutivo Nacional para realizar todos aquellos actos necesarios para la conclusión del citado proceso, a fin de adecuar de la misma a las posibilidades de pago del Estado nacional al dictado de las normas correspondientes”.
Otros datos de importancia son las excepciones temporales a la ley de responsabilidad fiscal, cheque en blanco para aliados provinciales, que seguirán recurriendo en la medida de sus posibilidades a nuevos endeudamientos y la certeza de que el poder ejecutivo nacional va a disponer de casi el 80% de todos los ingresos que se produzcan, quedando el famélico resto a las provincias, que tendrán que seguir inclinando la cabeza y peregrinando a Buenos Aires, amén de hacer buena letra para lograr subsistir.
Un último comentario: Con mucho optimismo, el Presupuesto estima el superávit de la balanza comercial para 2010, en alrededor de 14.000 MD (Exportaciones 65.173 MD; Importaciones 50.995 MD). Parece que son nada más que números dibujados, dada la situación económica mundial y con números en descenso comparando con 2009. Y una palabra con relación al intercambio con Brasil. Hace años que nuestra balanza comercial es deficitaria y en grado sumo. Estimándose en 2.000 MD el último ejercicio. Así, no sólo evitamos el desempleo en el vecino país, si no que estamos pagando su propio desarrollo a costa del nuestro y basta ver la inundación de productos en las góndolas de los supermercados, que antes se fabricaban en el país. ¿Es eso el Mercosur?
LA PLATA, diciembre 9 de 2009.
SILVIO H. COPPOLA
Miembro del Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada, del Foro Argentino de la Deuda Externa
Foro Argentino de la Deuda Externa
Regional La Plata, Berisso y Ensenada
lunes, 14 de diciembre de 2009
AGENDA PARA 2010.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario