REASUMIÓ CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER. Dejando de lado los eufemismos
del "doble discurso" y el "relato" ...
DIJO MUCHAS MENTIRAS
Vamos a tocar una sola de ellas.
Dijo: "Hemos terminado con el peso histórico de la deuda. Ahora tenemos que desarrollar una industria nacional competitiva en calidad y en precios"
Exponemos en los últimos 4 artículos del asesor y amigo de nuestro Foro Regional, el licenciado Hector Giuliano, LA VERDAD DE LA SITUACIÓN de la DEUDA PÚBLICA.
Recomendamos ESTUDIARLOS y DIFUNDIRLOS.
FORO ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada
DEUDA
PÚBLICA Y ELECCIONES 2013.
Por
Héctor GIULIANO (17.10.2013).
La
administración Kirchner ha conseguido, en principio, demorar la toma
de decisiones duras o traumáticas en materia económico-financiera
hasta después de las elecciones del 27.10 pero es muy difícil que
pueda mantener tal comportamiento después de esa fecha.
Los
resultados gubernamentales desfavorables de las PASO (que sirvieron
como sondeo pre-electoral obligatorio), el no reconocimiento oficial
de la grave situación fiscal que se está viviendo y el problema de
salud de la presidenta (justamente durante el tramo final de la
campaña parlamentaria) contribuyen a aumentar la idea de necesidad
pero también la de incertidumbre frente a las acciones concretas que
forzosamente tengan que ser adoptadas a muy corto plazo en nuestro
país.
El
presente trabajo trata de analizar el real cuadro de situación que
se le presenta hoy al gobierno Kirchner en materia especifica de la
Deuda Pública, que sigue siendo el condicionante total y absoluto de
todo lo que ocurre en la Argentina en materia financiera, económica
y política.
CUADRO
DE SITUACIÓN.
La
crisis del llamado Modelo K – independientemente del eslogan sobre
“crecimiento con inclusión social” – está dada por tres
factores centrales: 1) Atraso cambiario con Inflación, 2) Déficit
fiscal creciente y 3) Desequilibrio de la Balanza de Pagos.
Estos
tres factores se encuentran vinculados entre sí y están derivados
de un problema estructural común: la Deuda Pública Argentina.
El
Gobierno, la Oposición Política y los grandes Medios de formación
de la Opinión Pública soslayan la importancia determinante de la
cuestión de la Deuda pero los hechos les terminan siempre pasando
por encima.
Parafraseando
a Santayanai
este dilema puede resumirse hoy diciendo que quienes niegan la
realidad de crisis de la Deuda - con el falso discurso de la “deuda
manejable” y de la mentira del “des-endeudamiento” - están
condenados a estrellarse contra ella.
La
crisis de una deuda impagable – que como “agujero negro”
amenaza con tragárselo todo – es el factor determinante del
aumento exponencial de la Deuda intra-Estado, que se utiliza en gran
escala para atender los servicios crecientes de capital e intereses y
que ha terminado poniendo en juego la existencia misma del Banco
Central (BCRA) como banco.
El
problema clave e inmediato de la administración Kirchner es que su
política ha llevado a un nivel crítico la posición de Reservas
Netas del BCRA.
Al
30.9.2013 el stock de Reservas Brutas es de 34.700 MDiii,
pero si a ello le restamos 8.700 MD de Cuentas Corrientes en moneda
extranjera y 4.000 MD de Otros pasivos, correspondientes a préstamos
de divisas por parte de bancos extranjeros – subtotal 12.700 MD –
queda un saldo de Reservas Netas de 22.000 MD.iv
El
stock bajaría más aún con el uso adicional de reservas para seguir
pagando deuda externa - a través del llamado Fondo de
Desendeudamiento Argentino - que este año, en curso, prevé unos
8.000 MD para ello y que según el Presupuesto 2014 será de otros
10.000 MD (9.855) durante el año que viene.
Esto
implica que las perspectivas son de reservas declinantes y que los
niveles críticos bajarían en breve a unos 12.000 MD.
Y
aquí no está considerado el efecto de lo que puede ocurrir con la
deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac, que suman unos 135.100 M$ -
equivalentes a 23.300 MD – y que estarían calzadas con operaciones
de dólar a futuro en el Mercado Rofex.v
La
situación se agrava más todavía si se tiene en cuenta la
existencia de fuertes sumas acumuladas de Deuda Externa Privada, que
lógicamente no son deuda pública pero cuyas divisas tiene que
proveerlas el BCRA (y las tiene que proveer al tipo de cambio
oficial).vi
La
política de pago de Deuda Externa con Reservas Internacionales ha
llevado así a un virtual vaciamiento del activo de Reservas del
BCRA.
En
síntesis: la administración Kirchner ya no posee reservas realmente
disponibles en el BCRA y toda reposición de las mismas conlleva un
aumento mayor de su deuda cuasi-fiscal.
Este
debilitamiento de la posición de reservas netas está directamente
relacionado con el uso de las mismas para el pago de los servicios de
la deuda externa, amén que para atender las necesidades de los
nuevos desequilibrios de la Balanza de Pagos agravados por el retraso
cambiario (caso de importaciones energéticas, turismo de argentinos
al exterior, servicios económicos y financieros crecientes).
El
atraso del tipo de cambio – peso sobrevalorado, apreciado más
todavía por efecto de la inflación interna – se mantiene no sólo
como freno anti-inflacionario (con resultados muy discutibles) sino
también y fundamentalmente como medio para posibilitar los pagos de
la deuda externa.
El
retraso cambiario, en este aspecto, es una forma de sostener las
posibilidades de pago de la deuda externa dado que una
macro-devaluación llevaría a un nuevo default.
Pero
este mismo atraso del tipo de cambio es el que está precipitando la
crisis en la institución que maneja la política monetaria y
cambiaria nacional, que es el BCRA.
La
caída del nivel de reservas netas del BCRA, el empapelamiento de su
Activo por préstamos al Tesoro sin capacidad de repago - 73.300 MD
en total al 30.9.2013 (46.800 MD por Letras Intransferibles dadas
contra retiro de reservas más el equivalente a otros 26.500 MD por
Adelantos Transitorios) – y el aumento del stock de deuda a corto
plazo por Lebac/Nobac habrían llevado así al tope el límite de
endeudamiento del Banco para sostener al Gobierno Nacional.
La
pérdida de los superávits gemelos – fiscal y externo – ha
desnudado las falencias del modelo kirchnerista.
Así
como el stock de la Deuda Pública es fuertemente crecienteviii,
también lo son proporcionalmente los servicios de capital e
intereses que se derivan de la misma.ix
Más
de la mitad de la Deuda Pública está contraída hoy con agencias
del propio Estado, lo que le da un margen de maniobra para diferir
los pagos correspondientes; pero el gobierno no tiene capacidad de
repago demostrada sobre estas obligaciones y entonces está forzado a
mantenerse dentro de un mecanismo de Deuda Perpetua: todos los
vencimientos de capital se refinancian y además se toma deuda nueva;
mientras que sí se pagan los intereses y los cupones PBI.
La
deuda determina un déficit fiscal creciente y este déficit se cubre
con más Deuda: es el círculo vicioso perfecto de la usura, donde el
deudor vive pagando intereses, refinanciando capital y tomando más
deuda.
La
aprobación conjunta - por parte del Congreso - del Presupuesto 2014,
de la prórroga de la Emergencia Pública y de varios gravámenes
(principalmente el Impuesto al Cheque) hasta fines de 2015, le
permite al Poder Ejecutivo seguir manejando discrecionalmente las
finanzas del Estado hasta el fin de su mandato.
El
desequilibrio de las cuentas públicas le plantea al gobierno la
disyuntiva de tener que contener el déficit fiscal creciente no sólo
con las medidas de ajuste encubierto que están en curso – vía
aumentos parciales de la presión tributaria, incrementos graduales
de precios y tarifas de servicios públicos por disminución de
subsidios, reducciones relativas de gastos por finalidad y por
jurisdicción, freno de los aumentos salariales y jubilatorios, etc.)
– sino teniendo que pasar a políticas de ajuste formales para
aumento de ingresos y reducción de gastos y, sobre todo, asumiendo
nuevos escalones de endeudamiento público, internos y externos.
- DESEQUILIBRIO DE LA BALANZA DE PAGOS.
Así
como el “modelo” perdió una de sus patas con el advenimiento de
un déficit fiscal creciente, así también tiene hoy seriamente
comprometido el saldo de su balanza de pagos.
Y
el factor clave que lo determina es también el problema de la Deuda
y el retraso cambiario vinculado al pago de la misma.
Según
el Balance Cambiario del BCRA al 30.6.2013 la Cuenta Corriente de la
Balanza de Pagos, que tuvo un saldo positivo de casi 4.000 MD en 2012
(3.900), acumulaba un saldo negativo de 2.300 MD a mitad del
corriente año.
Esto
ocurre porque el Balance Comercial superavitario (Exportaciones menos
Importaciones) se compensa por el resultado deficitario de Servicios
Económicos y Financieros (particularmente Intereses y giro de
Utilidades/dividendos al exterior, si bien en los últimos tiempos
este último rubro ha sido transitoriamente restringido al máximo).
De
la misma manera, también la Cuenta Capital/Financiera acumula un
saldo negativo – de 3.000 MD en el primer semestre de 2013 –
explicado, en este caso, por los elevados pagos realizados a los
Organismos Multilaterales de Crédito y otros acreedores
financieros.
Todo
esto ha hecho que, a la mitad del corriente año, la pérdida por
variación de reservas del BCRA haya sido de 5.300 MD. Y en la
actualidad acumula 8.600 MD.
La
evolución desfavorable de las cuentas externas está fuertemente
determinada por el retraso cambiario, por los mayores pagos de
servicios financieros (públicos y privados) y por el acentuado
desbalance de varios rubros específicos, como las importaciones de
hidrocarburos, el sector automotor y el turismo.
En
síntesis: que la combinación de retraso cambiario – agravada por
una inflación interna que no cede – crisis de la posición de
reservas del BCRA, déficit presupuestario y desbalance de pagos
definen un cuadro de situación tan grave como difícilmente
manejable para el gobierno Kirchner.
De
allí la vulnerabilidad de la posición de reservas netas del BCRA
antes citada.
LOS
ACONTECIMIENTOS SE PRECIPITAN.
El
fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 – un fracaso
producido por la falta de capacidad de repago de las obligaciones
contraídas en dicha operación y cuyos resultados están a la vista
- no se soluciona con la nueva reapertura aprobada por el Congreso,
aun en el caso que la misma sea aceptada ahora por los holdouts (los
tenedores que no entraron en el canje y que son casi todos fondos
especulativos), porque el aumento de los importes a pagar por
atrasos, intereses, punitorios, gastos y honorarios elevaría
considerablemente los montos de servicios a pagar a un nivel y a un
ritmo peligrosamente superiores a los actuales.
Aunque
se contemplara, en principio, ofrecer otra vez – como en el 2010 –
el pago de los intereses acumulados con títulos Boden 2017, está el
problema de empezar a regularizar los intereses semestrales y la
formalización de los nuevos bonos, así como los pagos de cupones
PBI.
Todo
ello constituye obviamente una nueva carga financiera – ordinaria y
extraordinaria – que pasa a tener que cumplir el Estado Argentino.
La
aceptación irrestricta por el gobierno Kirchner de la legitimidad de
la Deuda Pública que está siendo investigada por la Justicia
(causas Olmos I y II, Megacanje 2001 y denuncia Olmos Gaona-Marcos),
el récord de pagos de servicios del que se jacta la presidenta –
173.700 MD en 10 años de administración K – y el traspaso en gran
escala de la deuda con terceros (fundamentalmente Acreedores Privados
y Organismos Financieros Internacionales) a Deuda intra-Estado, no
revirtieron la gravedad del problema de la Deuda Pública de la
Argentina sino que la están llevando a un nuevo callejón sin salida
de mayor endeudamiento.
Sin
embargo, el fracaso de la política seguida en materia de deuda por
administración K – lo mismo que el fracaso de todas las
administraciones que lo precedieron, desde el Proceso Militar hasta
nuestros días – no implica necesariamente caer en una nueva crisis
abierta de Deuda sino, por el contrario, supone entrar otra vez en la
peligrosa senda de una nueva ola o etapa de endeudamiento, que puede
tener un recomienzo gradual y luego irse paulatinamente ampliando
hasta lograr niveles más institucionalizados y diversificados de
deuda.
Hay
una serie de señales de cambio en este sentido que están dadas por
el acomodamiento de los hechos de re-endeudamiento en curso:
- Las negociaciones aceleradas que se están produciendo en el contexto de los fallos de Nueva York sobre los reclamos de los holdouts, aunque cualquiera sea el resultado a que se llegue (con/sin reapertura del canje) ello implica la realización de más pagos y la formalización de más deudas para regularizar la situación hoy existente (capital, intereses y cupones PBI).
- El mantenimiento a ultranza de la política de pagos de la deuda externa con reservas del BCRA, que conlleva una descapitalización del banco, que ha llevado a la institución a una posición financiera crítica y que fuerza la reposición de reservas comprando más divisas con deuda.
- El Blanqueo de Capitales en curso, por lo tocante a la emisión de títulos BAADE y PADE, que implican emitir nueva deuda en moneda extranjera con acreedores privados, evasores o no.
- La aceptación del pago de las sentencias en su contra dictadas por el CIADI – 500 MD – a instrumentar entregando bonos del Estado.
- La destrabazón o destrabe – derivado del punto anterior – del nuevo paquete de préstamos del Banco Mundial a la Argentina por 3.000 MD, en el marco del programa de Asistencia al País.
- El afianzamiento del programa equivalente del BID sobre Estrategia de País con la Argentina del período 2012-2015 y sus avances en la renovación pertinente, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo constituye el primer prestamista entre los organismos multilaterales de crédito (saldo 9.900 MD – casi 10.000 MD – al 31.12.2012).
- El avance en las conversaciones con el FMI para regularizar las estadísticas del INDEC con la introducción del nuevo IPC Nacional.
- El progresivo endeudamiento externo y/o en moneda extranjera por parte de una serie creciente de provincias,x con las autorizaciones y garantías pertinentes del Gobierno Central; deuda consolidada ésta que constituye una ventanilla lateral y relevante del endeudamiento público.
- El importante aumento de la Deuda Pública Indirecta (Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios), con YPF a la cabeza; deuda de la que el Gobierno Central es garante pero sobre la cual no hay idea de su monto por la falta de informaciones oficiales.
- Las expectativas de aceleración de un arreglo con los países del Club de París, que estaría muy vinculado a la solución del problema de los holdouts y al financiamiento de empresas extranjeras para efectuar inversiones en la Argentina.xi
- Los eventuales nuevos préstamos de la Banca Comercial, cuyo monto ha crecido ya en forma importante durante los últimos años, siendo que el saldo de deuda por este rubro era de 7.300 MD al 31.12.2012.
- Las posibles emisiones de bonos para cumplir con el pago de juicios contra el Estado con sentencia en firme, que abarcan desde reclamos ante el CIADI hasta cumplimiento de causas contra la ANSES.
- El aumento igualmente importante del nivel y ritmo de endeudamiento externo privado – fundamentalmente Empresas, no Bancos, y realizado en gran medida con préstamos contraídos con entidades de los mismos grupos empresarios a los que pertenecen – lo que a su vez guarda relación con las contrataciones del Estado y también con la necesaria disponibilidad de divisas del BCRA.
- La mejora de la actividad de Bolsa, traccionada por la mejor cotización de varios títulos públicos y, particularmente, de los cupones PBI (alentados a su vez por las discutibles expectativas alcistas de las tasas oficiales de crecimiento económico). Y la paralela baja relativa de la sobretasa de Riesgo País (EMBI+ de JP Morgan), que ha descendido actualmente a menos de 1.000 Puntos Básicos (900 PB).
- Por último, la aparente llegada al tope de aumento de la Deuda intra-Estado – que al 31.12.2012 era el 58 % de la deuda por capital normalizada (197.500 MD) y que hoy se encuentra fuertemente concentrada en dinero prestado por la ANSES, el BCRA y el BNA – lo que abre la instancia alternativa de volver al endeudamiento con terceros (acreedores privados – fundamentalmente bonistas – y organismos multilaterales de crédito).
Todos
estos datos son indicios o señales concretas y parcialmente
cuantificables de que el gobierno Kirchner no sólo no se está
des-endeudando sino que, por el contrario, estaría entrando en una
nueva ola o etapa de gran endeudamiento público.
Las
dos primeras oleadas de endeudamiento – la del Gobierno Militar
(1976-1983), que termina con el default de 1982, y la de la década
menemista de la Convertibilidad (1989-2001), que termina con la
Crisis de Deuda y default de fines de 2001, bajo el gobierno De la
Rúa – fueron períodos de grandes aumentos de obligaciones con
bancos privados y luego en títulos públicos por parte del Estado.
La
actual etapa – todavía en curso – ha consistido, en cambio, en
haber cumplido un período de “des-agotamiento” parcial de los
niveles de deuda con terceros utilizando para ello los recursos de la
Deuda intra-Estado como una suerte de “préstamo-puente” interno
para poder cumplir con los pagos prioritarios a bonistas privados y
organismos internacionales.
Una
vez transferida la gran masa de compromisos a las agencias del propio
Estado (un quantum de deuda que no tiene capacidad de repago), el
stock de deuda pública externa – reducido en gran medida por esta
vía – permitiría despejar los saldos importantes de endeudamiento
local para volver a tener margen para colocaciones de deuda afuera.
El
procedimiento habría consistido así en una “internalización”
de deuda – traspaso de deuda externa con terceros a deuda interna
oficial - transfiriéndola al propio Estado, donde luego puede
reducirse o desaparecer por licuación derivada de la inflación, por
sub-indexación de la misma y/o directamente por pase a pérdida.
Tal
sería un resultado posible del esquema enunciado según la Hoja de
Ruta del ministro Boudou – entonces al frente de Economía y hoy a
cargo de la vicepresidencia de la Nación – cuando asumiera en el
año 2009 formulando los tres pasos clave de dicha agenda: 1.
Liquidación del problema de los Holdouts, 2. Arreglo de la Deuda
Externa con el Club de París, y 3. Regreso de la Argentina al
Mercado Internacional de Capitales, precisamente para volver a tomar
Deuda Externa (que tal era el objetivo – hasta hoy frustrado –
del Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005).
LA
AGENDA POST-ELECTORAL.
En
lo inmediato, los resultados de las elecciones parlamentarias del
27.10 no deberían cambiar nada de fondo en materia política
argentina desde el punto de vista de la gestión de gobierno.
Las
elecciones primarias obligatorias de Agosto – elecciones “internas”
que en la mayoría de los casos no tenían razón de ser porque los
grandes partidos políticos fueron a las urnas con listas únicas de
candidatos preestablecidos – ya dieron un panorama anticipado y
confiable que prefigura una derrota del gobierno Kirchner en los
comicios del próximo 27.10.
Las
PASO permitieron identificar así, de manera completa y
cuantificable, las tendencias electorales y el mapa político formal
de la partidocracia argentina.
Si
bien una serie de acciones oficialistas ha tratado de remontar ese
retroceso en las urnas (discursos, anuncios, inauguraciones,
aprobaciones parlamentarias, etc.) no puede saberse en qué medida
estas cosas podrán modificar efectivamente la posición del gobierno
en los próximos comicios.
Es
probable que el sorpresivo problema de salud de la presidenta incida
más en la decisión de voto de la gente que el humor político
general, hoy casi totalmente opacado e indiferente dada la vaciedad
programática de gobierno y de la oposición, la ausencia de debate
sobre cuestiones de fondo de la realidad nacional, la reiteración y
reciclado de figuras ya conocidas, el confeccionamiento mayoritario
de listas sin internas partidarias y, sobre todo, el diversivo o
distractivo de la candidatura Massa, que opera funcionalmente como
“el Bordón de Cristina”.xii
En
materia de omisiones de temas de debate es particularmente notable
que durante toda la campaña las grandes fuerzas políticas en pugna
por las bancas legislativas – tanto del oficialismo como de la
oposición – no hayan abordado el problema económico-financiero
clave que constituye la nueva crisis de Deuda que está viviendo el
país – conforme se explica en la presente nota – ni el de sus
incidencias conexas.
Por
el contrario, el discurso institucional – dentro y fuera del
Peronismoxiii
es soslayarlo, ignorarlo como si el problema no existiera,
cumpliéndose así la regla de que en la Argentina “todo lo
importante es secreto” y de ello no se habla.
La
clave de coincidencia en estas elecciones de medio término puede
resumirse quizás en una idea central: la continuidad de la ficción
del Modelo.
El
oficialismo habla de afianzamiento del Modelo y la pseudo-oposición
habla de corrección, ajuste o perfeccionamiento de ese Modelo pero
la realidad es que la bonanza transitoria de la post-convertibilidad
- que fue presentada por el gobierno Kirchner como si se tratara de
un “modelo” - hoy ya no existe porque han desaparecido los
superávits gemelos – fiscal y externo – que eran el sostén
concreto de su apariencia.
Pero,
aún así, esa versión del Modelo K tuvo su agotamiento y caída,
como lo tuvieron antes la Convertibilidad de las administraciones
Menem y De la Rúa, como lo tuvieron antes los Planes Austral y
Primavera bajo la gestión Alfonsín; y como lo tuvo antes el
Programa de Abril de 1976 del Ministro Martínez de Hoz bajo el
Gobierno Militar.
Y
la característica de estos “planes” y “modelos” es que todos
se derrumbaron por una causa común: el sistema de la Deuda Pública,
que era y sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo
que pasa en la Argentina en materia financiera, económica y
política.
Nuestro
país vive encerrado en una trampa de Deuda Perpetua, es decir, una
deuda pública impagable que inexorablemente va siendo refinanciada,
devengando más servicios por intereses y por capital, y requiriendo
endeudamiento adicional, de modo que el stock de deuda sigue
aumentando.
Los
gobiernos de turno sobrellevan las Crisis de Deuda – esto es, los
momentos de descalce entre recursos disponibles y refinanciaciones de
salvataje (de salvataje a los países deudores pero especialmente
salvataje a los acreedores de esos países) – en forma recurrente:
apelando a tomar siempre más Deuda.
Los
programas de gobierno duran en la Argentina lo que duran los
mecanismos de endeudamiento necesarios para sostenerlos: cuando
inevitablemente se agotan los recursos disponibles – básicamente,
por falta de divisas - es necesario echar mano a fuentes de
financiamiento extraordinarias que, a los fines de su presentación
pública, se revisten bajo la figura de supuestos “éxitos” de
re-estructuración de deudas.
Y
entonces el ciclo vuelve a empezar – por la vía de “barajar y
dar de nuevo” – y su forma clásica es incurrir periódicamente
en una nueva ola de endeudamiento.
Porque
el negocio de los capitales financieros no es llevar a los países
deudores al default sino jaquearlos porque “nadie mata la gallina
de los huevos de oro”, que vive pagando y tomando más deuda (como
la Argentina).
Pero
en tales momentos de crisis de Deuda – crisis periódicas que se
producen por la lógica elemental de la falta de capacidad de repago
– las decisiones financieras se reacomodan y los procesos
políticos derivados de las mismas también (ya que los gobiernos son
los que “tienen que poner la cara” asumiendo los costos de los
cambios ante la opinión pública); y se inicia entonces la
preparación de una “etapa de transición”, un período de tiempo
prudencial para que los nuevos cuadros político-administrativos se
adecuen a las nuevas circunstancias.xiv
El
cuadro de situación explicado en la primera parte de este trabajo y
las señales de cambio enunciadas en la segunda permiten inferir que
la Argentina ha llegado hoy nuevamente a ese punto de inflexión en
el que las decisiones de cambio no pueden ser dilatadas más, que son
decisiones que van a tener que tomarse quienquiera esté al frente
del Ejecutivo y que lo más probable es que tales decisiones van a
estar en línea con un plan de transición hasta fines del 2015, en
que asuma un nuevo gobierno.
No
se sabe, obviamente, cuáles serán esas medidas concretas pero caben
pocas dudas que las acciones ya deben estar decididas, y los
funcionarios que las piloteen también.
Con
el riesgo lógico que supone formular conjeturas en estos casos pero
tomando como base la adscripción de la administración Kirchner al
sistema de la Deuda Pública perpetua, su manifiesta “vocación
pagadora”, su extraordinario esfuerzo fiscal en curso para cumplir
con los servicios de esa deuda y todas las señales emitidas en tal
sentido, es previsible que después de las elecciones se encaren más
crudamente al menos tres cosas:
- Un intento de “estabilización” a través de una “tablita” de alineamiento de la devaluación oficial del peso a la inflación real, con aumento de las tasas de interés a niveles más elevados y positivos (cosa que ya está ocurriendo a través del aumento del piso de las tasas de mercado – Badlar y conexas - tomando como referencia las que paga el BCRA por Lebac/Nobac).
- Un mayor blanqueo del plan de ajuste encubierto que se viene llevando a cabo para disponer de mayores recursos destinados al pago de la Deuda (aumento de la presión tributaria, retraso cambiario relativo, baja de subsidios contra aumento de precios y tarifas de servicios públicos, freno del ritmo de aumento de salarios y jubilaciones, etc.). Y
- Fin de la Deuda intra-Estado – por agotamiento o tope en sus posibilidades de “préstamo puente” interno – y vuelta al Mercado Internacional de Capitales, para colocar más deuda en función de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los holdouts, 2. Arreglo con el Club de París, y 3. Retorno al Mercado Financiero Mundial.
Este
último punto, presentable ante la opinión pública como una
supuesta victoria sobre los “fondos buitre” (que entrarían en la
nueva reapertura del Megacanje y/o en sus negociaciones paralelas),
como el logro de un acuerdo con el Club de París que suponga el
anuncio de nuevas Inversiones Extranjeras Directas (IED) y como una
colocación piloto o experimental “exitosa” de bonos externos en
el mercado internacional de capitales, bajo el argumento de hacerlo a
tasas de interés más bajas, le abriría las puertas a la Argentina
para “reinsertarse” – una vez más – en el mercado de Deuda
Externa.xv
Sólo
faltaría saber si estos cambios se llevarán a cabo, durante el
período de transición, por el propio gobierno CFK –
contradiciendo su discurso del des-endeudamiento y su aparente
resistencia a volver a endeudarse en el exterior – o si tales
cambios serán hechos por otra administración que prematuramente la
suceda.
EN
CONCLUSION:
El
panorama post-electoral de Octubre pareciera estar definido en sus
rasgos esenciales. Las cosas habrían pasado a tener, por ahora, un
compás de espera en base a la fórmula de: primero, que el pueblo
vote, y luego el gobierno – quienquiera esté al frente del
Ejecutivo - informará sus decisiones.
La
Argentina está nuevamente en Crisis de Deuda - aunque oficialismo,
oposición y medios de comunicación se empeñan en soslayarla –
porque el gobierno no tiene capacidad de repago para cubrir los
servicios de la Deuda Pública con recursos genuinos y habría
llegado al tope de uso de la Deuda intra-Estado.
Como
ya ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente, las grandes
estructuras de poder económico-financiero, nacionales y
multinacionales, están preparando la Transición al 2015, que la
Clase Política tiene luego que llevar a cabo.
Esta
transición, sin embargo, encuentra tres escollos básicos que el
gobierno tiene que resolver en función de las exigencias del capital
financiero internacional:
- El dilema de la posición de reservas netas del BCRA, sus necesidades de reposición y/o acumulación de divisas y el nuevo marco de libertad en el movimiento de capitales.
- El manejo de las cuentas fiscales de modo de volver a garantizar tanto la autonomía del BCRA como el logro de superávits gemelos: fiscal y externo.
- El modo de allanar el cumplimiento de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar nueva deuda.
Estas
elecciones no traerán cambios por sí mismas sino que los verdaderos
cambios se harán después de las elecciones: es la forma tradicional
en que la Democracia queda subordinada a las exigencias del
Electoralismo.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 17.10.2013
Archivo: GIULIANO
ARTICULO 2013 10 17 DP ELECCIONES.
NOTAS:
La famosa frase de referencia de George Santayana (1863-1952) es la
que dice que “aquellos que no recuerdan el pasado están
condenados a repetirlo”.
Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo
titulado “Alerta roja sobre el Banco Central” (2.10.2013).
iii
Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos y están
tomadas siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos respectivos.
iv
Estas reservas netas pueden ser mucho menores todavía si – como
sospecha Javier Llorens – el gobierno pudiera estar integrando
parcialmente el monto de las reservas internacionales con títulos
públicos argentinos, cosa que ahora le permitiría la Carta
Orgánica (CO) del BCRA reformada el año pasado (Ley 24.144
modificada por la 26.739, del 27.3.2012).
v
El BCRA repone las reservas
que presta al Tesoro comprando las divisas provenientes de las
exportaciones con emisión de dinero, lo que presiona sobre el nivel
de los precios.
Para
contener los efectos inflacionarios de tal aumento del circulante,
el mismo BCRA rescata o esteriliza la mayor parte de esos billetes
emitidos colocando Letras/Notas (Lebac/Nobac), que es Deuda
cuasi-fiscal (deuda paralela e independiente de la del Tesoro
Nacional).
Esto
significa que, por carácter transitivo, las Reservas se compran con
Deuda.
Por
esta deuda en Lebac/Nobac el BCRA paga actualmente intereses del
orden del 18-19 % anual mientras que por la colocación de las
Reservas Internacionales (casi su totalidad en plazos fijos) tiene
un rendimiento casi nulo: el año 2012 fue de sólo un 0.11 % y el
2011 había sido de 0.17 %.
Concretamente,
según el Balance del BCRA 2012 – conocido hace pocos días – el
banco tuvo ganancias por intereses cobrados sobre las reservas de
sólo 255 M$ mientras que durante el mismo ejercicio pagó intereses
sobre títulos propios (las Lebac/Nobac) por 11.360 M$: 45 veces
más.
vi
Al 31.12.2012 la Deuda Externa Privada sumaba unos 68.500 MD, de
los que 22.000 MD a esa fecha se encontraban vencidos (eran Deuda
exigible) y otros 27.800 MD tenían vencimiento durante el año
2013.
vii
Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo
sobre “Deuda Pública y Presupuesto 2014 (20.9.2013).
viii
El saldo de la deuda pública al comienzo de la administración
Kirchner era de unos 175.000 MD (año 2003), durante el decenio
2003-2012 - según la presidenta Cristina Kirchner - se pagaron
servicios de deuda por 173.700 MD pero actualmente el saldo de la
deuda es superior a los 209.000 MD (al 31.12.2013), monto que se
eleva a 300.000 MD si se le suman los intereses a pagar (72.000 MD)
y los pagos faltantes estimados por Cupones PBI (unos 16.000 MD).
La
Deuda aumentó 18.800 MD el año 2012 y había aumentado 14.600 MD
en el 2011.
Por
ende, no es cierto que el país se esté des-endeudando.
ix
Los vencimientos de
Capital no se amortizan en forma neta sino que se pagan íntegramente
con nuevas deudas, deudas que son contraídas en su gran mayoría
con el propio sector público, principalmente con la ANSES, el BCRA
y el Banco Nación (BNA). Estas obligaciones intra-Estado no tienen
capacidad demostrada de repago y además se sigue tomando siempre
deuda adicional a la que se cancela.
Según
el Presupuesto 2014 el año que viene vencen 44.300 MD de deuda por
capital y está previsto tomar deuda por 57.000 MD, es decir, por
12.700 MD más.
A
estas previsiones presupuestarias expresas de endeudamiento hay que
sumarle luego las deudas que se agregan para cubrir los déficits
fiscales, que no están previstos pero que se vienen produciendo en
forma creciente pese a las optimistas proyecciones de equilibrio: en
2011 se había previsto un superávit de 1.600 M$ pero resultó, en
cambio, un déficit de 31.700 M$; y en 2012 se previó un superávit
de 1.500 M$ y resultó un déficit de 55.600 M$.
Para
el 2013 estaba también previsto un superávit, de 600 M$, pero
ahora el propio gobierno estima un déficit de 44.600 M$ y
proyecciones privadas lo elevan a 50 ó 60.000 M$.
Para
el Ejercicio 2014 se prevé nuevamente un superávit, en este caso
de 870 MD.
Los
intereses - a diferencia de los vencimientos de capital - se pagan
en efectivo como parte del Gasto Público Corriente y son también
crecientes: para el año 2014 está previsto pagar por este concepto
73.300 M$ (12.200 MD).
Estos
intereses tienen así un incremento del 73.8 % mientras que el
aumento del Gasto Público en su conjunto es del 19.2 %.
x
Las deudas provinciales se están contrayendo hoy con Organismos
Financieros Internacionales (Banco Mundial, BID, CAF) y también
con inversores financieros privados. Se toman en moneda extranjera,
en pesos y/o en moneda local indexada por dólar oficial (bonos con
cláusula dólar linked); y se contraen con/sin garantía de
recursos naturales (caso petróleo).
Las
principales provincias involucradas – con Buenos Aires, Córdoba y
la CABA a la cabeza – están colocando deuda que ofrece altos
rendimientos en dólares a los acreedores, del orden del 10 % o más
según los casos.
xi
La deuda con el Club de París es de 6.100 MD según el gobierno
Kirchner pero los reclamos completos del mismo contra el país –
incluyendo multas, punitorios y gastos – son superiores a los
9.000 MD. En la actualidad esta deuda no se está pagando, de modo
que su regularización (atada a nuevos créditos) también subiría
en forma relevante los servicios por capital e intereses.
xii
La
irrupción de la figura de Sergio Massa como pseudo-alternativa
opositora es funcional al gobierno Kirchner. Cubre, de hecho, la
misma finalidad que José Bordón contra Menem en 1995 y que Roberto
Lavagna contra Cristina Kirchner en 2007: dividir el voto de la
oposición.
xiii
De hecho, la suma de intenciones de voto - según sondeos
preliminares - estaría dando un 40 % a Massa y un 30 a Insaurralde,
lo que hace en conjunto más de un 70 % del electorado polarizado en
las dos grandes versiones actuales del Peronismo como Partido o
facción electoral.
xiv
Esto ya pasó en la Argentina muchas veces en la historia reciente y
puede incluso identificarse la secuencia en el tiempo que marca la
correlación directa entre crisis de deuda y cambios
político-financieros en la Argentina:
- la crisis de deuda y default de 1981-1982, que implicó el gran cambio del gobierno militar al gobierno civil.
- el reacomodamiento de gabinete por las presiones externas de definición de la crisis de deuda en 1985-1987 que llevó al equipo Sourrouille, con los planes Austral y Primavera, bajo la administración Alfonsín.
- la crisis de Deuda e Inflación que arrastró la renuncia anticipada del Dr. Alfonsín en 1989.
- la crisis de deuda que llevó al equipo Cavallo y, con él, a la Convertibilidad en 1991 y al Plan Brady 1992-1993 (de la que el Plan de Convertibilidad era requisito).
- la crisis de deuda del Tequila (1994-1995), que motivó en la Argentina las garantías por parte de grandes bancos sobre el endeudamiento externo bajo la administración Menem.
- la crisis de deuda 1999-2001, bajo la administración De la Rúa-Cavallo, que después del fracaso del Blindaje, de la operación cuasi-delictiva del Megacanje de 2001 y del nuevo canje de Noviembre terminó en el default de Diciembre de ese año.
- la crisis por las presiones de definición para la salida del default en 2003-2005, que llevó al Megacanje Kirchner-Lavagna, por el cual se dio el “lavado” de gran parte de la deuda del 2001 y se pactaron nuevas condiciones de capitalización de intereses, ajuste de deuda en pesos por inflación y cupones PBI (VLPBI), así como se dio la aceptación de nuevas cláusulas de servidumbre financieras (entre las cuales, la del Acreedor más favorecido).
- la crisis por el fracaso del Megacanje 2005, dada la incapacidad de pago con fondos genuinos, lo que motivó la estatización de los fondos jubilatorios de las AFJP (en 2008) y el uso en gran escala de reservas del BCRA para poder atender los servicios crecientes de la deuda pública (desde Enero de 2006 con el FMI y desde 2010 con los Fondos de Desendeudamiento Argentino).
- la nueva crisis actual por los fallos de Nueva York a favor de los holdouts, las sentencias contra la Argentina en el CIADI, la demora de acuerdo por la deuda externa con los países del Club de París, la concentración de vencimientos de la deuda del Estado Central (potenciada por el aumento acumulativo de los pagos por VLPBI), la Deuda Pública Indirecta (Entes Públicos y BCRA en particular) y por la no disponibilidad de divisas para la Deuda Externa Privada; todo lo cual estaría conduciendo a cambios de gobierno y de políticas que se darían a conocer después de las elecciones de Octubre.
Cualquiera
sea el juicio de valor sobre este listado de puntos, se trata de
hechos históricos concretos que marcan nuestra historia
económico-financiera contemporánea y que están vinculados
directamente con el problema de la Deuda.
xv
Cabe agregar una conjetura complementaria pero algo inevitable en
torno al problema de la falta de reservas internacionales de BCRA,
que han caído ya a niveles de peligro.
Las
necesidades de provisión de divisas para cubrir las obligaciones de
la balanza de pagos, acentuadas por la acumulación de servicios
financieros atrasados de la Deuda Externa Privada y su vinculación
con el giro de Utilidades/Dividendos, así como los desbalances ya
citados en materia energética, automotriz y turismo, obligarían al
gobierno a buscar – de alguna manera – una suerte de “blindaje”
para recomponer la posición de reservas netas del BCRA.
Una
parte de ello pudiera conseguirse a través del aumento de los
depósitos en dólares – para lo cual se necesitaría modificar
las condiciones del mercado cambiario local – y también puede
lograrse por medio de mayores préstamos de otros bancos centrales
(como el caso del Banco de Francia, que le ha concedido a nuestro
país otro préstamo por 3.000 MD al BCRA) y/u otros organismos
financieros internacionales (como el Banco de Pagos Internacionales
o BIS de Basilea).
Existe
también la posibilidad que se re-implante algún mecanismo que
facilite nuevamente el incremento de los ingresos de capitales –
especulativos y/o IED – dentro de este nuevo esquema de
recomposición de reservas y que ello se pudiera dar en gran escala,
como ya viene ocurriendo en Ibero-América en general (con Brasil a
la cabeza).
Otras
variantes pueden darse, concurrente o separadamente, por vía de
acuerdos oficiales multilaterales o bilaterales.
El
swap o pase de monedas negociado con China desde Mayo de este año –
por hasta 10.000 MD – es uno de los instrumentos posibles para
este tipo de operaciones pero, hoy por hoy, dada la difícil
situación del BCRA, pudiera resultar insuficiente.
DEUDA
PÚBLICA Y ELECCIONES 2013.
Por
Héctor GIULIANO (17.10.2013).
La
administración Kirchner ha conseguido, en principio, demorar la toma
de decisiones duras o traumáticas en materia económico-financiera
hasta después de las elecciones del 27.10 pero es muy difícil que
pueda mantener tal comportamiento después de esa fecha.
Los
resultados gubernamentales desfavorables de las PASO (que sirvieron
como sondeo pre-electoral obligatorio), el no reconocimiento oficial
de la grave situación fiscal que se está viviendo y el problema de
salud de la presidenta (justamente durante el tramo final de la
campaña parlamentaria) contribuyen a aumentar la idea de necesidad
pero también la de incertidumbre frente a las acciones concretas que
forzosamente tengan que ser adoptadas a muy corto plazo en nuestro
país.
El
presente trabajo trata de analizar el real cuadro de situación que
se le presenta hoy al gobierno Kirchner en materia especifica de la
Deuda Pública, que sigue siendo el condicionante total y absoluto de
todo lo que ocurre en la Argentina en materia financiera, económica
y política.
CUADRO
DE SITUACIÓN.
La
crisis del llamado Modelo K – independientemente del eslogan sobre
“crecimiento con inclusión social” – está dada por tres
factores centrales: 1) Atraso cambiario con Inflación, 2) Déficit
fiscal creciente y 3) Desequilibrio de la Balanza de Pagos.
Estos
tres factores se encuentran vinculados entre sí y están derivados
de un problema estructural común: la Deuda Pública Argentina.
El
Gobierno, la Oposición Política y los grandes Medios de formación
de la Opinión Pública soslayan la importancia determinante de la
cuestión de la Deuda pero los hechos les terminan siempre pasando
por encima.
Parafraseando
a Santayanai
este dilema puede resumirse hoy diciendo que quienes niegan la
realidad de crisis de la Deuda - con el falso discurso de la “deuda
manejable” y de la mentira del “des-endeudamiento” - están
condenados a estrellarse contra ella.
La
crisis de una deuda impagable – que como “agujero negro”
amenaza con tragárselo todo – es el factor determinante del
aumento exponencial de la Deuda intra-Estado, que se utiliza en gran
escala para atender los servicios crecientes de capital e intereses y
que ha terminado poniendo en juego la existencia misma del Banco
Central (BCRA) como banco.
El
problema clave e inmediato de la administración Kirchner es que su
política ha llevado a un nivel crítico la posición de Reservas
Netas del BCRA.
Al
30.9.2013 el stock de Reservas Brutas es de 34.700 MDiii,
pero si a ello le restamos 8.700 MD de Cuentas Corrientes en moneda
extranjera y 4.000 MD de Otros pasivos, correspondientes a préstamos
de divisas por parte de bancos extranjeros – subtotal 12.700 MD –
queda un saldo de Reservas Netas de 22.000 MD.iv
El
stock bajaría más aún con el uso adicional de reservas para seguir
pagando deuda externa - a través del llamado Fondo de
Desendeudamiento Argentino - que este año, en curso, prevé unos
8.000 MD para ello y que según el Presupuesto 2014 será de otros
10.000 MD (9.855) durante el año que viene.
Esto
implica que las perspectivas son de reservas declinantes y que los
niveles críticos bajarían en breve a unos 12.000 MD.
Y
aquí no está considerado el efecto de lo que puede ocurrir con la
deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac, que suman unos 135.100 M$ -
equivalentes a 23.300 MD – y que estarían calzadas con operaciones
de dólar a futuro en el Mercado Rofex.v
La
situación se agrava más todavía si se tiene en cuenta la
existencia de fuertes sumas acumuladas de Deuda Externa Privada, que
lógicamente no son deuda pública pero cuyas divisas tiene que
proveerlas el BCRA (y las tiene que proveer al tipo de cambio
oficial).vi
La
política de pago de Deuda Externa con Reservas Internacionales ha
llevado así a un virtual vaciamiento del activo de Reservas del
BCRA.
En
síntesis: la administración Kirchner ya no posee reservas realmente
disponibles en el BCRA y toda reposición de las mismas conlleva un
aumento mayor de su deuda cuasi-fiscal.
Este
debilitamiento de la posición de reservas netas está directamente
relacionado con el uso de las mismas para el pago de los servicios de
la deuda externa, amén que para atender las necesidades de los
nuevos desequilibrios de la Balanza de Pagos agravados por el retraso
cambiario (caso de importaciones energéticas, turismo de argentinos
al exterior, servicios económicos y financieros crecientes).
El
atraso del tipo de cambio – peso sobrevalorado, apreciado más
todavía por efecto de la inflación interna – se mantiene no sólo
como freno anti-inflacionario (con resultados muy discutibles) sino
también y fundamentalmente como medio para posibilitar los pagos de
la deuda externa.
El
retraso cambiario, en este aspecto, es una forma de sostener las
posibilidades de pago de la deuda externa dado que una
macro-devaluación llevaría a un nuevo default.
Pero
este mismo atraso del tipo de cambio es el que está precipitando la
crisis en la institución que maneja la política monetaria y
cambiaria nacional, que es el BCRA.
La
caída del nivel de reservas netas del BCRA, el empapelamiento de su
Activo por préstamos al Tesoro sin capacidad de repago - 73.300 MD
en total al 30.9.2013 (46.800 MD por Letras Intransferibles dadas
contra retiro de reservas más el equivalente a otros 26.500 MD por
Adelantos Transitorios) – y el aumento del stock de deuda a corto
plazo por Lebac/Nobac habrían llevado así al tope el límite de
endeudamiento del Banco para sostener al Gobierno Nacional.
La
pérdida de los superávits gemelos – fiscal y externo – ha
desnudado las falencias del modelo kirchnerista.
Así
como el stock de la Deuda Pública es fuertemente crecienteviii,
también lo son proporcionalmente los servicios de capital e
intereses que se derivan de la misma.ix
Más
de la mitad de la Deuda Pública está contraída hoy con agencias
del propio Estado, lo que le da un margen de maniobra para diferir
los pagos correspondientes; pero el gobierno no tiene capacidad de
repago demostrada sobre estas obligaciones y entonces está forzado a
mantenerse dentro de un mecanismo de Deuda Perpetua: todos los
vencimientos de capital se refinancian y además se toma deuda nueva;
mientras que sí se pagan los intereses y los cupones PBI.
La
deuda determina un déficit fiscal creciente y este déficit se cubre
con más Deuda: es el círculo vicioso perfecto de la usura, donde el
deudor vive pagando intereses, refinanciando capital y tomando más
deuda.
La
aprobación conjunta - por parte del Congreso - del Presupuesto 2014,
de la prórroga de la Emergencia Pública y de varios gravámenes
(principalmente el Impuesto al Cheque) hasta fines de 2015, le
permite al Poder Ejecutivo seguir manejando discrecionalmente las
finanzas del Estado hasta el fin de su mandato.
El
desequilibrio de las cuentas públicas le plantea al gobierno la
disyuntiva de tener que contener el déficit fiscal creciente no sólo
con las medidas de ajuste encubierto que están en curso – vía
aumentos parciales de la presión tributaria, incrementos graduales
de precios y tarifas de servicios públicos por disminución de
subsidios, reducciones relativas de gastos por finalidad y por
jurisdicción, freno de los aumentos salariales y jubilatorios, etc.)
– sino teniendo que pasar a políticas de ajuste formales para
aumento de ingresos y reducción de gastos y, sobre todo, asumiendo
nuevos escalones de endeudamiento público, internos y externos.
- DESEQUILIBRIO DE LA BALANZA DE PAGOS.
Así
como el “modelo” perdió una de sus patas con el advenimiento de
un déficit fiscal creciente, así también tiene hoy seriamente
comprometido el saldo de su balanza de pagos.
Y
el factor clave que lo determina es también el problema de la Deuda
y el retraso cambiario vinculado al pago de la misma.
Según
el Balance Cambiario del BCRA al 30.6.2013 la Cuenta Corriente de la
Balanza de Pagos, que tuvo un saldo positivo de casi 4.000 MD en 2012
(3.900), acumulaba un saldo negativo de 2.300 MD a mitad del
corriente año.
Esto
ocurre porque el Balance Comercial superavitario (Exportaciones menos
Importaciones) se compensa por el resultado deficitario de Servicios
Económicos y Financieros (particularmente Intereses y giro de
Utilidades/dividendos al exterior, si bien en los últimos tiempos
este último rubro ha sido transitoriamente restringido al máximo).
De
la misma manera, también la Cuenta Capital/Financiera acumula un
saldo negativo – de 3.000 MD en el primer semestre de 2013 –
explicado, en este caso, por los elevados pagos realizados a los
Organismos Multilaterales de Crédito y otros acreedores
financieros.
Todo
esto ha hecho que, a la mitad del corriente año, la pérdida por
variación de reservas del BCRA haya sido de 5.300 MD. Y en la
actualidad acumula 8.600 MD.
La
evolución desfavorable de las cuentas externas está fuertemente
determinada por el retraso cambiario, por los mayores pagos de
servicios financieros (públicos y privados) y por el acentuado
desbalance de varios rubros específicos, como las importaciones de
hidrocarburos, el sector automotor y el turismo.
En
síntesis: que la combinación de retraso cambiario – agravada por
una inflación interna que no cede – crisis de la posición de
reservas del BCRA, déficit presupuestario y desbalance de pagos
definen un cuadro de situación tan grave como difícilmente
manejable para el gobierno Kirchner.
De
allí la vulnerabilidad de la posición de reservas netas del BCRA
antes citada.
LOS
ACONTECIMIENTOS SE PRECIPITAN.
El
fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 – un fracaso
producido por la falta de capacidad de repago de las obligaciones
contraídas en dicha operación y cuyos resultados están a la vista
- no se soluciona con la nueva reapertura aprobada por el Congreso,
aun en el caso que la misma sea aceptada ahora por los holdouts (los
tenedores que no entraron en el canje y que son casi todos fondos
especulativos), porque el aumento de los importes a pagar por
atrasos, intereses, punitorios, gastos y honorarios elevaría
considerablemente los montos de servicios a pagar a un nivel y a un
ritmo peligrosamente superiores a los actuales.
Aunque
se contemplara, en principio, ofrecer otra vez – como en el 2010 –
el pago de los intereses acumulados con títulos Boden 2017, está el
problema de empezar a regularizar los intereses semestrales y la
formalización de los nuevos bonos, así como los pagos de cupones
PBI.
Todo
ello constituye obviamente una nueva carga financiera – ordinaria y
extraordinaria – que pasa a tener que cumplir el Estado Argentino.
La
aceptación irrestricta por el gobierno Kirchner de la legitimidad de
la Deuda Pública que está siendo investigada por la Justicia
(causas Olmos I y II, Megacanje 2001 y denuncia Olmos Gaona-Marcos),
el récord de pagos de servicios del que se jacta la presidenta –
173.700 MD en 10 años de administración K – y el traspaso en gran
escala de la deuda con terceros (fundamentalmente Acreedores Privados
y Organismos Financieros Internacionales) a Deuda intra-Estado, no
revirtieron la gravedad del problema de la Deuda Pública de la
Argentina sino que la están llevando a un nuevo callejón sin salida
de mayor endeudamiento.
Sin
embargo, el fracaso de la política seguida en materia de deuda por
administración K – lo mismo que el fracaso de todas las
administraciones que lo precedieron, desde el Proceso Militar hasta
nuestros días – no implica necesariamente caer en una nueva crisis
abierta de Deuda sino, por el contrario, supone entrar otra vez en la
peligrosa senda de una nueva ola o etapa de endeudamiento, que puede
tener un recomienzo gradual y luego irse paulatinamente ampliando
hasta lograr niveles más institucionalizados y diversificados de
deuda.
Hay
una serie de señales de cambio en este sentido que están dadas por
el acomodamiento de los hechos de re-endeudamiento en curso:
- Las negociaciones aceleradas que se están produciendo en el contexto de los fallos de Nueva York sobre los reclamos de los holdouts, aunque cualquiera sea el resultado a que se llegue (con/sin reapertura del canje) ello implica la realización de más pagos y la formalización de más deudas para regularizar la situación hoy existente (capital, intereses y cupones PBI).
- El mantenimiento a ultranza de la política de pagos de la deuda externa con reservas del BCRA, que conlleva una descapitalización del banco, que ha llevado a la institución a una posición financiera crítica y que fuerza la reposición de reservas comprando más divisas con deuda.
- El Blanqueo de Capitales en curso, por lo tocante a la emisión de títulos BAADE y PADE, que implican emitir nueva deuda en moneda extranjera con acreedores privados, evasores o no.
- La aceptación del pago de las sentencias en su contra dictadas por el CIADI – 500 MD – a instrumentar entregando bonos del Estado.
- La destrabazón o destrabe – derivado del punto anterior – del nuevo paquete de préstamos del Banco Mundial a la Argentina por 3.000 MD, en el marco del programa de Asistencia al País.
- El afianzamiento del programa equivalente del BID sobre Estrategia de País con la Argentina del período 2012-2015 y sus avances en la renovación pertinente, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo constituye el primer prestamista entre los organismos multilaterales de crédito (saldo 9.900 MD – casi 10.000 MD – al 31.12.2012).
- El avance en las conversaciones con el FMI para regularizar las estadísticas del INDEC con la introducción del nuevo IPC Nacional.
- El progresivo endeudamiento externo y/o en moneda extranjera por parte de una serie creciente de provincias,x con las autorizaciones y garantías pertinentes del Gobierno Central; deuda consolidada ésta que constituye una ventanilla lateral y relevante del endeudamiento público.
- El importante aumento de la Deuda Pública Indirecta (Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios), con YPF a la cabeza; deuda de la que el Gobierno Central es garante pero sobre la cual no hay idea de su monto por la falta de informaciones oficiales.
- Las expectativas de aceleración de un arreglo con los países del Club de París, que estaría muy vinculado a la solución del problema de los holdouts y al financiamiento de empresas extranjeras para efectuar inversiones en la Argentina.xi
- Los eventuales nuevos préstamos de la Banca Comercial, cuyo monto ha crecido ya en forma importante durante los últimos años, siendo que el saldo de deuda por este rubro era de 7.300 MD al 31.12.2012.
- Las posibles emisiones de bonos para cumplir con el pago de juicios contra el Estado con sentencia en firme, que abarcan desde reclamos ante el CIADI hasta cumplimiento de causas contra la ANSES.
- El aumento igualmente importante del nivel y ritmo de endeudamiento externo privado – fundamentalmente Empresas, no Bancos, y realizado en gran medida con préstamos contraídos con entidades de los mismos grupos empresarios a los que pertenecen – lo que a su vez guarda relación con las contrataciones del Estado y también con la necesaria disponibilidad de divisas del BCRA.
- La mejora de la actividad de Bolsa, traccionada por la mejor cotización de varios títulos públicos y, particularmente, de los cupones PBI (alentados a su vez por las discutibles expectativas alcistas de las tasas oficiales de crecimiento económico). Y la paralela baja relativa de la sobretasa de Riesgo País (EMBI+ de JP Morgan), que ha descendido actualmente a menos de 1.000 Puntos Básicos (900 PB).
- Por último, la aparente llegada al tope de aumento de la Deuda intra-Estado – que al 31.12.2012 era el 58 % de la deuda por capital normalizada (197.500 MD) y que hoy se encuentra fuertemente concentrada en dinero prestado por la ANSES, el BCRA y el BNA – lo que abre la instancia alternativa de volver al endeudamiento con terceros (acreedores privados – fundamentalmente bonistas – y organismos multilaterales de crédito).
Todos
estos datos son indicios o señales concretas y parcialmente
cuantificables de que el gobierno Kirchner no sólo no se está
des-endeudando sino que, por el contrario, estaría entrando en una
nueva ola o etapa de gran endeudamiento público.
Las
dos primeras oleadas de endeudamiento – la del Gobierno Militar
(1976-1983), que termina con el default de 1982, y la de la década
menemista de la Convertibilidad (1989-2001), que termina con la
Crisis de Deuda y default de fines de 2001, bajo el gobierno De la
Rúa – fueron períodos de grandes aumentos de obligaciones con
bancos privados y luego en títulos públicos por parte del Estado.
La
actual etapa – todavía en curso – ha consistido, en cambio, en
haber cumplido un período de “des-agotamiento” parcial de los
niveles de deuda con terceros utilizando para ello los recursos de la
Deuda intra-Estado como una suerte de “préstamo-puente” interno
para poder cumplir con los pagos prioritarios a bonistas privados y
organismos internacionales.
Una
vez transferida la gran masa de compromisos a las agencias del propio
Estado (un quantum de deuda que no tiene capacidad de repago), el
stock de deuda pública externa – reducido en gran medida por esta
vía – permitiría despejar los saldos importantes de endeudamiento
local para volver a tener margen para colocaciones de deuda afuera.
El
procedimiento habría consistido así en una “internalización”
de deuda – traspaso de deuda externa con terceros a deuda interna
oficial - transfiriéndola al propio Estado, donde luego puede
reducirse o desaparecer por licuación derivada de la inflación, por
sub-indexación de la misma y/o directamente por pase a pérdida.
Tal
sería un resultado posible del esquema enunciado según la Hoja de
Ruta del ministro Boudou – entonces al frente de Economía y hoy a
cargo de la vicepresidencia de la Nación – cuando asumiera en el
año 2009 formulando los tres pasos clave de dicha agenda: 1.
Liquidación del problema de los Holdouts, 2. Arreglo de la Deuda
Externa con el Club de París, y 3. Regreso de la Argentina al
Mercado Internacional de Capitales, precisamente para volver a tomar
Deuda Externa (que tal era el objetivo – hasta hoy frustrado –
del Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005).
LA
AGENDA POST-ELECTORAL.
En
lo inmediato, los resultados de las elecciones parlamentarias del
27.10 no deberían cambiar nada de fondo en materia política
argentina desde el punto de vista de la gestión de gobierno.
Las
elecciones primarias obligatorias de Agosto – elecciones “internas”
que en la mayoría de los casos no tenían razón de ser porque los
grandes partidos políticos fueron a las urnas con listas únicas de
candidatos preestablecidos – ya dieron un panorama anticipado y
confiable que prefigura una derrota del gobierno Kirchner en los
comicios del próximo 27.10.
Las
PASO permitieron identificar así, de manera completa y
cuantificable, las tendencias electorales y el mapa político formal
de la partidocracia argentina.
Si
bien una serie de acciones oficialistas ha tratado de remontar ese
retroceso en las urnas (discursos, anuncios, inauguraciones,
aprobaciones parlamentarias, etc.) no puede saberse en qué medida
estas cosas podrán modificar efectivamente la posición del gobierno
en los próximos comicios.
Es
probable que el sorpresivo problema de salud de la presidenta incida
más en la decisión de voto de la gente que el humor político
general, hoy casi totalmente opacado e indiferente dada la vaciedad
programática de gobierno y de la oposición, la ausencia de debate
sobre cuestiones de fondo de la realidad nacional, la reiteración y
reciclado de figuras ya conocidas, el confeccionamiento mayoritario
de listas sin internas partidarias y, sobre todo, el diversivo o
distractivo de la candidatura Massa, que opera funcionalmente como
“el Bordón de Cristina”.xii
En
materia de omisiones de temas de debate es particularmente notable
que durante toda la campaña las grandes fuerzas políticas en pugna
por las bancas legislativas – tanto del oficialismo como de la
oposición – no hayan abordado el problema económico-financiero
clave que constituye la nueva crisis de Deuda que está viviendo el
país – conforme se explica en la presente nota – ni el de sus
incidencias conexas.
Por
el contrario, el discurso institucional – dentro y fuera del
Peronismoxiii
es soslayarlo, ignorarlo como si el problema no existiera,
cumpliéndose así la regla de que en la Argentina “todo lo
importante es secreto” y de ello no se habla.
La
clave de coincidencia en estas elecciones de medio término puede
resumirse quizás en una idea central: la continuidad de la ficción
del Modelo.
El
oficialismo habla de afianzamiento del Modelo y la pseudo-oposición
habla de corrección, ajuste o perfeccionamiento de ese Modelo pero
la realidad es que la bonanza transitoria de la post-convertibilidad
- que fue presentada por el gobierno Kirchner como si se tratara de
un “modelo” - hoy ya no existe porque han desaparecido los
superávits gemelos – fiscal y externo – que eran el sostén
concreto de su apariencia.
Pero,
aún así, esa versión del Modelo K tuvo su agotamiento y caída,
como lo tuvieron antes la Convertibilidad de las administraciones
Menem y De la Rúa, como lo tuvieron antes los Planes Austral y
Primavera bajo la gestión Alfonsín; y como lo tuvo antes el
Programa de Abril de 1976 del Ministro Martínez de Hoz bajo el
Gobierno Militar.
Y
la característica de estos “planes” y “modelos” es que todos
se derrumbaron por una causa común: el sistema de la Deuda Pública,
que era y sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo
que pasa en la Argentina en materia financiera, económica y
política.
Nuestro
país vive encerrado en una trampa de Deuda Perpetua, es decir, una
deuda pública impagable que inexorablemente va siendo refinanciada,
devengando más servicios por intereses y por capital, y requiriendo
endeudamiento adicional, de modo que el stock de deuda sigue
aumentando.
Los
gobiernos de turno sobrellevan las Crisis de Deuda – esto es, los
momentos de descalce entre recursos disponibles y refinanciaciones de
salvataje (de salvataje a los países deudores pero especialmente
salvataje a los acreedores de esos países) – en forma recurrente:
apelando a tomar siempre más Deuda.
Los
programas de gobierno duran en la Argentina lo que duran los
mecanismos de endeudamiento necesarios para sostenerlos: cuando
inevitablemente se agotan los recursos disponibles – básicamente,
por falta de divisas - es necesario echar mano a fuentes de
financiamiento extraordinarias que, a los fines de su presentación
pública, se revisten bajo la figura de supuestos “éxitos” de
re-estructuración de deudas.
Y
entonces el ciclo vuelve a empezar – por la vía de “barajar y
dar de nuevo” – y su forma clásica es incurrir periódicamente
en una nueva ola de endeudamiento.
Porque
el negocio de los capitales financieros no es llevar a los países
deudores al default sino jaquearlos porque “nadie mata la gallina
de los huevos de oro”, que vive pagando y tomando más deuda (como
la Argentina).
Pero
en tales momentos de crisis de Deuda – crisis periódicas que se
producen por la lógica elemental de la falta de capacidad de repago
– las decisiones financieras se reacomodan y los procesos
políticos derivados de las mismas también (ya que los gobiernos son
los que “tienen que poner la cara” asumiendo los costos de los
cambios ante la opinión pública); y se inicia entonces la
preparación de una “etapa de transición”, un período de tiempo
prudencial para que los nuevos cuadros político-administrativos se
adecuen a las nuevas circunstancias.xiv
El
cuadro de situación explicado en la primera parte de este trabajo y
las señales de cambio enunciadas en la segunda permiten inferir que
la Argentina ha llegado hoy nuevamente a ese punto de inflexión en
el que las decisiones de cambio no pueden ser dilatadas más, que son
decisiones que van a tener que tomarse quienquiera esté al frente
del Ejecutivo y que lo más probable es que tales decisiones van a
estar en línea con un plan de transición hasta fines del 2015, en
que asuma un nuevo gobierno.
No
se sabe, obviamente, cuáles serán esas medidas concretas pero caben
pocas dudas que las acciones ya deben estar decididas, y los
funcionarios que las piloteen también.
Con
el riesgo lógico que supone formular conjeturas en estos casos pero
tomando como base la adscripción de la administración Kirchner al
sistema de la Deuda Pública perpetua, su manifiesta “vocación
pagadora”, su extraordinario esfuerzo fiscal en curso para cumplir
con los servicios de esa deuda y todas las señales emitidas en tal
sentido, es previsible que después de las elecciones se encaren más
crudamente al menos tres cosas:
- Un intento de “estabilización” a través de una “tablita” de alineamiento de la devaluación oficial del peso a la inflación real, con aumento de las tasas de interés a niveles más elevados y positivos (cosa que ya está ocurriendo a través del aumento del piso de las tasas de mercado – Badlar y conexas - tomando como referencia las que paga el BCRA por Lebac/Nobac).
- Un mayor blanqueo del plan de ajuste encubierto que se viene llevando a cabo para disponer de mayores recursos destinados al pago de la Deuda (aumento de la presión tributaria, retraso cambiario relativo, baja de subsidios contra aumento de precios y tarifas de servicios públicos, freno del ritmo de aumento de salarios y jubilaciones, etc.). Y
- Fin de la Deuda intra-Estado – por agotamiento o tope en sus posibilidades de “préstamo puente” interno – y vuelta al Mercado Internacional de Capitales, para colocar más deuda en función de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los holdouts, 2. Arreglo con el Club de París, y 3. Retorno al Mercado Financiero Mundial.
Este
último punto, presentable ante la opinión pública como una
supuesta victoria sobre los “fondos buitre” (que entrarían en la
nueva reapertura del Megacanje y/o en sus negociaciones paralelas),
como el logro de un acuerdo con el Club de París que suponga el
anuncio de nuevas Inversiones Extranjeras Directas (IED) y como una
colocación piloto o experimental “exitosa” de bonos externos en
el mercado internacional de capitales, bajo el argumento de hacerlo a
tasas de interés más bajas, le abriría las puertas a la Argentina
para “reinsertarse” – una vez más – en el mercado de Deuda
Externa.xv
Sólo
faltaría saber si estos cambios se llevarán a cabo, durante el
período de transición, por el propio gobierno CFK –
contradiciendo su discurso del des-endeudamiento y su aparente
resistencia a volver a endeudarse en el exterior – o si tales
cambios serán hechos por otra administración que prematuramente la
suceda.
EN
CONCLUSION:
El
panorama post-electoral de Octubre pareciera estar definido en sus
rasgos esenciales. Las cosas habrían pasado a tener, por ahora, un
compás de espera en base a la fórmula de: primero, que el pueblo
vote, y luego el gobierno – quienquiera esté al frente del
Ejecutivo - informará sus decisiones.
La
Argentina está nuevamente en Crisis de Deuda - aunque oficialismo,
oposición y medios de comunicación se empeñan en soslayarla –
porque el gobierno no tiene capacidad de repago para cubrir los
servicios de la Deuda Pública con recursos genuinos y habría
llegado al tope de uso de la Deuda intra-Estado.
Como
ya ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente, las grandes
estructuras de poder económico-financiero, nacionales y
multinacionales, están preparando la Transición al 2015, que la
Clase Política tiene luego que llevar a cabo.
Esta
transición, sin embargo, encuentra tres escollos básicos que el
gobierno tiene que resolver en función de las exigencias del capital
financiero internacional:
- El dilema de la posición de reservas netas del BCRA, sus necesidades de reposición y/o acumulación de divisas y el nuevo marco de libertad en el movimiento de capitales.
- El manejo de las cuentas fiscales de modo de volver a garantizar tanto la autonomía del BCRA como el logro de superávits gemelos: fiscal y externo.
- El modo de allanar el cumplimiento de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar nueva deuda.
Estas
elecciones no traerán cambios por sí mismas sino que los verdaderos
cambios se harán después de las elecciones: es la forma tradicional
en que la Democracia queda subordinada a las exigencias del
Electoralismo.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 17.10.2013
Archivo: GIULIANO
ARTICULO 2013 10 17 DP ELECCIONES.
NOTAS:
La famosa frase de referencia de George Santayana (1863-1952) es la
que dice que “aquellos que no recuerdan el pasado están
condenados a repetirlo”.
Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo
titulado “Alerta roja sobre el Banco Central” (2.10.2013).
iii
Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos y están
tomadas siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos respectivos.
iv
Estas reservas netas pueden ser mucho menores todavía si – como
sospecha Javier Llorens – el gobierno pudiera estar integrando
parcialmente el monto de las reservas internacionales con títulos
públicos argentinos, cosa que ahora le permitiría la Carta
Orgánica (CO) del BCRA reformada el año pasado (Ley 24.144
modificada por la 26.739, del 27.3.2012).
v
El BCRA repone las reservas
que presta al Tesoro comprando las divisas provenientes de las
exportaciones con emisión de dinero, lo que presiona sobre el nivel
de los precios.
Para
contener los efectos inflacionarios de tal aumento del circulante,
el mismo BCRA rescata o esteriliza la mayor parte de esos billetes
emitidos colocando Letras/Notas (Lebac/Nobac), que es Deuda
cuasi-fiscal (deuda paralela e independiente de la del Tesoro
Nacional).
Esto
significa que, por carácter transitivo, las Reservas se compran con
Deuda.
Por
esta deuda en Lebac/Nobac el BCRA paga actualmente intereses del
orden del 18-19 % anual mientras que por la colocación de las
Reservas Internacionales (casi su totalidad en plazos fijos) tiene
un rendimiento casi nulo: el año 2012 fue de sólo un 0.11 % y el
2011 había sido de 0.17 %.
Concretamente,
según el Balance del BCRA 2012 – conocido hace pocos días – el
banco tuvo ganancias por intereses cobrados sobre las reservas de
sólo 255 M$ mientras que durante el mismo ejercicio pagó intereses
sobre títulos propios (las Lebac/Nobac) por 11.360 M$: 45 veces
más.
vi
Al 31.12.2012 la Deuda Externa Privada sumaba unos 68.500 MD, de
los que 22.000 MD a esa fecha se encontraban vencidos (eran Deuda
exigible) y otros 27.800 MD tenían vencimiento durante el año
2013.
vii
Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo
sobre “Deuda Pública y Presupuesto 2014 (20.9.2013).
viii
El saldo de la deuda pública al comienzo de la administración
Kirchner era de unos 175.000 MD (año 2003), durante el decenio
2003-2012 - según la presidenta Cristina Kirchner - se pagaron
servicios de deuda por 173.700 MD pero actualmente el saldo de la
deuda es superior a los 209.000 MD (al 31.12.2013), monto que se
eleva a 300.000 MD si se le suman los intereses a pagar (72.000 MD)
y los pagos faltantes estimados por Cupones PBI (unos 16.000 MD).
La
Deuda aumentó 18.800 MD el año 2012 y había aumentado 14.600 MD
en el 2011.
Por
ende, no es cierto que el país se esté des-endeudando.
ix
Los vencimientos de
Capital no se amortizan en forma neta sino que se pagan íntegramente
con nuevas deudas, deudas que son contraídas en su gran mayoría
con el propio sector público, principalmente con la ANSES, el BCRA
y el Banco Nación (BNA). Estas obligaciones intra-Estado no tienen
capacidad demostrada de repago y además se sigue tomando siempre
deuda adicional a la que se cancela.
Según
el Presupuesto 2014 el año que viene vencen 44.300 MD de deuda por
capital y está previsto tomar deuda por 57.000 MD, es decir, por
12.700 MD más.
A
estas previsiones presupuestarias expresas de endeudamiento hay que
sumarle luego las deudas que se agregan para cubrir los déficits
fiscales, que no están previstos pero que se vienen produciendo en
forma creciente pese a las optimistas proyecciones de equilibrio: en
2011 se había previsto un superávit de 1.600 M$ pero resultó, en
cambio, un déficit de 31.700 M$; y en 2012 se previó un superávit
de 1.500 M$ y resultó un déficit de 55.600 M$.
Para
el 2013 estaba también previsto un superávit, de 600 M$, pero
ahora el propio gobierno estima un déficit de 44.600 M$ y
proyecciones privadas lo elevan a 50 ó 60.000 M$.
Para
el Ejercicio 2014 se prevé nuevamente un superávit, en este caso
de 870 MD.
Los
intereses - a diferencia de los vencimientos de capital - se pagan
en efectivo como parte del Gasto Público Corriente y son también
crecientes: para el año 2014 está previsto pagar por este concepto
73.300 M$ (12.200 MD).
Estos
intereses tienen así un incremento del 73.8 % mientras que el
aumento del Gasto Público en su conjunto es del 19.2 %.
x
Las deudas provinciales se están contrayendo hoy con Organismos
Financieros Internacionales (Banco Mundial, BID, CAF) y también
con inversores financieros privados. Se toman en moneda extranjera,
en pesos y/o en moneda local indexada por dólar oficial (bonos con
cláusula dólar linked); y se contraen con/sin garantía de
recursos naturales (caso petróleo).
Las
principales provincias involucradas – con Buenos Aires, Córdoba y
la CABA a la cabeza – están colocando deuda que ofrece altos
rendimientos en dólares a los acreedores, del orden del 10 % o más
según los casos.
xi
La deuda con el Club de París es de 6.100 MD según el gobierno
Kirchner pero los reclamos completos del mismo contra el país –
incluyendo multas, punitorios y gastos – son superiores a los
9.000 MD. En la actualidad esta deuda no se está pagando, de modo
que su regularización (atada a nuevos créditos) también subiría
en forma relevante los servicios por capital e intereses.
xii
La
irrupción de la figura de Sergio Massa como pseudo-alternativa
opositora es funcional al gobierno Kirchner. Cubre, de hecho, la
misma finalidad que José Bordón contra Menem en 1995 y que Roberto
Lavagna contra Cristina Kirchner en 2007: dividir el voto de la
oposición.
xiii
De hecho, la suma de intenciones de voto - según sondeos
preliminares - estaría dando un 40 % a Massa y un 30 a Insaurralde,
lo que hace en conjunto más de un 70 % del electorado polarizado en
las dos grandes versiones actuales del Peronismo como Partido o
facción electoral.
xiv
Esto ya pasó en la Argentina muchas veces en la historia reciente y
puede incluso identificarse la secuencia en el tiempo que marca la
correlación directa entre crisis de deuda y cambios
político-financieros en la Argentina:
- la crisis de deuda y default de 1981-1982, que implicó el gran cambio del gobierno militar al gobierno civil.
- el reacomodamiento de gabinete por las presiones externas de definición de la crisis de deuda en 1985-1987 que llevó al equipo Sourrouille, con los planes Austral y Primavera, bajo la administración Alfonsín.
- la crisis de Deuda e Inflación que arrastró la renuncia anticipada del Dr. Alfonsín en 1989.
- la crisis de deuda que llevó al equipo Cavallo y, con él, a la Convertibilidad en 1991 y al Plan Brady 1992-1993 (de la que el Plan de Convertibilidad era requisito).
- la crisis de deuda del Tequila (1994-1995), que motivó en la Argentina las garantías por parte de grandes bancos sobre el endeudamiento externo bajo la administración Menem.
- la crisis de deuda 1999-2001, bajo la administración De la Rúa-Cavallo, que después del fracaso del Blindaje, de la operación cuasi-delictiva del Megacanje de 2001 y del nuevo canje de Noviembre terminó en el default de Diciembre de ese año.
- la crisis por las presiones de definición para la salida del default en 2003-2005, que llevó al Megacanje Kirchner-Lavagna, por el cual se dio el “lavado” de gran parte de la deuda del 2001 y se pactaron nuevas condiciones de capitalización de intereses, ajuste de deuda en pesos por inflación y cupones PBI (VLPBI), así como se dio la aceptación de nuevas cláusulas de servidumbre financieras (entre las cuales, la del Acreedor más favorecido).
- la crisis por el fracaso del Megacanje 2005, dada la incapacidad de pago con fondos genuinos, lo que motivó la estatización de los fondos jubilatorios de las AFJP (en 2008) y el uso en gran escala de reservas del BCRA para poder atender los servicios crecientes de la deuda pública (desde Enero de 2006 con el FMI y desde 2010 con los Fondos de Desendeudamiento Argentino).
- la nueva crisis actual por los fallos de Nueva York a favor de los holdouts, las sentencias contra la Argentina en el CIADI, la demora de acuerdo por la deuda externa con los países del Club de París, la concentración de vencimientos de la deuda del Estado Central (potenciada por el aumento acumulativo de los pagos por VLPBI), la Deuda Pública Indirecta (Entes Públicos y BCRA en particular) y por la no disponibilidad de divisas para la Deuda Externa Privada; todo lo cual estaría conduciendo a cambios de gobierno y de políticas que se darían a conocer después de las elecciones de Octubre.
Cualquiera
sea el juicio de valor sobre este listado de puntos, se trata de
hechos históricos concretos que marcan nuestra historia
económico-financiera contemporánea y que están vinculados
directamente con el problema de la Deuda.
xv
Cabe agregar una conjetura complementaria pero algo inevitable en
torno al problema de la falta de reservas internacionales de BCRA,
que han caído ya a niveles de peligro.
Las
necesidades de provisión de divisas para cubrir las obligaciones de
la balanza de pagos, acentuadas por la acumulación de servicios
financieros atrasados de la Deuda Externa Privada y su vinculación
con el giro de Utilidades/Dividendos, así como los desbalances ya
citados en materia energética, automotriz y turismo, obligarían al
gobierno a buscar – de alguna manera – una suerte de “blindaje”
para recomponer la posición de reservas netas del BCRA.
Una
parte de ello pudiera conseguirse a través del aumento de los
depósitos en dólares – para lo cual se necesitaría modificar
las condiciones del mercado cambiario local – y también puede
lograrse por medio de mayores préstamos de otros bancos centrales
(como el caso del Banco de Francia, que le ha concedido a nuestro
país otro préstamo por 3.000 MD al BCRA) y/u otros organismos
financieros internacionales (como el Banco de Pagos Internacionales
o BIS de Basilea).
Existe
también la posibilidad que se re-implante algún mecanismo que
facilite nuevamente el incremento de los ingresos de capitales –
especulativos y/o IED – dentro de este nuevo esquema de
recomposición de reservas y que ello se pudiera dar en gran escala,
como ya viene ocurriendo en Ibero-América en general (con Brasil a
la cabeza).
Otras
variantes pueden darse, concurrente o separadamente, por vía de
acuerdos oficiales multilaterales o bilaterales.
El
swap o pase de monedas negociado con China desde Mayo de este año –
por hasta 10.000 MD – es uno de los instrumentos posibles para
este tipo de operaciones pero, hoy por hoy, dada la difícil
situación del BCRA, pudiera resultar insuficiente.
DEUDA
PÚBLICA Y ARREGLOS DEL CIADI.
Por
Héctor GIULIANO (2.11.2013).
El
10.10 pasado la administración Kirchner dio a conocer un acuerdo
celebrado con cinco acreedores en relación a juicios perdidos por la
Argentina ante el CIADI, Tribunal Arbitral del Banco Mundial (BM).
Esta
noticia se difundió pocos días después de iniciada la licencia por
enfermedad de la presidenta Cristina Fernández – cuyo inicio fue
el 5.10 y la operación el día 8 – y, a la vez, durante el tramo
final de la campaña electoral por la renovación parlamentaria del
27.10, si bien se entiende que los acuerdos habrían sido
establecidos durante el viaje del ministro Lorenzino a Washington del
18.9.
La
clave de estos arreglos parece estar en la nueva fórmula de pago de
fallos externos con deuda pública y en la aceleración de los
tiempos de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado
Internacional de Capitales.
EL
ARREGLO CON LOS FB DEL CIADI.
Las
sentencias en contra de nuestro país por reclamos de empresas
extranjeras, que se arrastraban desde la salida de la
Convertibilidad, se produjeron en los últimos años y su
cumplimiento venía siendo dilatado por el gobierno sin mayores
perspectivas de éxito, salvo como forma de ganar tiempo en el
diferimiento de los pagos.
Lo
mismo que en el caso de los bonistas que no entraron en el Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (los holdouts) la estrategia legal
seguida en cuanto aceptar la competencia de tribunales extranjeros y
no cuestionar la legitimidad de las acreencias reclamadas hacía que
inexorablemente esos juicios iban a ser perdidos y nuestro país
tendría, temprano o tarde, que afrontar los arreglos de pago
pertinentes.
Esto
era así y lo va a seguir siendo porque el gobierno Kirchner mantiene
su decisión de no investigar las irregularidades de origen y
refinanciamiento de las obligaciones de la Deuda Pública, porque –
después de 10 años de gestión – mantiene al país en el marco de
los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) firmados en la década
del ´90 que suponen garantías y privilegios a favor de las Empresas
Extranjeras y porque sigue aceptando en sus convenios de nueva deuda
externa la prórroga de jurisdicción a tribunales externos y los
mecanismos de arbitraje correspondientes.
Dentro
de este contexto, el acuerdo con los acreedores de 5 juicios perdidos
ante el CIADI constituiría un “caso testigo” dada la existencia
de entre 30 y 40 reclamos de este tipo todavía pendientes ante
tribunales internacionales.
Después
de largos años de trámites judiciales y de pleitos perdidos el
gobierno ha dado ahora pasos concretos en este asunto específico del
cumplimiento de las sentencias.
Según
la Resolución del Ministerio de Economía 598/2013 se aprueba un
Modelo de Convenio – denominado “Acuerdo Transaccional” –
para ser firmado con cada uno de los acreedores por los laudos
arbitrales del CIADI.
El
acuerdo rige para cinco titulares que no en todos los casos son los
reclamantes originales sino compañías financieras que compraron los
derechos de las sentencias, esto es, al modo de los denostados
“fondos buitre” (FB) en cuanto a bonos públicos:
- Blue Ridge Investment LLC, por la denuncia de CMS Gas Transmission Company.
- CC-WB Holding LLC, por el reclamo de Continental Casuality Company.
- Vivendi Universal SA y Compañía de Aguas del Aconquija SA.
- Azurix Corporation. Y
- NG-UN Holdings LLC, por el reclamo de Grid PLC (en el ámbito de la comisión arbitral para el Derecho Mercantil Internacional de Naciones Unidas).
Según
informaciones periodísticas, los derechos de CC-WB (2) y NG-UN (5)
habrían sido traspasados recientemente a Gramercy Funds Management,
una firma que estaría vinculada al vicepresidente Boudou vía
Arcadia, de Marcelo Etchebarne, en hechos relacionados con la
reapertura del canje en 2010.
La
Resolución 598/2013 no contiene cifras sino solo el procedimiento de
la operación de pago de los fallos del CIADI – fijado a través
del Modelo de Convenio antes citado - cuyos lineamientos operativos
básicos son los siguientes:
- El gobierno argentino no paga los laudos arbitrales en efectivo sino con bonos de la Deuda Pública.
- Los importes por Capital se abonan con títulos Bonar X, vencimiento en 2017 y tasa de interés del 7 % en dólares.
- Los importes de Intereses se abonan con títulos Boden 15, vencimiento 2015 y tasa también del 7 % anual.
Conforme
los términos de la Resolución 598 la propuesta de acuerdo que dio
base a este arreglo fue iniciativa de las empresas titulares de los
derechos sobre los laudos del CIADI y se habrían efectuado entre el
9 y el 13 de Agosto pasado.
Según
el Comunicado de Prensa del Ministerio de Economía (MECON) - que
informa muy escuetamente sobre los números de la operación - la
suma a pagar por los cinco laudos en firme del CIADI es de 677
Millones de Dólares (MD) de Monto total (Capital más Intereses).
Sobre
este importe los acreedores habrían acordado efectuarle una quita a
la Argentina del 25 % - 171 MD – de modo que el neto a pagar
resultante sería de unos 500 MD (506).
Además,
los acreedores comprarán nueva deuda por bonos BAADE – emitidos
para el último blanqueo de capitales – por el 10 % del importe
total de los laudos: 68 MD.
Es
decir que – según la información oficial - el gobierno emitirá
nuevas obligaciones por un total de 568 MD cuyo cumplimiento le
caería a la futura administración que asuma a fines de 2015.
El
MECON no ha editado hasta el momento informaciones desagregadas que
permitan analizar las cifras, los cálculos y, por ende, los
resultados concretos de las operaciones realizadas.
Paralelamente
- por Decisión Administrativa 830/2013 del Jefe de Gabinete Abal
Medina - se autorizaron las modificaciones presupuestarias
correspondientes sobre el Ejercicio 2013 formalizando así el nuevo
mecanismo de pago de sentencias judiciales – que son deudas no
registradas1
- con títulos de la Deuda Pública.
Esta
“innovación” es importante porque abre la puerta a una nueva
modalidad de incremento del endeudamiento público – aplicable a
todo juicio contra el Estado (CIADI, Holdouts, Proveedores,
Jubilados, etc.) – lo que puede terminar elevando el stock de la
deuda argentina a niveles impredecibles.
CONTEXTO
DEL ACUERDO.
En
el último trabajo del autor sobre el problema de la Deuda2
ya se enumeraba una serie de señales en materia de nuevo
endeudamiento público que indicaría claramente que los
acontecimientos se precipitan en esta materia.
Hechos
relevantes se están produciendo en estos días y las noticias
reflejan los cambios en este sentido:
- El acuerdo con los acreedores del CIADI, que abre la puerta a toda una lista de futuros arreglos de pago de sentencias con bonos del Estado.
- El uso del BAADE – Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico – habilitado originariamente para el último blanqueo de capitales como nuevo título de deuda de colocación generalizada (para lo cual se autorizó la ampliación del monto en otros 1.000 MD).
- El destrabe de nuevos préstamos del Banco Mundial – del que depende el CIADI – a través de la aprobación del programa de Estrategia de Asistencia al País (EAP) para el trienio 2014-2016, que implica créditos por 3.000 MD, de los que 1.000 MD se espera sean otorgados en lo que resta del 2013.
- El paralelo acuerdo ya firmado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por otros 3.000 MD, contando con un desembolso de 1.200 MD para lo que falta del 2013.3
- La aceleración de las negociaciones con los denostados “fondos buitre” beneficiados por los fallos de Nueva York – con el fondo NML Elliot, de Paul Singer, a la cabeza – para tratar de llegar a un arreglo también con los mismos en base a la nueva fórmula de pago con bonos (ya sea por arreglo directo, por tercerización de otros bonos – como el caso Gramercy – y/o por consenso con los bonistas que ya entraron en el Megacanje).
- Las conversaciones sostenidas con el Fondo Monetario (FMI) para instrumentar el nuevo IPC Nacional en reemplazo del Índice de Precios actual del INDEC y también la posibilidad de retorno a las revisiones anuales del Artículo IV del Estatuto del Fondo, con lo que se normalizarían las relaciones con nuestro país y con el Grupo de los 20.
- El avance paralelo hacia un arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París – vinculado formalmente a la cuestión de la Auditoría del FMI – que destrabaría, a su vez, una serie de Inversiones Extranjeras hacia la Argentina.
- La tolerancia frente a la impresionante Deuda Externa Privada acumulada en la Argentina debido a la falta de divisas del Banco Central (BCRA).4
- La asistencia de otros Bancos Centrales (como el Banco de Francia, por 3.000 MD) y de Organismos Financieros Internacionales (como el BIS de Basilea) al BCRA para tratar de sostener su grave posición de reservas netas.5
- La creciente Deuda en moneda extranjera o deuda en pesos indexada por tipo de cambio (dólar linked) que están contrayendo las Provincias (incluyendo particularmente la CABA) con autorización y garantía de la Nación.
- El paralelo aumento de la Deuda Pública Indirecta – Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios – que se está registrando (con YPF a la cabeza) y del que el gobierno no da información consolidada alguna.
- El aumento de las Tasas de Interés del Mercado derivado del incremento del piso de las tasas que fija el BCRA con su deuda cuasi-fiscal a corto plazo por Lebac/Nobac (hoy del orden del 18 % anual).
- La suba de los movimientos de Bolsa y la mejora de cotización de los títulos públicos. Y
- La baja de la sobretasa por Riesgo País, a unos 900 PB (Puntos Básicos, según el Índice EMBI+ de JP Morgan).
Se
trata de una serie de indicios inequívocos en el sentido que el
gobierno Kirchner – pese al grandilocuente discurso oficial del
“des-endeudamiento” - avanza hoy, en cambio, aceleradamente en el
cumplimiento de la Hoja de Ruta del entonces Ministro de Economía y
hoy Vicepresidente Boudou, que preveía tres pasos esenciales para
“normalizar” la Deuda Pública Argentina: 1. La liquidación de
los juicios de los Holdouts y los reclamos en el CIADI, 2. El arreglo
de la Deuda Externa con los países del Club de París, y –
cumplidos los dos pasos anteriores – 3. Volver al Mercado
Internacional de Capitales para colocar Deuda (que era, en realidad,
el objetivo primario y no conseguido del Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005).
CIADI
Y CRISIS DE DEUDA.
La
Argentina – lo hemos dicho mil veces – se encuentra en Crisis de
Deuda: una crisis estructural por insolvencia fiscal y no por
iliquidez pública.
Porque
una crisis permanente por iliquidez frente a una deuda impagable es
una crisis de estructura financiera del Estado.
Los
gobiernos de turno y la clase política en general son cómplices del
Sistema de la Deuda, que es un sistema de Deuda Perpetua, en el que
los pasivos por Principal no se amortizan nunca sino que se
refinancian continuamente y a la vez se toma más deuda, todo lo cual
incrementa la suma de intereses a pagar.
Este
mecanismo lleva inexorablemente a que la Deuda siempre sigue
aumentando6
y los requerimientos de financiamiento final externo devienen
“necesarios” porque el sistema está armado por el establishment
financiero para eso: para volver a endeudarse.
La
Argentina ya ha pasado varias veces por esta misma experiencia, que
es parte de un proceso identificable de los Ciclos de Endeudamiento
Público:
- Períodos de toma de Deuda sin capacidad de repago alentados por expectativas artificiales de obtención de préstamos “manejables”.
- Punto de saturación o inflexión, a partir del cual se empieza a desnudar la tradicional insolvencia fiscal frente a las obligaciones contraídas durante la etapa 1.
- Estrangulamiento del perfil de vencimientos que obliga a la entrada en régimen de emergencia financiera fiscal (retraso cambiario, aumento de las tasas de interés, aumento de la Presión Tributaria, intento de contención del Gasto Público, freno al aumento de los salarios reales, uso de fondos fiscales de reserva, etc.) y pasaje a una re-estructuración de pasivos generalizada.
- Vuelta al Mercado Internacional de Capitales sobre la base de las nuevas refinanciaciones especiales con el argumento de mejora relativa en las condiciones de endeudamiento, fácil disponibilidad de créditos externos y esencialmente “confianza”. Con lo que el ciclo vuelve a empezar.
Dentro
de este esquema – al que hemos hecho referencia en otras
oportunidades pero no es aquí del caso volver a desarrollar – cabe
una aclaración importante: las Crisis de Deuda usualmente se
manifiestan en la etapa 3 del Ciclo pero son confundidas con un fin
de ciclo, lo que es erróneo porque las Crisis son parte del Ciclo;
más aún, son la clave del Ciclo de Deuda.
Cuando
se llega a la transición entre las etapas 3 y 4 siempre se ensayan
nuevas alternativas financieras de continuación – la capacidad de
inventar variantes especulativas es hoy casi infinita – con lo que
se producen diferencias de forma o presentación en los mecanismos de
refinanciamiento pero la esencia de los procedimientos de fondo sigue
siendo la misma: el reciclado de deuda, la toma de deudas nuevas y el
mantenimiento de la incapacidad de repago que garantiza a los
prestamistas financieros la perpetuidad del Sistema.
Dentro
de este encuadramiento devienen más entendibles las innovaciones
financieras presentadas a lo largo de los últimos 35 años de Deuda
Pública Argentina: Deuda Externa “barata” por el auge de los
petro-dólares en la época del Proceso Militar, re-estructuraciones
democráticas con los Planes Austral y Primavera ligados a los
Acuerdos de Nueva York de 1985-1987 bajo la administración Alfonsín,
Convertibilidad y Plan Brady 1992-1993 bajo la administración
Menem-Cavallo, Blindaje-Megacanje 2001-Default (como “accidente”
forzado del Ciclo) bajo De la Rúa-Cavallo, Endeudamiento por
Pesificación bajo la administración Duhalde (2002) y Megacanje
Kirchner-Lavagna 2005-2010 bajo la actual administración K.
Todas
estas experiencias de re-estructuraciones fueron presentadas en su
momento como negociaciones “exitosas” pero terminaron
invariablemente en fracasos y nuevas Crisis de Deuda, es decir, en
procesos de “barajar y dar de nuevo” replanteando los términos
de endeudamiento; pero sin salir nunca de la trampa básica del
endeudamiento, que es la toma de deuda sin capacidad de repago.
Hoy
la nueva fórmula de “pago de juicios con bonos” aparece como una
variante innovadora después de agotar las posibilidades de la Deuda
intra-Estado (fundamentalmente: uso de reservas internacionales para
pago de Deuda Externa y vaciamiento de fondos públicos utilizados
para el pago de Deuda Interna).
Esta
fórmula sería presentada como una alternativa de solución al
problema de los juicios contra el Estado y como un primer paso para
destrabar el regreso de la Argentina a los Mercados de Capitales.
Con
ello se trata además de soslayar el reconocimiento del fracaso del
Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (que llevó al uso masivo de
la Deuda intra-Estado) y se busca enmascarar la nueva situación de
Crisis de Deuda que caracteriza el paso de la etapa 3 a la 4 del
Ciclo: el intento de nuevas formas de refinanciación para garantizar
la continuidad del Sistema de Deuda Perpetua.
EN
CONCLUSIÓN:
El
fin del mito del Modelo – contradicho con el agotamiento de los
superávits gemelos (fiscal y externo) – ha ido paralelo a la
falsía del Des-endeudamiento.
El
extraordinario crecimiento de la Deuda intra-Estado ha operado
funcionalmente como “préstamo-puente” interno hasta agotar los
recursos fiscales acumulados a costa de la descapitalización del
BCRA (por salida de capitales y por uso de reservas en gran escala
para pagar Deuda Externa), a costa del desfinanciamiento de los
Organismos Nacionales (con el Fondo de la ANSES a la cabeza) y
también a costa de comprometer los recursos crediticios del Banco
Nación y desviar fondos presupuestarios de sus destinos específicos.
Pero
– como lo veníamos señalando repetidamente – la política de
Deuda intra-Estado tenía un tope y ese límite parece haber llegado.
Ahora
nos encontramos ante la paradoja que el traspaso masivo de Deuda
Externa con Terceros – Acreedores Privados y OMC – a Deuda
interna con el propio Sector Público ha dejado un pasivo tan enorme
como impagable como carga para el Fisco mientras todas las supuestas
“buenas noticias” convergen en decir que al país se le abren
nuevamente las puertas para volver a tomar más deuda con terceros,
en especial deuda en mercados externos.
Así,
mientras la Deuda intra-Estado corre el riesgo cierto de ser pasada
gradualmente a pérdida en algún momento, o licuada por inflación,
el gobierno – habiendo “desagotado” parcialmente sus
obligaciones con terceros – puede encaminarse otra vez a la
“regularización” deseada de su Deuda Pública con la adopción
de nuevas formas de endeudamiento.
Faltaría
sólo determinar si este proceso de cambio – definido con el
equívoco rótulo de “transición” – será administrado por el
propio gobierno Kirchner (bajo la formulación de una “nueva etapa”
del Modelo distinta del “Des-endeudamiento”) o si será piloteado
por otro que lo suceda.
En
uno y otro caso - cualquiera sea la forma de presentación de las
“innovaciones”, cualquiera sea el malabarismo verbal que se
utilice para encubrir la realidad de los cambios, cualquiera sea el
grado de apoyo de la partidocracia con representación parlamentaria
y de la opinión pública conducida por los grandes medios del
establishment – la administración que pilotee esta transición
hacia el nuevo endeudamiento puede terminar pagando un alto costo
político. Sólo el costo político, porque el costo financiero y
económico lo seguirá pagando el pueblo argentino a través de la
Política de Estado de la Deuda Pública.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 2.11.2013.
Archivo:
GIULIANO ARTICULO 2013 11 02 CIADI
____
Las “deudas no registradas” son obligaciones que el MECON no
incluye dentro del saldo de la Deuda Pública del Estado Central
pero que existen y tienen que ser abonadas, como es el caso de los
intereses a pagar, la capitalización de intereses, las
indexaciones por CER, los Cupones PBI y los juicios contra el Estado
con sentencia en firme.
3
El 31.10 pasado, por ejemplo, se informó sobre la concesión de un
nuevo préstamo para la construcción de rutas dentro del proyecto
multinacional del Norte Grande Argentino por 300 MD.
Los
préstamos de los Organismos Multilaterales de Crédito (OMC: Banco
Mundial, BID y CAF) son discutibles en cuanto a su necesidad y
destino por tratarse de deudas sin capacidad de repago demostrada,
por ser en gran medida créditos en divisas para financiar obras que
se pagan en pesos (incluyendo los planes sociales) y/o por
destinarse al pago de consultoras internacionales que prestan
servicios de asesoramiento.
Al 31.3.2013 – último dato oficial – el stock de la Deuda
Externa Privada era de 68.550 MD, de los que 21.700 MD eran Deuda
Exigible (por estar vencida) y 25.900 (casi 26.000) vencían en el
2013.
La
vida media de esta deuda es de sólo 1.6 años y si bien las
obligaciones son privadas las divisas tiene que proveerlas el BCRA y
al tipo de cambio oficial.
Según el Balance semanal resumido del BCRA al 23.10.2013 – última
información disponible – el saldo de reservas netas era de unos
20.000 MD: Reservas Brutas 34.000 – Cuentas Corrientes en otras
monedas 8.900 – Otros Pasivos 4.800 = 20.300 MD.
Sin
contar el stock de Lebac/Nobac - equivalente a 21.300 MD - y sin
considerar las transferencias de reservas al Tesoro para el pago de
Deuda Externa que falta girarle este año ni la previsión de los
10.000 MD a darle en 2014, ambas a través del Fondo de
Desendeudamiento Argentino (FDA).
La evolución real del stock de la Deuda Pública – tal como lo
hemos explicado reiteradamente en distintos trabajos - ha sido
permanentemente creciente durante la administración Kirchner: el
monto de deuda al inicio de su gestión, en 2003, era de unos
175.000 MD; la presidenta dijo que en los 10 años de administración
K se pagaron unos 174.000 MD pero hoy el Estado debe oficialmente
209.000 MD (según datos del MECON al 31.12.2013); que si se le
suman los intereses a pagar (72.000 MD) y los Cupones PBI (15.000
MD) todavía faltantes de pago llevan el stock real de la Deuda en
cabeza del Estado Central a unos 300.000 MD.
LA
DEUDA PÚBLICA AL 30.6.2013.
Por
Héctor GIULIANO (17.11.2013).
Días
pasados el Ministerio de Economía (MECON) editó en su página web
el Informe sobre Deuda Pública del Estado Central al 30.6.2013.
El
anterior informe – que es trimestral – correspondía al final de
2012. Esto es, que hasta principios de Noviembre de este año no se
conocieron las cifras acumuladas del ejercicio en curso, que ahora se
editaron simultáneamente para los trimestres I y II.
Según
la información oficial, durante el primer semestre no se habrían
producido variaciones relevantes con respecto al 31.12.2013. La
situación a esa fecha – fin del año pasado - ya fue tratada
oportunamente en otros artículos del autor, por lo que el presente
trabajo sólo tiene por objeto analizar los nuevos datos
diferenciales a la vez que se formulan, como siempre, algunas
observaciones y comentarios al respecto.
EL
STOCK DE LA DEUDA.
El
saldo oficial de la Deuda Pública a mediados de este año es de
207.600 MD1:
196.100 MD por deuda performing o en cumplimiento y 11.500 MD por
deuda con los bonistas que no entraron en el Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (los holdouts).
Si
a este total se le suman los intereses a pagar a futuro – 72.200 MD
– y los cupones ligados al PBI (VLPBI) – que se estiman en unos
15.000 MD todavía faltantes de pago – el monto de la deuda oficial
sube en realidad a 294.800 MD, casi 295.000.
Falta
considerar aquí la capitalización de intereses por anatocismo (que
hoy es poco significativa)2,
los ajustes sobre el stock de deuda por tipo de cambio y por
inflación interna (sobre la deuda en pesos ajustada por CER), los
reclamos y gastos por los juicios de holdouts y arbitrajes ante el
CIADI, y los adicionales y punitorios por la Deuda Externa con los
países del Club de París.
Por
este motivo, el stock real de la Deuda Pública del Estado Central se
mantiene hoy arriba de los 300.000 MD.
EVOLUCION
DEL ENDEUDAMIENTO.
La
cifra oficial del stock de deuda que muestra el Gobierno al 30.6
pasado – los 207.600 MD – presenta una particularidad: el saldo
final habría bajado unos 1.300 MD durante el primer semestre del año
(contra 209.000 MD a fin de 2012).
Este
punto merece una explicación:
- Durante los seis primeros meses de este año la deuda aumentó en realidad unos 4.400 MD: se tomaron nuevas obligaciones por 6.200 MD y se cancelaron viejas por 1.800 MD.
- Por ajustes de valuación, empero, se computaron disminuciones de 5.800 MD – 4.900 MD por Tipo de Cambio y 1.500 MD por CER – por lo que la variación final del semestre (más/menos otros conceptos menores) resultó negativa de los 1.300 MD citados, es decir, una leve baja del saldo final.
Esto
último – punto b) - fue así por lo siguiente:
- Por metodología internacional las cifras de la Deuda Pública se expresan en Dólares pero el 41 % de la Deuda – tomada oficialmente al nivel de los 196.100 MD – está en pesos y el 59 % en moneda extranjera, de modo que la incidencia del mayor aumento del ritmo devaluatorio del peso en lo que va del año explica básicamente la disminución producida por Tipo de Cambio.3
- Este ahorro que obtiene el Tesoro por licuación de parte del stock de deuda en pesos por vía devaluatoria (4.900 MD) la sufre, sin embargo, el propio Estado porque la mayoría de las obligaciones en moneda local son Deuda intra-Sector Público: Adelantos Transitorios del Banco Central (BCRA, 9.300 MD al 30.6) y Títulos Públicos en Moneda Nacional (33.700 MD en total, de los que la mayor parte está en manos de agencias del Estado, como la ANSES, el Banco Nación, la AFIP, el FFRE, Lotería/Casinos, PAMI, etc.).
- El otro ahorro por licuación de deuda que beneficia a la Tesorería (1.500 MD) proviene de la sub-indexación del CER, que replica la Inflación Oficial del INDEC: 10.5 % contra el IPC Congreso del 26 %. Pero el costo de esta licuación lo sufre la ANSES – que administra la plata de los jubilados – ya que prácticamente la totalidad de la deuda en pesos ajustada por CER, que equivale a 33.200 MD, está en manos de este organismo.
Ergo,
las obligaciones de la Deuda Pública siguen aumentando – más de
6.000 MD en el primer semestre4
- pero ese aumento se compensa contablemente por diferencia de cambio
y por ajuste de la deuda en pesos indexada por CER.
La
ventaja de licuación por devaluación y ajuste por inflación que
obtiene la Tesorería – como hemos dicho – afecta así
fundamentalmente a la Deuda intra-Estado.
ESTRUCTURA
DEL ENDEUDAMIENTO.
Sobre
el total de deuda de 196.100 MD, 115.800 MD corresponden a Deuda
intra-Estado - casi el 60 % (59) – 25.000 MD (13 %) es deuda con
Organismos Multilaterales de Crédito (OMC)5
y Deudas Oficiales Bilaterales6,
y 55.400 MD (28.2 %) es deuda con Acreedores Privados.
La
Deuda Externa con el Sector Privado se ha venido reduciendo durante
los últimos años por la política de pagos con reservas
internacionales del BCRA, a través del denominado Fondo de
Desendeudamiento Argentino (FDA).
Ya
se han utilizado 24.000 MD de reservas para el pago de deuda desde el
2010. El Presupuesto 2013 autoriza el uso de 8.000 MD más con este
fin durante el corriente año y el Presupuesto 2014 autoriza otros
9.900 MD (casi 10.000 MD).
La
posición de reservas netas del BCRA ha llegado con esto
prácticamente al límite de sus posibilidades de transferencia de
divisas al Tesoro para pago de deuda y lo mismo estaría pasando con
la ANSES – que estaría también sobrepasada en sus préstamos al
Estado en pesos – y con el BNA, que tiene comprometida la mitad de
su cartera de créditos con el gobierno.
La
administración Kirchner habría llegado así al tope de su Deuda
intra-Estado y ahora, habiendo agotado sus fuentes de financiamiento
interno, afronta el problema de tener que volver al Mercado
Internacional de Capitales para tomar más deuda.
CONCLUSIONES.
El
fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010, el agotamiento o
tope de la Deuda intra-Estado y el consiguiente agravamiento de la
posición de reservas netas del BCRA debido a la salida de divisas y
al uso de las mismas para el pago de Deuda Externa con Terceros ha
llevado a la administración Kirchner a una situación equivalente a
la Crisis de Deuda de la Convertibilidad del 2001 (fracaso del
Megacanje De la Rúa-Cavallo y pérdida de reservas en gran escala).
La
nueva Crisis de Deuda que vive hoy la Argentina, en realidad, no es
una nueva crisis sino la fase de inflexión hacia otra etapa de la
misma crisis de fondo, que es una crisis de insolvencia del Estado
frente a un sistema de deuda impagable y, por ende, de deuda
perpetua.
Para
“salir de la Crisis de Deuda” pero quedándose dentro del
“sistema de la Deuda” el gobierno K viene adoptando diversas
medidas en línea con la formulación de la Hoja de Ruta que
planteara el entonces Ministro de Economía y hoy vice-presidente
Amado Boudou.
Esta
Hoja de Ruta Boudou se viene cumpliendo en sus tres grandes
capítulos:
1.
Liquidación del problema de los juicios de los holdouts acelerando
las negociaciones con los fondos buitre que manejan los reclamos
contra la Argentina después de los fallos adversos en los tribunales
de Nueva York.
2.
Arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París, que
viene negociándose en forma paralela y coordinada con la
normalización de las relaciones de la Argentina con el Fondo
Monetario Internacional y los OMC, aceptando nuevamente las
revisiones anuales del Artículo IV del Estatuto del FMI.
3.
Vuelta al Mercado Externo de Capitales para colocar deuda nueva.
El
falso discurso del “des-endeudamiento” habría llegado ahora a su
fin: el stock de la Deuda Pública no sólo ha venido aumentando7
en lugar de decrecer sino que, agotado el recurso de la Deuda
intra-Estado, se replantea hoy el retorno a los mercados
internacionales de capitales, esto es, a nueva Deuda Externa.
Como
la Deuda Pública es impagable y por lo tanto perpetua, la
“internalización” de deudas lograda bajo la administración K
traspasando obligaciones con terceros a Deuda intra-Estado ha servido
para descargar obligaciones con terceros pasando el peso de las
mismas al propio Sector Público.
Ello
ha tenido como consecuencia la descapitalización del BCRA, el
desfinanciamiento de la ANSES, el desvío de fondos de sus destinos
específicos (Banco Nación y agencias del Estado) y un nuevo
estrangulamiento del perfil de vencimientos por refinanciaciones a
plazos más cortos.8
La
maniobra del gobierno Kirchner, en función de la Hoja de Ruta
Boudou, parece haber consistido en pasarle el peso financiero y
cambiario de la deuda al propio Estado, haber cumplido a rajatabla
con el pago de la deuda con terceros – OMC y Acreedores Privados –
a costa del agotamiento de las reservas netas del BCRA y,
consecuentemente, haber instrumentado la Deuda intra-Estado como
“préstamo-puente” para poder volver al Mercado de Capitales.
Es
sintomático que se haya producido una importante aceleración de
estos acontecimientos ligados al problema de la Deuda en los últimos
días - mientras la presidenta se encuentra con licencia médica - en
momentos que el gobierno Kirchner afronta el dilema de tener que
cambiar su discurso acerca del Des-endeudamiento.-
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 17.11.2013.
Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos
respectivamente y están expresadas siempre con redondeo, por lo que
puede haber mínimas diferencias entre totales y sumatoria de
términos.
Son poco más de 1.000 MD para este año y otros 1.000 MD en 2014.
El acumulado del primer semestre por este concepto fue de unos 500
MD.
Se
trata de intereses que no se pagan sino que se transforman en
capital y devengan nuevos intereses, que tal es el concepto de
anatocismo.
No
debe confundirse estos intereses con los intereses normales, que se
pagan al contado sobre la deuda performing, que para este año
estaban previstos originariamente en 10.800 MD y que para el 2014
serán 12.200 MD.
El stock de la Deuda en Pesos equivale a 80.300 MD y si este importe
se divide por un dólar más alto el saldo expresado en dólares
lógicamente baja.
La
deuda en moneda extranjera es de 115.900 MD, lo que sumado a los
80.300 da el total de 196.100 MD.
4
En línea con el Presupuesto 2013, que prevé un aumento neto de la
Deuda Pública durante todo el ejercicio de 12.100 MD como producto
de Amortizaciones por 36.500 MD contra nuevo Endeudamiento por
48.600 MD.
5
La deuda con Organismos Internacionales (OMC) era al 30.6 de 18.500
MD: 5.000 MD con el Banco Mundial (BIRF), 9.800 MD con el BID (Banco
Interamericano de Desarrollo) y 1.900 MD con la CAF (Corporación
Andina de Fomento).
Dentro
de este total de deuda con OMC 1.700 MD corresponden a préstamos
externos tomados por las provincias con garantía de la Nación.
6
Las deudas bilaterales corresponden básicamente al impago de las
obligaciones con los países del Club de París, que según el MECON
suman unos 5.900 MD – por capital e intereses – pero según los
acreedores pasa los 9.000 MD porque incluyen intereses
moratorios/punitorios y otros gastos.
El saldo de la Deuda al comienzo de la gestión Kirchner era de unos
175.000 MD y hoy es – como hemos visto – de 208.000 MD, que si
le sumamos los intereses y cupones PBI asciende a 300.000 MD.
En
el ínterin – según la presidenta – el gobierno pagó durante
el decenio 2003-2012 unos 174.000 MD, cifra sobre la que no hay
información desagregada alguna pero que se entiende fue cubierta
con nueva deuda, salvo los desembolsos por intereses y cupones PBI,
que se abonan en efectivo.
Lo
que pasa es que el gobierno K no hizo cancelaciones netas sino que
fue renovando deuda con los OMC (excepto con el FMI, al que se le
pagó la totalidad de la deuda por anticipado) y cancelando
fundamentalmente deuda con acreedores privados, usando para ello las
reservas del BCRA.
De
esta forma, el stock de deuda no bajaba sino que cambiaba su
composición, pasando a cargar la mayor parte de los nuevos pasivos
públicos el propio Estado. Y además se tomaba deuda nueva: el
stock de la deuda aumentó así 18.800 MD en 2012 y había aumentado
14.600 MD en 2011.
8
Conforme al informe de Deuda Pública del MECON al 30.6.2013 los
vencimientos de capital e intereses en el corriente año son de
20.000 y 4.000 MD respectivamente, correspondientes al período
Abril-Diciembre. En el Trimestre I se registran amortizaciones de
deuda por 900 MD y toma de deuda nueva por 1.700.
En
cambio, según el Presupuesto 2013 – que es lo que vale - estaba
previsto la amortización de pasivos por 36.500 MD y el pago de
intereses por 10.800. A su vez, el cuadro de Resultado Financiero
preveía operaciones de nuevo endeudamiento durante el ejercicio por
48.600 MD, por lo que el saldo de deuda aumentaría este año 12.100
MD.
Para
el 2014 el nuevo presupuesto contempla amortizaciones por 44.300 MD
y toma de nuevas deudas por 57.000 MD, es decir, 12.700 MD más. Y
los intereses a pagar suben a 12.200 MD.
Estas
cifras tampoco coinciden con las del último informe de Deuda
Pública, que registran para el año que viene vencimientos de
capital por 28.000 MD y pago de intereses por 6.900.
Según
el informe del MECON la vida promedio de la Deuda Pública es de 9.2
años y la tasa de interés promedio ponderada es de 4.54 %.
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