DEUDA
EXTERNA Y RETRASO CAMBIARIO.
Por
Héctor GIULIANO (8.11.2014).
La
administración Kirchner se encuentra en estos días pasando momentos
clave de definición en relación a su política de endeudamiento
público porque a través de la misma está en juego su propia
supervivencia financiera y política.
Un
capítulo clave dentro de esta grave situación oficial está dado
por la relación entre el tipo de cambio y la toma de nueva Deuda
Externa.
Aunque
- como es lógico - nunca hay información cierta o confiable a este
respecto, sería posible sin embargo inferir que el dilema del
gobierno reside en saber si sus concesiones crecientes ante el
capital financiero serán suficientes o no para contener los efectos
de la nueva Crisis de Deuda que vive la Argentina.
O
bien: si tales concesiones le servirán sólo para diferir las
consecuencias de esta crisis hasta el fin del mandato o van a ser
usadas, en cambio, para precipitar su caída en medio de
improvisaciones e inconsistencias inmanejables.
No
parece casual que en el marco de este tenso panorama, local e
internacional, se haya producido – como a fines del año pasado –
otro episodio de salud de la presidenta.
A
los fines de intentar transformar el aparente Caos en Cosmos de
Información es importante identificar cómo se está dando el
“acomodamiento de los hechos”, es decir, qué hechos concretos se
están registrando y permiten interpretar lo que está ocurriendo en
materia de Deuda.
La
administración K está jugada hoy a sostener a ultranza una política
de retraso cambiario por tres razones centrales:
- Un tipo de cambio retrasado – entendido como dólar casi fijo o con ritmo devaluatorio inferior a la Inflación Real (aproximadamente 30 contra 40 %) – es garantía de “capacidad de pago” frente al perfil de vencimientos de la Deuda Externa existente y a la vez garantía de liquidez para poder volver al Mercado Internacional de Capitales para tomar más deuda (objetivo del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 y de la Hoja de Ruta Boudou).
- Tal atraso relativo es, a la vez, una herramienta como “ancla inflacionaria”, ya que el país no soportaría ahora una nueva macro-devaluación como la producida en Enero sin un traslado masivo e incontrolable a precios, con el consiguiente desencadenamiento de una espiral hiper-inflacionaria dado los altos niveles de aumento que se siguen produciendo.
- La caída de los Salarios Reales derivada de una macro-devaluación descolocaría ya totalmente al gobierno frente a la tolerancia que los grandes sindicatos vienen mostrando frente a la baja del poder adquisitivo de los ingresos post-paritarias de este año.
Un
dólar atrasado ayuda además a las cuentas fiscales, por la menor
incidencia de los gastos en moneda extranjera (fundamentalmente
servicios de intereses de la Deuda Externa) compensando parcialmente
la pérdida por menores ingresos de divisas por retenciones a las
exportaciones (cuya baja se acentúa hoy por la caída de los precios
de la soja).
Y
constituiría también un alivio relativo a la colocación de deuda
cuasi-fiscal por Lebac/Nobac del Banco Central (BCRA), que se utiliza
masivamente como forma de esterilizar los pesos que se emiten para
comprar divisas.
La
contención de la Presión Tributaria (PT), y particularmente la del
Impuesto Inflacionario – que se corresponde con el aumento de la
Recaudación Fiscal – configuraría, por otra parte, también un
requisito para atenuar las tensiones con el empresariado y, en
especial, con los sectores exportadores: eventual canje de Inflación
y PT por Retraso Cambiario, apreciando el peso en términos reales.
Para
ello, la tradicional receta neoliberal es “no emitan Dinero, emitan
Deuda”, con lo que se satisface paralelamente las presiones de la
Banca Internacional para que el país coloque más deuda en el
exterior y las presiones locales del Partido de la Deuda para colocar
nueva deuda donde sea, pero colocarla rápido (Nación, Provincias y
Empresas del Estado).
Tal
es la convergencia de intereses financieros nacionales y externos
para que la Argentina aumente sus niveles de endeudamiento público,
cosa que ya se está produciendo en el corriente ejercicio (las
nuevas obligaciones con CIADI, Repsol, Club de París, Bonar
2016/2017, Bonad 2016/2018 y Holdouts en general) y que está
previsto incrementar en el Presupuesto 2015 (aumento directo de la
Deuda Pública por 17.700 MD-Millones de Dólares, dentro de
facultades al Ejecutivo para tomar nuevos préstamos por hasta
134.000 MD).
No
existe base racional para pensar que el gobierno Kirchner, en su
último año de gestión, pueda aspirar a cumplir siquiera
parcialmente tales metas sin encarar mínimas medidas de garantía al
respecto.
Ergo,
la apuesta del gobierno CFK a una política de retraso cambiario no
es sólo un dato de la realidad sino, a la vez, un objetivo lógico
para volver al mercado internacional de capitales dentro del Sistema
de la Deuda.
Esta
nueva política de endeudamiento – como hemos dicho - ya ha
comenzado con los acuerdos en curso para el pago de los laudos
perdidos ante el CIADI con títulos públicos (677 MD con empresas
norteamericanas, 185 MD con British Gas y toda una serie de
sentencias en curso), el acuerdo de indemnización con Repsol pactado
también con bonos (6.000 MD de Capital más 5.000 de Intereses), el
arreglo de la Deuda Externa con el Club de París para el pago total
en cuotas (9.700 MD) y con las nuevas colocaciones de títulos en
pesos (BONAR 2017 y 2016, por 1.000 MD cada uno) y en dólares (BONAD
2016 y 2018, por otros 1.000 y 1.000 MD respectivamente; estos
últimos bajo la modalidad de “dollar linked” o deuda en pesos
ajustada por tipo de cambio).
A
esto hay que agregar el principio de acuerdo que habría acerca de
pagar los juicios y reclamos de los holdouts – los bonistas que no
entraron en el Megacanje Kirchner – a partir del 2015 también con
títulos del Estado, cuestión sobre la cual se entiende existe ya un
principio de acuerdo.
Más
allá de todos los altibajos que se están dando en la escenificación
de esta pugna con los Fondos Buitre (FB) y el no cumplimiento del
fallo Griesa – discursos para la galería, declaraciones
altisonantes, apelaciones y medidas dilatorias en general - lo cierto
es que todo el mundo da por descontado que, a partir del 2015 (para
cuyo inicio faltan menos de dos meses) el gobierno Kirchner vuelva a
la “mesa de negociaciones” del mediador Pollack y comience el
arreglo con los beneficiarios de la sentencia (los FB) y con el resto
de los holdouts.
Esto
representará abrir negociaciones por un monto de deudas acumuladas –
con intereses y recargos, gastos y honorarios – estimado entre 20 y
30.000 MD (Millones de Dólares) y exponerse además a reclamos
incalculables de los bonistas que ya entraron en el Megacanje
Kirchner-Lavagna por aplicación de las cláusulas RUFO y MFC (cuyos
totales podrían llegar a 120-150.000 MD o más).
Para
que esto pueda darse, la administración K debiera dar todavía
algunos pasos acelerados y difíciles a nivel interno e
internacional, empezando por el citado retraso cambiario como eje de
la nueva política de endeudamiento, para poder continuar y aumentar
las colocaciones de la ola de deuda en curso: la tercera gran ola de
endeudamiento después de la del Proceso Militar y de la
Convertibilidad menemista.
Entre
los requisitos exigibles a cumplir por nuestro país para replantear
las negociaciones en el 2015 están los siguientes:
- la ratificación de la aceptación del fallo Griesa (cosa que, en realidad, nunca ha sido negada por el gobierno K, salvo decir que la sentencia es “de cumplimiento imposible” debido a sus consecuencias financieras).
- la reanudación de las negociaciones con el mediador Pollack, designado por el juez.
- la derogación de la Ley 26.984 de Pago Soberano Local (lo que conllevaría dejar sin efecto la creación de la Comisión Investigadora de la Ilegitimidad de la Deuda, incluida en dicha ley).
- la aceptación de pago de todas las sentencias y/o reclamos de los Holdouts con bonos, incluyendo gastos y honorarios judiciales y extra-judiciales, propios y ajenos del Estado Argentino.
- la aceptación – total o parcial – de la tercerización de pagos de los acuerdos del punto anterior a través de la variante Gramercy (compra de derechos de los fallos por un tercero que luego canjear tales derechos por nuevos bonos del país).
- la capitalización generalizada de intereses acumulados (anatocismo) en función de los acuerdos citados.
Esta
lista de exigencias no es taxativa, por lo que no se limita
necesariamente a los puntos aquí enunciados, sino que es sólo
orientativa de las cuestiones reales e inevitablemente en danza en
una negociación compleja de este tipo.
Tal
el cuadro primario al que se ha llegado luego de 10 años de “Década
Ganada” según el gobierno K, donde la Deuda intra-Estado ha
desempeñado un rol fundamental en este sentido: el pasaje en gran
escala de Deuda Externa con Terceros (Acreedores Privados y
Organismos Financieros Internacionales) a Deuda intra-Sector Público
(fundamentalmente ANSES, BCRA y BNA), lo que ha logrado el objetivo
primario de “desagotar” gran parte de las obligaciones con
residentes extranjeros a costa de empapelar al propio Estado con
títulos impagables que están expuestos a ser forzosamente
condonados a pérdida por vía burocrática (caso BCRA),
refinanciados indefinidamente (BCRA y BNA) y/o licuados por Inflación
(ANSES).
En
una década de gobierno K se ha logrado así un “exitoso giro de
360 grados” en el proceso del endeudamiento público: la Deuda
intra-Estado sirvió para reducir la Deuda Externa - sin que con ello
haya bajado sino, por el contrario, subido la Deuda Total - y ahora,
conseguido tal objetivo, el país puede volver a endeudarse en los
mercados internacionales de capital.
Son
las paradojas o crudas realidades de un gobierno que se auto-califica
de “pagador serial” de una deuda ilegítima - e investigada por
la Justicia Federal - como si se tratara de un mérito, que invoca la
bandera de lucha contra los Fondos Buitre para pedir la
internacionalización institucional de las reestructuraciones de
Deuda Soberana vía Naciones Unidas y que vende la mentira del
Des-endeudamiento público como excusa para volver al mercado
internacional para tomar más Deuda Externa.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 8.11.2014
Asesor
del
FORO
ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro
Regional La Plata, Berisso y Ensenada
forodeudaexternalp@hotmail.com
forodeuda.lp@gmail.com
Archivo:
GIULIANO ARTICULO 2014 11 08 DE Y TC
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