viernes, 22 de noviembre de 2013

CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER y LA GRAN MENTIRA SOBRE LA DEUDA PUBLICA

REASUMIÓ CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER.  Dejando de lado los eufemismos 
del "doble discurso" y el "relato" ...
DIJO MUCHAS MENTIRAS

Vamos a tocar una sola de ellas.
Dijo:  "Hemos terminado con el peso histórico de la deuda. Ahora tenemos que desarrollar una industria nacional competitiva en calidad y en precios"

Exponemos en los últimos 4 artículos del asesor y amigo de nuestro Foro Regional, el licenciado Hector Giuliano, LA VERDAD DE LA SITUACIÓN de la DEUDA PÚBLICA.
Recomendamos ESTUDIARLOS y DIFUNDIRLOS.

FORO ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada



DEUDA PÚBLICA Y ELECCIONES 2013.
Por Héctor GIULIANO (17.10.2013).


La administración Kirchner ha conseguido, en principio, demorar la toma de decisiones duras o traumáticas en materia económico-financiera hasta después de las elecciones del 27.10 pero es muy difícil que pueda mantener tal comportamiento después de esa fecha.

Los resultados gubernamentales desfavorables de las PASO (que sirvieron como sondeo pre-electoral obligatorio), el no reconocimiento oficial de la grave situación fiscal que se está viviendo y el problema de salud de la presidenta (justamente durante el tramo final de la campaña parlamentaria) contribuyen a aumentar la idea de necesidad pero también la de incertidumbre frente a las acciones concretas que forzosamente tengan que ser adoptadas a muy corto plazo en nuestro país.


El presente trabajo trata de analizar el real cuadro de situación que se le presenta hoy al gobierno Kirchner en materia especifica de la Deuda Pública, que sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo que ocurre en la Argentina en materia financiera, económica y política.


CUADRO DE SITUACIÓN.

La crisis del llamado Modelo K – independientemente del eslogan sobre “crecimiento con inclusión social” – está dada por tres factores centrales: 1) Atraso cambiario con Inflación, 2) Déficit fiscal creciente y 3) Desequilibrio de la Balanza de Pagos.

Estos tres factores se encuentran vinculados entre sí y están derivados de un problema estructural común: la Deuda Pública Argentina.

El Gobierno, la Oposición Política y los grandes Medios de formación de la Opinión Pública soslayan la importancia determinante de la cuestión de la Deuda pero los hechos les terminan siempre pasando por encima.

Parafraseando a Santayanai este dilema puede resumirse hoy diciendo que quienes niegan la realidad de crisis de la Deuda - con el falso discurso de la “deuda manejable” y de la mentira del “des-endeudamiento” - están condenados a estrellarse contra ella.


  1. PROBLEMÁTICA DEL BANCO CENTRAL.ii

La crisis de una deuda impagable – que como “agujero negro” amenaza con tragárselo todo – es el factor determinante del aumento exponencial de la Deuda intra-Estado, que se utiliza en gran escala para atender los servicios crecientes de capital e intereses y que ha terminado poniendo en juego la existencia misma del Banco Central (BCRA) como banco.

El problema clave e inmediato de la administración Kirchner es que su política ha llevado a un nivel crítico la posición de Reservas Netas del BCRA.

Al 30.9.2013 el stock de Reservas Brutas es de 34.700 MDiii, pero si a ello le restamos 8.700 MD de Cuentas Corrientes en moneda extranjera y 4.000 MD de Otros pasivos, correspondientes a préstamos de divisas por parte de bancos extranjeros – subtotal 12.700 MD – queda un saldo de Reservas Netas de 22.000 MD.iv

El stock bajaría más aún con el uso adicional de reservas para seguir pagando deuda externa - a través del llamado Fondo de Desendeudamiento Argentino - que este año, en curso, prevé unos 8.000 MD para ello y que según el Presupuesto 2014 será de otros 10.000 MD (9.855) durante el año que viene.

Esto implica que las perspectivas son de reservas declinantes y que los niveles críticos bajarían en breve a unos 12.000 MD.

Y aquí no está considerado el efecto de lo que puede ocurrir con la deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac, que suman unos 135.100 M$ - equivalentes a 23.300 MD – y que estarían calzadas con operaciones de dólar a futuro en el Mercado Rofex.v

La situación se agrava más todavía si se tiene en cuenta la existencia de fuertes sumas acumuladas de Deuda Externa Privada, que lógicamente no son deuda pública pero cuyas divisas tiene que proveerlas el BCRA (y las tiene que proveer al tipo de cambio oficial).vi

La política de pago de Deuda Externa con Reservas Internacionales ha llevado así a un virtual vaciamiento del activo de Reservas del BCRA.
En síntesis: la administración Kirchner ya no posee reservas realmente disponibles en el BCRA y toda reposición de las mismas conlleva un aumento mayor de su deuda cuasi-fiscal.

Este debilitamiento de la posición de reservas netas está directamente relacionado con el uso de las mismas para el pago de los servicios de la deuda externa, amén que para atender las necesidades de los nuevos desequilibrios de la Balanza de Pagos agravados por el retraso cambiario (caso de importaciones energéticas, turismo de argentinos al exterior, servicios económicos y financieros crecientes).

El atraso del tipo de cambio – peso sobrevalorado, apreciado más todavía por efecto de la inflación interna – se mantiene no sólo como freno anti-inflacionario (con resultados muy discutibles) sino también y fundamentalmente como medio para posibilitar los pagos de la deuda externa.

El retraso cambiario, en este aspecto, es una forma de sostener las posibilidades de pago de la deuda externa dado que una macro-devaluación llevaría a un nuevo default.

Pero este mismo atraso del tipo de cambio es el que está precipitando la crisis en la institución que maneja la política monetaria y cambiaria nacional, que es el BCRA.

La caída del nivel de reservas netas del BCRA, el empapelamiento de su Activo por préstamos al Tesoro sin capacidad de repago - 73.300 MD en total al 30.9.2013 (46.800 MD por Letras Intransferibles dadas contra retiro de reservas más el equivalente a otros 26.500 MD por Adelantos Transitorios) – y el aumento del stock de deuda a corto plazo por Lebac/Nobac habrían llevado así al tope el límite de endeudamiento del Banco para sostener al Gobierno Nacional.


  1. DÉFICIT FISCAL Y PRESUPUESTO 2014.vii

La pérdida de los superávits gemelos – fiscal y externo – ha desnudado las falencias del modelo kirchnerista.

Así como el stock de la Deuda Pública es fuertemente crecienteviii, también lo son proporcionalmente los servicios de capital e intereses que se derivan de la misma.ix

Más de la mitad de la Deuda Pública está contraída hoy con agencias del propio Estado, lo que le da un margen de maniobra para diferir los pagos correspondientes; pero el gobierno no tiene capacidad de repago demostrada sobre estas obligaciones y entonces está forzado a mantenerse dentro de un mecanismo de Deuda Perpetua: todos los vencimientos de capital se refinancian y además se toma deuda nueva; mientras que sí se pagan los intereses y los cupones PBI.

La deuda determina un déficit fiscal creciente y este déficit se cubre con más Deuda: es el círculo vicioso perfecto de la usura, donde el deudor vive pagando intereses, refinanciando capital y tomando más deuda.

La aprobación conjunta - por parte del Congreso - del Presupuesto 2014, de la prórroga de la Emergencia Pública y de varios gravámenes (principalmente el Impuesto al Cheque) hasta fines de 2015, le permite al Poder Ejecutivo seguir manejando discrecionalmente las finanzas del Estado hasta el fin de su mandato.

El desequilibrio de las cuentas públicas le plantea al gobierno la disyuntiva de tener que contener el déficit fiscal creciente no sólo con las medidas de ajuste encubierto que están en curso – vía aumentos parciales de la presión tributaria, incrementos graduales de precios y tarifas de servicios públicos por disminución de subsidios, reducciones relativas de gastos por finalidad y por jurisdicción, freno de los aumentos salariales y jubilatorios, etc.) – sino teniendo que pasar a políticas de ajuste formales para aumento de ingresos y reducción de gastos y, sobre todo, asumiendo nuevos escalones de endeudamiento público, internos y externos.


  1. DESEQUILIBRIO DE LA BALANZA DE PAGOS.

Así como el “modelo” perdió una de sus patas con el advenimiento de un déficit fiscal creciente, así también tiene hoy seriamente comprometido el saldo de su balanza de pagos.

Y el factor clave que lo determina es también el problema de la Deuda y el retraso cambiario vinculado al pago de la misma.

Según el Balance Cambiario del BCRA al 30.6.2013 la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, que tuvo un saldo positivo de casi 4.000 MD en 2012 (3.900), acumulaba un saldo negativo de 2.300 MD a mitad del corriente año.

Esto ocurre porque el Balance Comercial superavitario (Exportaciones menos Importaciones) se compensa por el resultado deficitario de Servicios Económicos y Financieros (particularmente Intereses y giro de Utilidades/dividendos al exterior, si bien en los últimos tiempos este último rubro ha sido transitoriamente restringido al máximo).

De la misma manera, también la Cuenta Capital/Financiera acumula un saldo negativo – de 3.000 MD en el primer semestre de 2013 – explicado, en este caso, por los elevados pagos realizados a los Organismos Multilaterales de Crédito y otros acreedores financieros.

Todo esto ha hecho que, a la mitad del corriente año, la pérdida por variación de reservas del BCRA haya sido de 5.300 MD. Y en la actualidad acumula 8.600 MD.

La evolución desfavorable de las cuentas externas está fuertemente determinada por el retraso cambiario, por los mayores pagos de servicios financieros (públicos y privados) y por el acentuado desbalance de varios rubros específicos, como las importaciones de hidrocarburos, el sector automotor y el turismo.

En síntesis: que la combinación de retraso cambiario – agravada por una inflación interna que no cede – crisis de la posición de reservas del BCRA, déficit presupuestario y desbalance de pagos definen un cuadro de situación tan grave como difícilmente manejable para el gobierno Kirchner.

De allí la vulnerabilidad de la posición de reservas netas del BCRA antes citada.


LOS ACONTECIMIENTOS SE PRECIPITAN.

El fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 – un fracaso producido por la falta de capacidad de repago de las obligaciones contraídas en dicha operación y cuyos resultados están a la vista - no se soluciona con la nueva reapertura aprobada por el Congreso, aun en el caso que la misma sea aceptada ahora por los holdouts (los tenedores que no entraron en el canje y que son casi todos fondos especulativos), porque el aumento de los importes a pagar por atrasos, intereses, punitorios, gastos y honorarios elevaría considerablemente los montos de servicios a pagar a un nivel y a un ritmo peligrosamente superiores a los actuales.

Aunque se contemplara, en principio, ofrecer otra vez – como en el 2010 – el pago de los intereses acumulados con títulos Boden 2017, está el problema de empezar a regularizar los intereses semestrales y la formalización de los nuevos bonos, así como los pagos de cupones PBI.

Todo ello constituye obviamente una nueva carga financiera – ordinaria y extraordinaria – que pasa a tener que cumplir el Estado Argentino.

La aceptación irrestricta por el gobierno Kirchner de la legitimidad de la Deuda Pública que está siendo investigada por la Justicia (causas Olmos I y II, Megacanje 2001 y denuncia Olmos Gaona-Marcos), el récord de pagos de servicios del que se jacta la presidenta – 173.700 MD en 10 años de administración K – y el traspaso en gran escala de la deuda con terceros (fundamentalmente Acreedores Privados y Organismos Financieros Internacionales) a Deuda intra-Estado, no revirtieron la gravedad del problema de la Deuda Pública de la Argentina sino que la están llevando a un nuevo callejón sin salida de mayor endeudamiento.

Sin embargo, el fracaso de la política seguida en materia de deuda por administración K – lo mismo que el fracaso de todas las administraciones que lo precedieron, desde el Proceso Militar hasta nuestros días – no implica necesariamente caer en una nueva crisis abierta de Deuda sino, por el contrario, supone entrar otra vez en la peligrosa senda de una nueva ola o etapa de endeudamiento, que puede tener un recomienzo gradual y luego irse paulatinamente ampliando hasta lograr niveles más institucionalizados y diversificados de deuda.

Hay una serie de señales de cambio en este sentido que están dadas por el acomodamiento de los hechos de re-endeudamiento en curso:


  1. Las negociaciones aceleradas que se están produciendo en el contexto de los fallos de Nueva York sobre los reclamos de los holdouts, aunque cualquiera sea el resultado a que se llegue (con/sin reapertura del canje) ello implica la realización de más pagos y la formalización de más deudas para regularizar la situación hoy existente (capital, intereses y cupones PBI).

  1. El mantenimiento a ultranza de la política de pagos de la deuda externa con reservas del BCRA, que conlleva una descapitalización del banco, que ha llevado a la institución a una posición financiera crítica y que fuerza la reposición de reservas comprando más divisas con deuda.

  1. El Blanqueo de Capitales en curso, por lo tocante a la emisión de títulos BAADE y PADE, que implican emitir nueva deuda en moneda extranjera con acreedores privados, evasores o no.

  1. La aceptación del pago de las sentencias en su contra dictadas por el CIADI – 500 MD – a instrumentar entregando bonos del Estado.

  1. La destrabazón o destrabe – derivado del punto anterior – del nuevo paquete de préstamos del Banco Mundial a la Argentina por 3.000 MD, en el marco del programa de Asistencia al País.

  1. El afianzamiento del programa equivalente del BID sobre Estrategia de País con la Argentina del período 2012-2015 y sus avances en la renovación pertinente, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo constituye el primer prestamista entre los organismos multilaterales de crédito (saldo 9.900 MD – casi 10.000 MD – al 31.12.2012).

  1. El avance en las conversaciones con el FMI para regularizar las estadísticas del INDEC con la introducción del nuevo IPC Nacional.

  1. El progresivo endeudamiento externo y/o en moneda extranjera por parte de una serie creciente de provincias,x con las autorizaciones y garantías pertinentes del Gobierno Central; deuda consolidada ésta que constituye una ventanilla lateral y relevante del endeudamiento público.

  1. El importante aumento de la Deuda Pública Indirecta (Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios), con YPF a la cabeza; deuda de la que el Gobierno Central es garante pero sobre la cual no hay idea de su monto por la falta de informaciones oficiales.

  1. Las expectativas de aceleración de un arreglo con los países del Club de París, que estaría muy vinculado a la solución del problema de los holdouts y al financiamiento de empresas extranjeras para efectuar inversiones en la Argentina.xi

  1. Los eventuales nuevos préstamos de la Banca Comercial, cuyo monto ha crecido ya en forma importante durante los últimos años, siendo que el saldo de deuda por este rubro era de 7.300 MD al 31.12.2012.

  1. Las posibles emisiones de bonos para cumplir con el pago de juicios contra el Estado con sentencia en firme, que abarcan desde reclamos ante el CIADI hasta cumplimiento de causas contra la ANSES.

  1. El aumento igualmente importante del nivel y ritmo de endeudamiento externo privado – fundamentalmente Empresas, no Bancos, y realizado en gran medida con préstamos contraídos con entidades de los mismos grupos empresarios a los que pertenecen – lo que a su vez guarda relación con las contrataciones del Estado y también con la necesaria disponibilidad de divisas del BCRA.

  1. La mejora de la actividad de Bolsa, traccionada por la mejor cotización de varios títulos públicos y, particularmente, de los cupones PBI (alentados a su vez por las discutibles expectativas alcistas de las tasas oficiales de crecimiento económico). Y la paralela baja relativa de la sobretasa de Riesgo País (EMBI+ de JP Morgan), que ha descendido actualmente a menos de 1.000 Puntos Básicos (900 PB).

  1. Por último, la aparente llegada al tope de aumento de la Deuda intra-Estado – que al 31.12.2012 era el 58 % de la deuda por capital normalizada (197.500 MD) y que hoy se encuentra fuertemente concentrada en dinero prestado por la ANSES, el BCRA y el BNA – lo que abre la instancia alternativa de volver al endeudamiento con terceros (acreedores privados – fundamentalmente bonistas – y organismos multilaterales de crédito).


Todos estos datos son indicios o señales concretas y parcialmente cuantificables de que el gobierno Kirchner no sólo no se está des-endeudando sino que, por el contrario, estaría entrando en una nueva ola o etapa de gran endeudamiento público.

Las dos primeras oleadas de endeudamiento – la del Gobierno Militar (1976-1983), que termina con el default de 1982, y la de la década menemista de la Convertibilidad (1989-2001), que termina con la Crisis de Deuda y default de fines de 2001, bajo el gobierno De la Rúa – fueron períodos de grandes aumentos de obligaciones con bancos privados y luego en títulos públicos por parte del Estado.

La actual etapa – todavía en curso – ha consistido, en cambio, en haber cumplido un período de “des-agotamiento” parcial de los niveles de deuda con terceros utilizando para ello los recursos de la Deuda intra-Estado como una suerte de “préstamo-puente” interno para poder cumplir con los pagos prioritarios a bonistas privados y organismos internacionales.

Una vez transferida la gran masa de compromisos a las agencias del propio Estado (un quantum de deuda que no tiene capacidad de repago), el stock de deuda pública externa – reducido en gran medida por esta vía – permitiría despejar los saldos importantes de endeudamiento local para volver a tener margen para colocaciones de deuda afuera.

El procedimiento habría consistido así en una “internalización” de deuda – traspaso de deuda externa con terceros a deuda interna oficial - transfiriéndola al propio Estado, donde luego puede reducirse o desaparecer por licuación derivada de la inflación, por sub-indexación de la misma y/o directamente por pase a pérdida.

Tal sería un resultado posible del esquema enunciado según la Hoja de Ruta del ministro Boudou – entonces al frente de Economía y hoy a cargo de la vicepresidencia de la Nación – cuando asumiera en el año 2009 formulando los tres pasos clave de dicha agenda: 1. Liquidación del problema de los Holdouts, 2. Arreglo de la Deuda Externa con el Club de París, y 3. Regreso de la Argentina al Mercado Internacional de Capitales, precisamente para volver a tomar Deuda Externa (que tal era el objetivo – hasta hoy frustrado – del Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005).


LA AGENDA POST-ELECTORAL.

En lo inmediato, los resultados de las elecciones parlamentarias del 27.10 no deberían cambiar nada de fondo en materia política argentina desde el punto de vista de la gestión de gobierno.

Las elecciones primarias obligatorias de Agosto – elecciones “internas” que en la mayoría de los casos no tenían razón de ser porque los grandes partidos políticos fueron a las urnas con listas únicas de candidatos preestablecidos – ya dieron un panorama anticipado y confiable que prefigura una derrota del gobierno Kirchner en los comicios del próximo 27.10.

Las PASO permitieron identificar así, de manera completa y cuantificable, las tendencias electorales y el mapa político formal de la partidocracia argentina.

Si bien una serie de acciones oficialistas ha tratado de remontar ese retroceso en las urnas (discursos, anuncios, inauguraciones, aprobaciones parlamentarias, etc.) no puede saberse en qué medida estas cosas podrán modificar efectivamente la posición del gobierno en los próximos comicios.

Es probable que el sorpresivo problema de salud de la presidenta incida más en la decisión de voto de la gente que el humor político general, hoy casi totalmente opacado e indiferente dada la vaciedad programática de gobierno y de la oposición, la ausencia de debate sobre cuestiones de fondo de la realidad nacional, la reiteración y reciclado de figuras ya conocidas, el confeccionamiento mayoritario de listas sin internas partidarias y, sobre todo, el diversivo o distractivo de la candidatura Massa, que opera funcionalmente como “el Bordón de Cristina”.xii

En materia de omisiones de temas de debate es particularmente notable que durante toda la campaña las grandes fuerzas políticas en pugna por las bancas legislativas – tanto del oficialismo como de la oposición – no hayan abordado el problema económico-financiero clave que constituye la nueva crisis de Deuda que está viviendo el país – conforme se explica en la presente nota – ni el de sus incidencias conexas.

Por el contrario, el discurso institucional – dentro y fuera del Peronismoxiii es soslayarlo, ignorarlo como si el problema no existiera, cumpliéndose así la regla de que en la Argentina “todo lo importante es secreto” y de ello no se habla.

La clave de coincidencia en estas elecciones de medio término puede resumirse quizás en una idea central: la continuidad de la ficción del Modelo.

El oficialismo habla de afianzamiento del Modelo y la pseudo-oposición habla de corrección, ajuste o perfeccionamiento de ese Modelo pero la realidad es que la bonanza transitoria de la post-convertibilidad - que fue presentada por el gobierno Kirchner como si se tratara de un “modelo” - hoy ya no existe porque han desaparecido los superávits gemelos – fiscal y externo – que eran el sostén concreto de su apariencia.

Pero, aún así, esa versión del Modelo K tuvo su agotamiento y caída, como lo tuvieron antes la Convertibilidad de las administraciones Menem y De la Rúa, como lo tuvieron antes los Planes Austral y Primavera bajo la gestión Alfonsín; y como lo tuvo antes el Programa de Abril de 1976 del Ministro Martínez de Hoz bajo el Gobierno Militar.

Y la característica de estos “planes” y “modelos” es que todos se derrumbaron por una causa común: el sistema de la Deuda Pública, que era y sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo que pasa en la Argentina en materia financiera, económica y política.

Nuestro país vive encerrado en una trampa de Deuda Perpetua, es decir, una deuda pública impagable que inexorablemente va siendo refinanciada, devengando más servicios por intereses y por capital, y requiriendo endeudamiento adicional, de modo que el stock de deuda sigue aumentando.

Los gobiernos de turno sobrellevan las Crisis de Deuda – esto es, los momentos de descalce entre recursos disponibles y refinanciaciones de salvataje (de salvataje a los países deudores pero especialmente salvataje a los acreedores de esos países) – en forma recurrente: apelando a tomar siempre más Deuda.

Los programas de gobierno duran en la Argentina lo que duran los mecanismos de endeudamiento necesarios para sostenerlos: cuando inevitablemente se agotan los recursos disponibles – básicamente, por falta de divisas - es necesario echar mano a fuentes de financiamiento extraordinarias que, a los fines de su presentación pública, se revisten bajo la figura de supuestos “éxitos” de re-estructuración de deudas.

Y entonces el ciclo vuelve a empezar – por la vía de “barajar y dar de nuevo” – y su forma clásica es incurrir periódicamente en una nueva ola de endeudamiento.

Porque el negocio de los capitales financieros no es llevar a los países deudores al default sino jaquearlos porque “nadie mata la gallina de los huevos de oro”, que vive pagando y tomando más deuda (como la Argentina).

Pero en tales momentos de crisis de Deuda – crisis periódicas que se producen por la lógica elemental de la falta de capacidad de repago – las decisiones financieras se reacomodan y los procesos políticos derivados de las mismas también (ya que los gobiernos son los que “tienen que poner la cara” asumiendo los costos de los cambios ante la opinión pública); y se inicia entonces la preparación de una “etapa de transición”, un período de tiempo prudencial para que los nuevos cuadros político-administrativos se adecuen a las nuevas circunstancias.xiv

El cuadro de situación explicado en la primera parte de este trabajo y las señales de cambio enunciadas en la segunda permiten inferir que la Argentina ha llegado hoy nuevamente a ese punto de inflexión en el que las decisiones de cambio no pueden ser dilatadas más, que son decisiones que van a tener que tomarse quienquiera esté al frente del Ejecutivo y que lo más probable es que tales decisiones van a estar en línea con un plan de transición hasta fines del 2015, en que asuma un nuevo gobierno.

No se sabe, obviamente, cuáles serán esas medidas concretas pero caben pocas dudas que las acciones ya deben estar decididas, y los funcionarios que las piloteen también.

Con el riesgo lógico que supone formular conjeturas en estos casos pero tomando como base la adscripción de la administración Kirchner al sistema de la Deuda Pública perpetua, su manifiesta “vocación pagadora”, su extraordinario esfuerzo fiscal en curso para cumplir con los servicios de esa deuda y todas las señales emitidas en tal sentido, es previsible que después de las elecciones se encaren más crudamente al menos tres cosas:


  1. Un intento de “estabilización” a través de una “tablita” de alineamiento de la devaluación oficial del peso a la inflación real, con aumento de las tasas de interés a niveles más elevados y positivos (cosa que ya está ocurriendo a través del aumento del piso de las tasas de mercado – Badlar y conexas - tomando como referencia las que paga el BCRA por Lebac/Nobac).

  1. Un mayor blanqueo del plan de ajuste encubierto que se viene llevando a cabo para disponer de mayores recursos destinados al pago de la Deuda (aumento de la presión tributaria, retraso cambiario relativo, baja de subsidios contra aumento de precios y tarifas de servicios públicos, freno del ritmo de aumento de salarios y jubilaciones, etc.). Y

  1. Fin de la Deuda intra-Estado – por agotamiento o tope en sus posibilidades de “préstamo puente” interno – y vuelta al Mercado Internacional de Capitales, para colocar más deuda en función de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los holdouts, 2. Arreglo con el Club de París, y 3. Retorno al Mercado Financiero Mundial.


Este último punto, presentable ante la opinión pública como una supuesta victoria sobre los “fondos buitre” (que entrarían en la nueva reapertura del Megacanje y/o en sus negociaciones paralelas), como el logro de un acuerdo con el Club de París que suponga el anuncio de nuevas Inversiones Extranjeras Directas (IED) y como una colocación piloto o experimental “exitosa” de bonos externos en el mercado internacional de capitales, bajo el argumento de hacerlo a tasas de interés más bajas, le abriría las puertas a la Argentina para “reinsertarse” – una vez más – en el mercado de Deuda Externa.xv

Sólo faltaría saber si estos cambios se llevarán a cabo, durante el período de transición, por el propio gobierno CFK – contradiciendo su discurso del des-endeudamiento y su aparente resistencia a volver a endeudarse en el exterior – o si tales cambios serán hechos por otra administración que prematuramente la suceda.


EN CONCLUSION:

El panorama post-electoral de Octubre pareciera estar definido en sus rasgos esenciales. Las cosas habrían pasado a tener, por ahora, un compás de espera en base a la fórmula de: primero, que el pueblo vote, y luego el gobierno – quienquiera esté al frente del Ejecutivo - informará sus decisiones.

La Argentina está nuevamente en Crisis de Deuda - aunque oficialismo, oposición y medios de comunicación se empeñan en soslayarla – porque el gobierno no tiene capacidad de repago para cubrir los servicios de la Deuda Pública con recursos genuinos y habría llegado al tope de uso de la Deuda intra-Estado.

Como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente, las grandes estructuras de poder económico-financiero, nacionales y multinacionales, están preparando la Transición al 2015, que la Clase Política tiene luego que llevar a cabo.

Esta transición, sin embargo, encuentra tres escollos básicos que el gobierno tiene que resolver en función de las exigencias del capital financiero internacional:


  1. El dilema de la posición de reservas netas del BCRA, sus necesidades de reposición y/o acumulación de divisas y el nuevo marco de libertad en el movimiento de capitales.

  1. El manejo de las cuentas fiscales de modo de volver a garantizar tanto la autonomía del BCRA como el logro de superávits gemelos: fiscal y externo.

  1. El modo de allanar el cumplimiento de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar nueva deuda.


Estas elecciones no traerán cambios por sí mismas sino que los verdaderos cambios se harán después de las elecciones: es la forma tradicional en que la Democracia queda subordinada a las exigencias del Electoralismo.


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 17.10.2013


Archivo: GIULIANO ARTICULO 2013 10 17 DP ELECCIONES.

i
NOTAS:


 La famosa frase de referencia de George Santayana (1863-1952) es la que dice que “aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.
ii
 Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo titulado “Alerta roja sobre el Banco Central” (2.10.2013).

iii Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos y están tomadas siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos respectivos.

iv Estas reservas netas pueden ser mucho menores todavía si – como sospecha Javier Llorens – el gobierno pudiera estar integrando parcialmente el monto de las reservas internacionales con títulos públicos argentinos, cosa que ahora le permitiría la Carta Orgánica (CO) del BCRA reformada el año pasado (Ley 24.144 modificada por la 26.739, del 27.3.2012).

v El BCRA repone las reservas que presta al Tesoro comprando las divisas provenientes de las exportaciones con emisión de dinero, lo que presiona sobre el nivel de los precios.

Para contener los efectos inflacionarios de tal aumento del circulante, el mismo BCRA rescata o esteriliza la mayor parte de esos billetes emitidos colocando Letras/Notas (Lebac/Nobac), que es Deuda cuasi-fiscal (deuda paralela e independiente de la del Tesoro Nacional).

Esto significa que, por carácter transitivo, las Reservas se compran con Deuda.

Por esta deuda en Lebac/Nobac el BCRA paga actualmente intereses del orden del 18-19 % anual mientras que por la colocación de las Reservas Internacionales (casi su totalidad en plazos fijos) tiene un rendimiento casi nulo: el año 2012 fue de sólo un 0.11 % y el 2011 había sido de 0.17 %.

Concretamente, según el Balance del BCRA 2012 – conocido hace pocos días – el banco tuvo ganancias por intereses cobrados sobre las reservas de sólo 255 M$ mientras que durante el mismo ejercicio pagó intereses sobre títulos propios (las Lebac/Nobac) por 11.360 M$: 45 veces más.

vi Al 31.12.2012 la Deuda Externa Privada sumaba unos 68.500 MD, de los que 22.000 MD a esa fecha se encontraban vencidos (eran Deuda exigible) y otros 27.800 MD tenían vencimiento durante el año 2013.

vii Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo sobre “Deuda Pública y Presupuesto 2014 (20.9.2013).
viii El saldo de la deuda pública al comienzo de la administración Kirchner era de unos 175.000 MD (año 2003), durante el decenio 2003-2012 - según la presidenta Cristina Kirchner - se pagaron servicios de deuda por 173.700 MD pero actualmente el saldo de la deuda es superior a los 209.000 MD (al 31.12.2013), monto que se eleva a 300.000 MD si se le suman los intereses a pagar (72.000 MD) y los pagos faltantes estimados por Cupones PBI (unos 16.000 MD).

La Deuda aumentó 18.800 MD el año 2012 y había aumentado 14.600 MD en el 2011.

Por ende, no es cierto que el país se esté des-endeudando.

ix Los vencimientos de Capital no se amortizan en forma neta sino que se pagan íntegramente con nuevas deudas, deudas que son contraídas en su gran mayoría con el propio sector público, principalmente con la ANSES, el BCRA y el Banco Nación (BNA). Estas obligaciones intra-Estado no tienen capacidad demostrada de repago y además se sigue tomando siempre deuda adicional a la que se cancela.

Según el Presupuesto 2014 el año que viene vencen 44.300 MD de deuda por capital y está previsto tomar deuda por 57.000 MD, es decir, por 12.700 MD más.

A estas previsiones presupuestarias expresas de endeudamiento hay que sumarle luego las deudas que se agregan para cubrir los déficits fiscales, que no están previstos pero que se vienen produciendo en forma creciente pese a las optimistas proyecciones de equilibrio: en 2011 se había previsto un superávit de 1.600 M$ pero resultó, en cambio, un déficit de 31.700 M$; y en 2012 se previó un superávit de 1.500 M$ y resultó un déficit de 55.600 M$.

Para el 2013 estaba también previsto un superávit, de 600 M$, pero ahora el propio gobierno estima un déficit de 44.600 M$ y proyecciones privadas lo elevan a 50 ó 60.000 M$.

Para el Ejercicio 2014 se prevé nuevamente un superávit, en este caso de 870 MD.

Los intereses - a diferencia de los vencimientos de capital - se pagan en efectivo como parte del Gasto Público Corriente y son también crecientes: para el año 2014 está previsto pagar por este concepto 73.300 M$ (12.200 MD).

Estos intereses tienen así un incremento del 73.8 % mientras que el aumento del Gasto Público en su conjunto es del 19.2 %.

x Las deudas provinciales se están contrayendo hoy con Organismos Financieros Internacionales (Banco Mundial, BID, CAF) y también con inversores financieros privados. Se toman en moneda extranjera, en pesos y/o en moneda local indexada por dólar oficial (bonos con cláusula dólar linked); y se contraen con/sin garantía de recursos naturales (caso petróleo).

Las principales provincias involucradas – con Buenos Aires, Córdoba y la CABA a la cabeza – están colocando deuda que ofrece altos rendimientos en dólares a los acreedores, del orden del 10 % o más según los casos.

xi La deuda con el Club de París es de 6.100 MD según el gobierno Kirchner pero los reclamos completos del mismo contra el país – incluyendo multas, punitorios y gastos – son superiores a los 9.000 MD. En la actualidad esta deuda no se está pagando, de modo que su regularización (atada a nuevos créditos) también subiría en forma relevante los servicios por capital e intereses.
xii La irrupción de la figura de Sergio Massa como pseudo-alternativa opositora es funcional al gobierno Kirchner. Cubre, de hecho, la misma finalidad que José Bordón contra Menem en 1995 y que Roberto Lavagna contra Cristina Kirchner en 2007: dividir el voto de la oposición.

xiii De hecho, la suma de intenciones de voto - según sondeos preliminares - estaría dando un 40 % a Massa y un 30 a Insaurralde, lo que hace en conjunto más de un 70 % del electorado polarizado en las dos grandes versiones actuales del Peronismo como Partido o facción electoral.

xiv Esto ya pasó en la Argentina muchas veces en la historia reciente y puede incluso identificarse la secuencia en el tiempo que marca la correlación directa entre crisis de deuda y cambios político-financieros en la Argentina:

  1. la crisis de deuda y default de 1981-1982, que implicó el gran cambio del gobierno militar al gobierno civil.

  1. el reacomodamiento de gabinete por las presiones externas de definición de la crisis de deuda en 1985-1987 que llevó al equipo Sourrouille, con los planes Austral y Primavera, bajo la administración Alfonsín.

  1. la crisis de Deuda e Inflación que arrastró la renuncia anticipada del Dr. Alfonsín en 1989.

  1. la crisis de deuda que llevó al equipo Cavallo y, con él, a la Convertibilidad en 1991 y al Plan Brady 1992-1993 (de la que el Plan de Convertibilidad era requisito).

  1. la crisis de deuda del Tequila (1994-1995), que motivó en la Argentina las garantías por parte de grandes bancos sobre el endeudamiento externo bajo la administración Menem.

  1. la crisis de deuda 1999-2001, bajo la administración De la Rúa-Cavallo, que después del fracaso del Blindaje, de la operación cuasi-delictiva del Megacanje de 2001 y del nuevo canje de Noviembre terminó en el default de Diciembre de ese año.

  1. la crisis por las presiones de definición para la salida del default en 2003-2005, que llevó al Megacanje Kirchner-Lavagna, por el cual se dio el “lavado” de gran parte de la deuda del 2001 y se pactaron nuevas condiciones de capitalización de intereses, ajuste de deuda en pesos por inflación y cupones PBI (VLPBI), así como se dio la aceptación de nuevas cláusulas de servidumbre financieras (entre las cuales, la del Acreedor más favorecido).

  1. la crisis por el fracaso del Megacanje 2005, dada la incapacidad de pago con fondos genuinos, lo que motivó la estatización de los fondos jubilatorios de las AFJP (en 2008) y el uso en gran escala de reservas del BCRA para poder atender los servicios crecientes de la deuda pública (desde Enero de 2006 con el FMI y desde 2010 con los Fondos de Desendeudamiento Argentino).

  1. la nueva crisis actual por los fallos de Nueva York a favor de los holdouts, las sentencias contra la Argentina en el CIADI, la demora de acuerdo por la deuda externa con los países del Club de París, la concentración de vencimientos de la deuda del Estado Central (potenciada por el aumento acumulativo de los pagos por VLPBI), la Deuda Pública Indirecta (Entes Públicos y BCRA en particular) y por la no disponibilidad de divisas para la Deuda Externa Privada; todo lo cual estaría conduciendo a cambios de gobierno y de políticas que se darían a conocer después de las elecciones de Octubre.

Cualquiera sea el juicio de valor sobre este listado de puntos, se trata de hechos históricos concretos que marcan nuestra historia económico-financiera contemporánea y que están vinculados directamente con el problema de la Deuda.

xv Cabe agregar una conjetura complementaria pero algo inevitable en torno al problema de la falta de reservas internacionales de BCRA, que han caído ya a niveles de peligro.

Las necesidades de provisión de divisas para cubrir las obligaciones de la balanza de pagos, acentuadas por la acumulación de servicios financieros atrasados de la Deuda Externa Privada y su vinculación con el giro de Utilidades/Dividendos, así como los desbalances ya citados en materia energética, automotriz y turismo, obligarían al gobierno a buscar – de alguna manera – una suerte de “blindaje” para recomponer la posición de reservas netas del BCRA.

Una parte de ello pudiera conseguirse a través del aumento de los depósitos en dólares – para lo cual se necesitaría modificar las condiciones del mercado cambiario local – y también puede lograrse por medio de mayores préstamos de otros bancos centrales (como el caso del Banco de Francia, que le ha concedido a nuestro país otro préstamo por 3.000 MD al BCRA) y/u otros organismos financieros internacionales (como el Banco de Pagos Internacionales o BIS de Basilea).

Existe también la posibilidad que se re-implante algún mecanismo que facilite nuevamente el incremento de los ingresos de capitales – especulativos y/o IED – dentro de este nuevo esquema de recomposición de reservas y que ello se pudiera dar en gran escala, como ya viene ocurriendo en Ibero-América en general (con Brasil a la cabeza).

Otras variantes pueden darse, concurrente o separadamente, por vía de acuerdos oficiales multilaterales o bilaterales.

El swap o pase de monedas negociado con China desde Mayo de este año – por hasta 10.000 MD – es uno de los instrumentos posibles para este tipo de operaciones pero, hoy por hoy, dada la difícil situación del BCRA, pudiera resultar insuficiente.



DEUDA PÚBLICA Y ELECCIONES 2013.
Por Héctor GIULIANO (17.10.2013).


La administración Kirchner ha conseguido, en principio, demorar la toma de decisiones duras o traumáticas en materia económico-financiera hasta después de las elecciones del 27.10 pero es muy difícil que pueda mantener tal comportamiento después de esa fecha.

Los resultados gubernamentales desfavorables de las PASO (que sirvieron como sondeo pre-electoral obligatorio), el no reconocimiento oficial de la grave situación fiscal que se está viviendo y el problema de salud de la presidenta (justamente durante el tramo final de la campaña parlamentaria) contribuyen a aumentar la idea de necesidad pero también la de incertidumbre frente a las acciones concretas que forzosamente tengan que ser adoptadas a muy corto plazo en nuestro país.

El presente trabajo trata de analizar el real cuadro de situación que se le presenta hoy al gobierno Kirchner en materia especifica de la Deuda Pública, que sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo que ocurre en la Argentina en materia financiera, económica y política.


CUADRO DE SITUACIÓN.

La crisis del llamado Modelo K – independientemente del eslogan sobre “crecimiento con inclusión social” – está dada por tres factores centrales: 1) Atraso cambiario con Inflación, 2) Déficit fiscal creciente y 3) Desequilibrio de la Balanza de Pagos.

Estos tres factores se encuentran vinculados entre sí y están derivados de un problema estructural común: la Deuda Pública Argentina.

El Gobierno, la Oposición Política y los grandes Medios de formación de la Opinión Pública soslayan la importancia determinante de la cuestión de la Deuda pero los hechos les terminan siempre pasando por encima.

Parafraseando a Santayanai este dilema puede resumirse hoy diciendo que quienes niegan la realidad de crisis de la Deuda - con el falso discurso de la “deuda manejable” y de la mentira del “des-endeudamiento” - están condenados a estrellarse contra ella.


  1. PROBLEMÁTICA DEL BANCO CENTRAL.ii

La crisis de una deuda impagable – que como “agujero negro” amenaza con tragárselo todo – es el factor determinante del aumento exponencial de la Deuda intra-Estado, que se utiliza en gran escala para atender los servicios crecientes de capital e intereses y que ha terminado poniendo en juego la existencia misma del Banco Central (BCRA) como banco.

El problema clave e inmediato de la administración Kirchner es que su política ha llevado a un nivel crítico la posición de Reservas Netas del BCRA.

Al 30.9.2013 el stock de Reservas Brutas es de 34.700 MDiii, pero si a ello le restamos 8.700 MD de Cuentas Corrientes en moneda extranjera y 4.000 MD de Otros pasivos, correspondientes a préstamos de divisas por parte de bancos extranjeros – subtotal 12.700 MD – queda un saldo de Reservas Netas de 22.000 MD.iv

El stock bajaría más aún con el uso adicional de reservas para seguir pagando deuda externa - a través del llamado Fondo de Desendeudamiento Argentino - que este año, en curso, prevé unos 8.000 MD para ello y que según el Presupuesto 2014 será de otros 10.000 MD (9.855) durante el año que viene.

Esto implica que las perspectivas son de reservas declinantes y que los niveles críticos bajarían en breve a unos 12.000 MD.

Y aquí no está considerado el efecto de lo que puede ocurrir con la deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac, que suman unos 135.100 M$ - equivalentes a 23.300 MD – y que estarían calzadas con operaciones de dólar a futuro en el Mercado Rofex.v

La situación se agrava más todavía si se tiene en cuenta la existencia de fuertes sumas acumuladas de Deuda Externa Privada, que lógicamente no son deuda pública pero cuyas divisas tiene que proveerlas el BCRA (y las tiene que proveer al tipo de cambio oficial).vi

La política de pago de Deuda Externa con Reservas Internacionales ha llevado así a un virtual vaciamiento del activo de Reservas del BCRA.
En síntesis: la administración Kirchner ya no posee reservas realmente disponibles en el BCRA y toda reposición de las mismas conlleva un aumento mayor de su deuda cuasi-fiscal.

Este debilitamiento de la posición de reservas netas está directamente relacionado con el uso de las mismas para el pago de los servicios de la deuda externa, amén que para atender las necesidades de los nuevos desequilibrios de la Balanza de Pagos agravados por el retraso cambiario (caso de importaciones energéticas, turismo de argentinos al exterior, servicios económicos y financieros crecientes).

El atraso del tipo de cambio – peso sobrevalorado, apreciado más todavía por efecto de la inflación interna – se mantiene no sólo como freno anti-inflacionario (con resultados muy discutibles) sino también y fundamentalmente como medio para posibilitar los pagos de la deuda externa.

El retraso cambiario, en este aspecto, es una forma de sostener las posibilidades de pago de la deuda externa dado que una macro-devaluación llevaría a un nuevo default.

Pero este mismo atraso del tipo de cambio es el que está precipitando la crisis en la institución que maneja la política monetaria y cambiaria nacional, que es el BCRA.

La caída del nivel de reservas netas del BCRA, el empapelamiento de su Activo por préstamos al Tesoro sin capacidad de repago - 73.300 MD en total al 30.9.2013 (46.800 MD por Letras Intransferibles dadas contra retiro de reservas más el equivalente a otros 26.500 MD por Adelantos Transitorios) – y el aumento del stock de deuda a corto plazo por Lebac/Nobac habrían llevado así al tope el límite de endeudamiento del Banco para sostener al Gobierno Nacional.


  1. DÉFICIT FISCAL Y PRESUPUESTO 2014.vii

La pérdida de los superávits gemelos – fiscal y externo – ha desnudado las falencias del modelo kirchnerista.

Así como el stock de la Deuda Pública es fuertemente crecienteviii, también lo son proporcionalmente los servicios de capital e intereses que se derivan de la misma.ix

Más de la mitad de la Deuda Pública está contraída hoy con agencias del propio Estado, lo que le da un margen de maniobra para diferir los pagos correspondientes; pero el gobierno no tiene capacidad de repago demostrada sobre estas obligaciones y entonces está forzado a mantenerse dentro de un mecanismo de Deuda Perpetua: todos los vencimientos de capital se refinancian y además se toma deuda nueva; mientras que sí se pagan los intereses y los cupones PBI.

La deuda determina un déficit fiscal creciente y este déficit se cubre con más Deuda: es el círculo vicioso perfecto de la usura, donde el deudor vive pagando intereses, refinanciando capital y tomando más deuda.

La aprobación conjunta - por parte del Congreso - del Presupuesto 2014, de la prórroga de la Emergencia Pública y de varios gravámenes (principalmente el Impuesto al Cheque) hasta fines de 2015, le permite al Poder Ejecutivo seguir manejando discrecionalmente las finanzas del Estado hasta el fin de su mandato.

El desequilibrio de las cuentas públicas le plantea al gobierno la disyuntiva de tener que contener el déficit fiscal creciente no sólo con las medidas de ajuste encubierto que están en curso – vía aumentos parciales de la presión tributaria, incrementos graduales de precios y tarifas de servicios públicos por disminución de subsidios, reducciones relativas de gastos por finalidad y por jurisdicción, freno de los aumentos salariales y jubilatorios, etc.) – sino teniendo que pasar a políticas de ajuste formales para aumento de ingresos y reducción de gastos y, sobre todo, asumiendo nuevos escalones de endeudamiento público, internos y externos.


  1. DESEQUILIBRIO DE LA BALANZA DE PAGOS.

Así como el “modelo” perdió una de sus patas con el advenimiento de un déficit fiscal creciente, así también tiene hoy seriamente comprometido el saldo de su balanza de pagos.

Y el factor clave que lo determina es también el problema de la Deuda y el retraso cambiario vinculado al pago de la misma.

Según el Balance Cambiario del BCRA al 30.6.2013 la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, que tuvo un saldo positivo de casi 4.000 MD en 2012 (3.900), acumulaba un saldo negativo de 2.300 MD a mitad del corriente año.

Esto ocurre porque el Balance Comercial superavitario (Exportaciones menos Importaciones) se compensa por el resultado deficitario de Servicios Económicos y Financieros (particularmente Intereses y giro de Utilidades/dividendos al exterior, si bien en los últimos tiempos este último rubro ha sido transitoriamente restringido al máximo).

De la misma manera, también la Cuenta Capital/Financiera acumula un saldo negativo – de 3.000 MD en el primer semestre de 2013 – explicado, en este caso, por los elevados pagos realizados a los Organismos Multilaterales de Crédito y otros acreedores financieros.

Todo esto ha hecho que, a la mitad del corriente año, la pérdida por variación de reservas del BCRA haya sido de 5.300 MD. Y en la actualidad acumula 8.600 MD.

La evolución desfavorable de las cuentas externas está fuertemente determinada por el retraso cambiario, por los mayores pagos de servicios financieros (públicos y privados) y por el acentuado desbalance de varios rubros específicos, como las importaciones de hidrocarburos, el sector automotor y el turismo.

En síntesis: que la combinación de retraso cambiario – agravada por una inflación interna que no cede – crisis de la posición de reservas del BCRA, déficit presupuestario y desbalance de pagos definen un cuadro de situación tan grave como difícilmente manejable para el gobierno Kirchner.

De allí la vulnerabilidad de la posición de reservas netas del BCRA antes citada.


LOS ACONTECIMIENTOS SE PRECIPITAN.

El fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 – un fracaso producido por la falta de capacidad de repago de las obligaciones contraídas en dicha operación y cuyos resultados están a la vista - no se soluciona con la nueva reapertura aprobada por el Congreso, aun en el caso que la misma sea aceptada ahora por los holdouts (los tenedores que no entraron en el canje y que son casi todos fondos especulativos), porque el aumento de los importes a pagar por atrasos, intereses, punitorios, gastos y honorarios elevaría considerablemente los montos de servicios a pagar a un nivel y a un ritmo peligrosamente superiores a los actuales.

Aunque se contemplara, en principio, ofrecer otra vez – como en el 2010 – el pago de los intereses acumulados con títulos Boden 2017, está el problema de empezar a regularizar los intereses semestrales y la formalización de los nuevos bonos, así como los pagos de cupones PBI.

Todo ello constituye obviamente una nueva carga financiera – ordinaria y extraordinaria – que pasa a tener que cumplir el Estado Argentino.

La aceptación irrestricta por el gobierno Kirchner de la legitimidad de la Deuda Pública que está siendo investigada por la Justicia (causas Olmos I y II, Megacanje 2001 y denuncia Olmos Gaona-Marcos), el récord de pagos de servicios del que se jacta la presidenta – 173.700 MD en 10 años de administración K – y el traspaso en gran escala de la deuda con terceros (fundamentalmente Acreedores Privados y Organismos Financieros Internacionales) a Deuda intra-Estado, no revirtieron la gravedad del problema de la Deuda Pública de la Argentina sino que la están llevando a un nuevo callejón sin salida de mayor endeudamiento.

Sin embargo, el fracaso de la política seguida en materia de deuda por administración K – lo mismo que el fracaso de todas las administraciones que lo precedieron, desde el Proceso Militar hasta nuestros días – no implica necesariamente caer en una nueva crisis abierta de Deuda sino, por el contrario, supone entrar otra vez en la peligrosa senda de una nueva ola o etapa de endeudamiento, que puede tener un recomienzo gradual y luego irse paulatinamente ampliando hasta lograr niveles más institucionalizados y diversificados de deuda.

Hay una serie de señales de cambio en este sentido que están dadas por el acomodamiento de los hechos de re-endeudamiento en curso:


  1. Las negociaciones aceleradas que se están produciendo en el contexto de los fallos de Nueva York sobre los reclamos de los holdouts, aunque cualquiera sea el resultado a que se llegue (con/sin reapertura del canje) ello implica la realización de más pagos y la formalización de más deudas para regularizar la situación hoy existente (capital, intereses y cupones PBI).

  1. El mantenimiento a ultranza de la política de pagos de la deuda externa con reservas del BCRA, que conlleva una descapitalización del banco, que ha llevado a la institución a una posición financiera crítica y que fuerza la reposición de reservas comprando más divisas con deuda.

  1. El Blanqueo de Capitales en curso, por lo tocante a la emisión de títulos BAADE y PADE, que implican emitir nueva deuda en moneda extranjera con acreedores privados, evasores o no.

  1. La aceptación del pago de las sentencias en su contra dictadas por el CIADI – 500 MD – a instrumentar entregando bonos del Estado.

  1. La destrabazón o destrabe – derivado del punto anterior – del nuevo paquete de préstamos del Banco Mundial a la Argentina por 3.000 MD, en el marco del programa de Asistencia al País.

  1. El afianzamiento del programa equivalente del BID sobre Estrategia de País con la Argentina del período 2012-2015 y sus avances en la renovación pertinente, ya que el Banco Interamericano de Desarrollo constituye el primer prestamista entre los organismos multilaterales de crédito (saldo 9.900 MD – casi 10.000 MD – al 31.12.2012).

  1. El avance en las conversaciones con el FMI para regularizar las estadísticas del INDEC con la introducción del nuevo IPC Nacional.

  1. El progresivo endeudamiento externo y/o en moneda extranjera por parte de una serie creciente de provincias,x con las autorizaciones y garantías pertinentes del Gobierno Central; deuda consolidada ésta que constituye una ventanilla lateral y relevante del endeudamiento público.

  1. El importante aumento de la Deuda Pública Indirecta (Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios), con YPF a la cabeza; deuda de la que el Gobierno Central es garante pero sobre la cual no hay idea de su monto por la falta de informaciones oficiales.

  1. Las expectativas de aceleración de un arreglo con los países del Club de París, que estaría muy vinculado a la solución del problema de los holdouts y al financiamiento de empresas extranjeras para efectuar inversiones en la Argentina.xi

  1. Los eventuales nuevos préstamos de la Banca Comercial, cuyo monto ha crecido ya en forma importante durante los últimos años, siendo que el saldo de deuda por este rubro era de 7.300 MD al 31.12.2012.

  1. Las posibles emisiones de bonos para cumplir con el pago de juicios contra el Estado con sentencia en firme, que abarcan desde reclamos ante el CIADI hasta cumplimiento de causas contra la ANSES.

  1. El aumento igualmente importante del nivel y ritmo de endeudamiento externo privado – fundamentalmente Empresas, no Bancos, y realizado en gran medida con préstamos contraídos con entidades de los mismos grupos empresarios a los que pertenecen – lo que a su vez guarda relación con las contrataciones del Estado y también con la necesaria disponibilidad de divisas del BCRA.

  1. La mejora de la actividad de Bolsa, traccionada por la mejor cotización de varios títulos públicos y, particularmente, de los cupones PBI (alentados a su vez por las discutibles expectativas alcistas de las tasas oficiales de crecimiento económico). Y la paralela baja relativa de la sobretasa de Riesgo País (EMBI+ de JP Morgan), que ha descendido actualmente a menos de 1.000 Puntos Básicos (900 PB).

  1. Por último, la aparente llegada al tope de aumento de la Deuda intra-Estado – que al 31.12.2012 era el 58 % de la deuda por capital normalizada (197.500 MD) y que hoy se encuentra fuertemente concentrada en dinero prestado por la ANSES, el BCRA y el BNA – lo que abre la instancia alternativa de volver al endeudamiento con terceros (acreedores privados – fundamentalmente bonistas – y organismos multilaterales de crédito).


Todos estos datos son indicios o señales concretas y parcialmente cuantificables de que el gobierno Kirchner no sólo no se está des-endeudando sino que, por el contrario, estaría entrando en una nueva ola o etapa de gran endeudamiento público.

Las dos primeras oleadas de endeudamiento – la del Gobierno Militar (1976-1983), que termina con el default de 1982, y la de la década menemista de la Convertibilidad (1989-2001), que termina con la Crisis de Deuda y default de fines de 2001, bajo el gobierno De la Rúa – fueron períodos de grandes aumentos de obligaciones con bancos privados y luego en títulos públicos por parte del Estado.

La actual etapa – todavía en curso – ha consistido, en cambio, en haber cumplido un período de “des-agotamiento” parcial de los niveles de deuda con terceros utilizando para ello los recursos de la Deuda intra-Estado como una suerte de “préstamo-puente” interno para poder cumplir con los pagos prioritarios a bonistas privados y organismos internacionales.

Una vez transferida la gran masa de compromisos a las agencias del propio Estado (un quantum de deuda que no tiene capacidad de repago), el stock de deuda pública externa – reducido en gran medida por esta vía – permitiría despejar los saldos importantes de endeudamiento local para volver a tener margen para colocaciones de deuda afuera.

El procedimiento habría consistido así en una “internalización” de deuda – traspaso de deuda externa con terceros a deuda interna oficial - transfiriéndola al propio Estado, donde luego puede reducirse o desaparecer por licuación derivada de la inflación, por sub-indexación de la misma y/o directamente por pase a pérdida.

Tal sería un resultado posible del esquema enunciado según la Hoja de Ruta del ministro Boudou – entonces al frente de Economía y hoy a cargo de la vicepresidencia de la Nación – cuando asumiera en el año 2009 formulando los tres pasos clave de dicha agenda: 1. Liquidación del problema de los Holdouts, 2. Arreglo de la Deuda Externa con el Club de París, y 3. Regreso de la Argentina al Mercado Internacional de Capitales, precisamente para volver a tomar Deuda Externa (que tal era el objetivo – hasta hoy frustrado – del Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005).


LA AGENDA POST-ELECTORAL.

En lo inmediato, los resultados de las elecciones parlamentarias del 27.10 no deberían cambiar nada de fondo en materia política argentina desde el punto de vista de la gestión de gobierno.

Las elecciones primarias obligatorias de Agosto – elecciones “internas” que en la mayoría de los casos no tenían razón de ser porque los grandes partidos políticos fueron a las urnas con listas únicas de candidatos preestablecidos – ya dieron un panorama anticipado y confiable que prefigura una derrota del gobierno Kirchner en los comicios del próximo 27.10.

Las PASO permitieron identificar así, de manera completa y cuantificable, las tendencias electorales y el mapa político formal de la partidocracia argentina.

Si bien una serie de acciones oficialistas ha tratado de remontar ese retroceso en las urnas (discursos, anuncios, inauguraciones, aprobaciones parlamentarias, etc.) no puede saberse en qué medida estas cosas podrán modificar efectivamente la posición del gobierno en los próximos comicios.

Es probable que el sorpresivo problema de salud de la presidenta incida más en la decisión de voto de la gente que el humor político general, hoy casi totalmente opacado e indiferente dada la vaciedad programática de gobierno y de la oposición, la ausencia de debate sobre cuestiones de fondo de la realidad nacional, la reiteración y reciclado de figuras ya conocidas, el confeccionamiento mayoritario de listas sin internas partidarias y, sobre todo, el diversivo o distractivo de la candidatura Massa, que opera funcionalmente como “el Bordón de Cristina”.xii

En materia de omisiones de temas de debate es particularmente notable que durante toda la campaña las grandes fuerzas políticas en pugna por las bancas legislativas – tanto del oficialismo como de la oposición – no hayan abordado el problema económico-financiero clave que constituye la nueva crisis de Deuda que está viviendo el país – conforme se explica en la presente nota – ni el de sus incidencias conexas.

Por el contrario, el discurso institucional – dentro y fuera del Peronismoxiii es soslayarlo, ignorarlo como si el problema no existiera, cumpliéndose así la regla de que en la Argentina “todo lo importante es secreto” y de ello no se habla.

La clave de coincidencia en estas elecciones de medio término puede resumirse quizás en una idea central: la continuidad de la ficción del Modelo.

El oficialismo habla de afianzamiento del Modelo y la pseudo-oposición habla de corrección, ajuste o perfeccionamiento de ese Modelo pero la realidad es que la bonanza transitoria de la post-convertibilidad - que fue presentada por el gobierno Kirchner como si se tratara de un “modelo” - hoy ya no existe porque han desaparecido los superávits gemelos – fiscal y externo – que eran el sostén concreto de su apariencia.

Pero, aún así, esa versión del Modelo K tuvo su agotamiento y caída, como lo tuvieron antes la Convertibilidad de las administraciones Menem y De la Rúa, como lo tuvieron antes los Planes Austral y Primavera bajo la gestión Alfonsín; y como lo tuvo antes el Programa de Abril de 1976 del Ministro Martínez de Hoz bajo el Gobierno Militar.

Y la característica de estos “planes” y “modelos” es que todos se derrumbaron por una causa común: el sistema de la Deuda Pública, que era y sigue siendo el condicionante total y absoluto de todo lo que pasa en la Argentina en materia financiera, económica y política.

Nuestro país vive encerrado en una trampa de Deuda Perpetua, es decir, una deuda pública impagable que inexorablemente va siendo refinanciada, devengando más servicios por intereses y por capital, y requiriendo endeudamiento adicional, de modo que el stock de deuda sigue aumentando.

Los gobiernos de turno sobrellevan las Crisis de Deuda – esto es, los momentos de descalce entre recursos disponibles y refinanciaciones de salvataje (de salvataje a los países deudores pero especialmente salvataje a los acreedores de esos países) – en forma recurrente: apelando a tomar siempre más Deuda.

Los programas de gobierno duran en la Argentina lo que duran los mecanismos de endeudamiento necesarios para sostenerlos: cuando inevitablemente se agotan los recursos disponibles – básicamente, por falta de divisas - es necesario echar mano a fuentes de financiamiento extraordinarias que, a los fines de su presentación pública, se revisten bajo la figura de supuestos “éxitos” de re-estructuración de deudas.

Y entonces el ciclo vuelve a empezar – por la vía de “barajar y dar de nuevo” – y su forma clásica es incurrir periódicamente en una nueva ola de endeudamiento.

Porque el negocio de los capitales financieros no es llevar a los países deudores al default sino jaquearlos porque “nadie mata la gallina de los huevos de oro”, que vive pagando y tomando más deuda (como la Argentina).

Pero en tales momentos de crisis de Deuda – crisis periódicas que se producen por la lógica elemental de la falta de capacidad de repago – las decisiones financieras se reacomodan y los procesos políticos derivados de las mismas también (ya que los gobiernos son los que “tienen que poner la cara” asumiendo los costos de los cambios ante la opinión pública); y se inicia entonces la preparación de una “etapa de transición”, un período de tiempo prudencial para que los nuevos cuadros político-administrativos se adecuen a las nuevas circunstancias.xiv

El cuadro de situación explicado en la primera parte de este trabajo y las señales de cambio enunciadas en la segunda permiten inferir que la Argentina ha llegado hoy nuevamente a ese punto de inflexión en el que las decisiones de cambio no pueden ser dilatadas más, que son decisiones que van a tener que tomarse quienquiera esté al frente del Ejecutivo y que lo más probable es que tales decisiones van a estar en línea con un plan de transición hasta fines del 2015, en que asuma un nuevo gobierno.

No se sabe, obviamente, cuáles serán esas medidas concretas pero caben pocas dudas que las acciones ya deben estar decididas, y los funcionarios que las piloteen también.

Con el riesgo lógico que supone formular conjeturas en estos casos pero tomando como base la adscripción de la administración Kirchner al sistema de la Deuda Pública perpetua, su manifiesta “vocación pagadora”, su extraordinario esfuerzo fiscal en curso para cumplir con los servicios de esa deuda y todas las señales emitidas en tal sentido, es previsible que después de las elecciones se encaren más crudamente al menos tres cosas:


  1. Un intento de “estabilización” a través de una “tablita” de alineamiento de la devaluación oficial del peso a la inflación real, con aumento de las tasas de interés a niveles más elevados y positivos (cosa que ya está ocurriendo a través del aumento del piso de las tasas de mercado – Badlar y conexas - tomando como referencia las que paga el BCRA por Lebac/Nobac).

  1. Un mayor blanqueo del plan de ajuste encubierto que se viene llevando a cabo para disponer de mayores recursos destinados al pago de la Deuda (aumento de la presión tributaria, retraso cambiario relativo, baja de subsidios contra aumento de precios y tarifas de servicios públicos, freno del ritmo de aumento de salarios y jubilaciones, etc.). Y

  1. Fin de la Deuda intra-Estado – por agotamiento o tope en sus posibilidades de “préstamo puente” interno – y vuelta al Mercado Internacional de Capitales, para colocar más deuda en función de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los holdouts, 2. Arreglo con el Club de París, y 3. Retorno al Mercado Financiero Mundial.


Este último punto, presentable ante la opinión pública como una supuesta victoria sobre los “fondos buitre” (que entrarían en la nueva reapertura del Megacanje y/o en sus negociaciones paralelas), como el logro de un acuerdo con el Club de París que suponga el anuncio de nuevas Inversiones Extranjeras Directas (IED) y como una colocación piloto o experimental “exitosa” de bonos externos en el mercado internacional de capitales, bajo el argumento de hacerlo a tasas de interés más bajas, le abriría las puertas a la Argentina para “reinsertarse” – una vez más – en el mercado de Deuda Externa.xv

Sólo faltaría saber si estos cambios se llevarán a cabo, durante el período de transición, por el propio gobierno CFK – contradiciendo su discurso del des-endeudamiento y su aparente resistencia a volver a endeudarse en el exterior – o si tales cambios serán hechos por otra administración que prematuramente la suceda.


EN CONCLUSION:

El panorama post-electoral de Octubre pareciera estar definido en sus rasgos esenciales. Las cosas habrían pasado a tener, por ahora, un compás de espera en base a la fórmula de: primero, que el pueblo vote, y luego el gobierno – quienquiera esté al frente del Ejecutivo - informará sus decisiones.

La Argentina está nuevamente en Crisis de Deuda - aunque oficialismo, oposición y medios de comunicación se empeñan en soslayarla – porque el gobierno no tiene capacidad de repago para cubrir los servicios de la Deuda Pública con recursos genuinos y habría llegado al tope de uso de la Deuda intra-Estado.

Como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente, las grandes estructuras de poder económico-financiero, nacionales y multinacionales, están preparando la Transición al 2015, que la Clase Política tiene luego que llevar a cabo.

Esta transición, sin embargo, encuentra tres escollos básicos que el gobierno tiene que resolver en función de las exigencias del capital financiero internacional:


  1. El dilema de la posición de reservas netas del BCRA, sus necesidades de reposición y/o acumulación de divisas y el nuevo marco de libertad en el movimiento de capitales.

  1. El manejo de las cuentas fiscales de modo de volver a garantizar tanto la autonomía del BCRA como el logro de superávits gemelos: fiscal y externo.

  1. El modo de allanar el cumplimiento de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar nueva deuda.


Estas elecciones no traerán cambios por sí mismas sino que los verdaderos cambios se harán después de las elecciones: es la forma tradicional en que la Democracia queda subordinada a las exigencias del Electoralismo.


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 17.10.2013


Archivo: GIULIANO ARTICULO 2013 10 17 DP ELECCIONES.

i
NOTAS:


 La famosa frase de referencia de George Santayana (1863-1952) es la que dice que “aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.
ii
 Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo titulado “Alerta roja sobre el Banco Central” (2.10.2013).

iii Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos y están tomadas siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos respectivos.

iv Estas reservas netas pueden ser mucho menores todavía si – como sospecha Javier Llorens – el gobierno pudiera estar integrando parcialmente el monto de las reservas internacionales con títulos públicos argentinos, cosa que ahora le permitiría la Carta Orgánica (CO) del BCRA reformada el año pasado (Ley 24.144 modificada por la 26.739, del 27.3.2012).

v El BCRA repone las reservas que presta al Tesoro comprando las divisas provenientes de las exportaciones con emisión de dinero, lo que presiona sobre el nivel de los precios.

Para contener los efectos inflacionarios de tal aumento del circulante, el mismo BCRA rescata o esteriliza la mayor parte de esos billetes emitidos colocando Letras/Notas (Lebac/Nobac), que es Deuda cuasi-fiscal (deuda paralela e independiente de la del Tesoro Nacional).

Esto significa que, por carácter transitivo, las Reservas se compran con Deuda.

Por esta deuda en Lebac/Nobac el BCRA paga actualmente intereses del orden del 18-19 % anual mientras que por la colocación de las Reservas Internacionales (casi su totalidad en plazos fijos) tiene un rendimiento casi nulo: el año 2012 fue de sólo un 0.11 % y el 2011 había sido de 0.17 %.

Concretamente, según el Balance del BCRA 2012 – conocido hace pocos días – el banco tuvo ganancias por intereses cobrados sobre las reservas de sólo 255 M$ mientras que durante el mismo ejercicio pagó intereses sobre títulos propios (las Lebac/Nobac) por 11.360 M$: 45 veces más.

vi Al 31.12.2012 la Deuda Externa Privada sumaba unos 68.500 MD, de los que 22.000 MD a esa fecha se encontraban vencidos (eran Deuda exigible) y otros 27.800 MD tenían vencimiento durante el año 2013.

vii Este punto fue desarrollado en detalle por el autor en su trabajo sobre “Deuda Pública y Presupuesto 2014 (20.9.2013).
viii El saldo de la deuda pública al comienzo de la administración Kirchner era de unos 175.000 MD (año 2003), durante el decenio 2003-2012 - según la presidenta Cristina Kirchner - se pagaron servicios de deuda por 173.700 MD pero actualmente el saldo de la deuda es superior a los 209.000 MD (al 31.12.2013), monto que se eleva a 300.000 MD si se le suman los intereses a pagar (72.000 MD) y los pagos faltantes estimados por Cupones PBI (unos 16.000 MD).

La Deuda aumentó 18.800 MD el año 2012 y había aumentado 14.600 MD en el 2011.

Por ende, no es cierto que el país se esté des-endeudando.

ix Los vencimientos de Capital no se amortizan en forma neta sino que se pagan íntegramente con nuevas deudas, deudas que son contraídas en su gran mayoría con el propio sector público, principalmente con la ANSES, el BCRA y el Banco Nación (BNA). Estas obligaciones intra-Estado no tienen capacidad demostrada de repago y además se sigue tomando siempre deuda adicional a la que se cancela.

Según el Presupuesto 2014 el año que viene vencen 44.300 MD de deuda por capital y está previsto tomar deuda por 57.000 MD, es decir, por 12.700 MD más.

A estas previsiones presupuestarias expresas de endeudamiento hay que sumarle luego las deudas que se agregan para cubrir los déficits fiscales, que no están previstos pero que se vienen produciendo en forma creciente pese a las optimistas proyecciones de equilibrio: en 2011 se había previsto un superávit de 1.600 M$ pero resultó, en cambio, un déficit de 31.700 M$; y en 2012 se previó un superávit de 1.500 M$ y resultó un déficit de 55.600 M$.

Para el 2013 estaba también previsto un superávit, de 600 M$, pero ahora el propio gobierno estima un déficit de 44.600 M$ y proyecciones privadas lo elevan a 50 ó 60.000 M$.

Para el Ejercicio 2014 se prevé nuevamente un superávit, en este caso de 870 MD.

Los intereses - a diferencia de los vencimientos de capital - se pagan en efectivo como parte del Gasto Público Corriente y son también crecientes: para el año 2014 está previsto pagar por este concepto 73.300 M$ (12.200 MD).

Estos intereses tienen así un incremento del 73.8 % mientras que el aumento del Gasto Público en su conjunto es del 19.2 %.

x Las deudas provinciales se están contrayendo hoy con Organismos Financieros Internacionales (Banco Mundial, BID, CAF) y también con inversores financieros privados. Se toman en moneda extranjera, en pesos y/o en moneda local indexada por dólar oficial (bonos con cláusula dólar linked); y se contraen con/sin garantía de recursos naturales (caso petróleo).

Las principales provincias involucradas – con Buenos Aires, Córdoba y la CABA a la cabeza – están colocando deuda que ofrece altos rendimientos en dólares a los acreedores, del orden del 10 % o más según los casos.

xi La deuda con el Club de París es de 6.100 MD según el gobierno Kirchner pero los reclamos completos del mismo contra el país – incluyendo multas, punitorios y gastos – son superiores a los 9.000 MD. En la actualidad esta deuda no se está pagando, de modo que su regularización (atada a nuevos créditos) también subiría en forma relevante los servicios por capital e intereses.
xii La irrupción de la figura de Sergio Massa como pseudo-alternativa opositora es funcional al gobierno Kirchner. Cubre, de hecho, la misma finalidad que José Bordón contra Menem en 1995 y que Roberto Lavagna contra Cristina Kirchner en 2007: dividir el voto de la oposición.

xiii De hecho, la suma de intenciones de voto - según sondeos preliminares - estaría dando un 40 % a Massa y un 30 a Insaurralde, lo que hace en conjunto más de un 70 % del electorado polarizado en las dos grandes versiones actuales del Peronismo como Partido o facción electoral.

xiv Esto ya pasó en la Argentina muchas veces en la historia reciente y puede incluso identificarse la secuencia en el tiempo que marca la correlación directa entre crisis de deuda y cambios político-financieros en la Argentina:

  1. la crisis de deuda y default de 1981-1982, que implicó el gran cambio del gobierno militar al gobierno civil.

  1. el reacomodamiento de gabinete por las presiones externas de definición de la crisis de deuda en 1985-1987 que llevó al equipo Sourrouille, con los planes Austral y Primavera, bajo la administración Alfonsín.

  1. la crisis de Deuda e Inflación que arrastró la renuncia anticipada del Dr. Alfonsín en 1989.

  1. la crisis de deuda que llevó al equipo Cavallo y, con él, a la Convertibilidad en 1991 y al Plan Brady 1992-1993 (de la que el Plan de Convertibilidad era requisito).

  1. la crisis de deuda del Tequila (1994-1995), que motivó en la Argentina las garantías por parte de grandes bancos sobre el endeudamiento externo bajo la administración Menem.

  1. la crisis de deuda 1999-2001, bajo la administración De la Rúa-Cavallo, que después del fracaso del Blindaje, de la operación cuasi-delictiva del Megacanje de 2001 y del nuevo canje de Noviembre terminó en el default de Diciembre de ese año.

  1. la crisis por las presiones de definición para la salida del default en 2003-2005, que llevó al Megacanje Kirchner-Lavagna, por el cual se dio el “lavado” de gran parte de la deuda del 2001 y se pactaron nuevas condiciones de capitalización de intereses, ajuste de deuda en pesos por inflación y cupones PBI (VLPBI), así como se dio la aceptación de nuevas cláusulas de servidumbre financieras (entre las cuales, la del Acreedor más favorecido).

  1. la crisis por el fracaso del Megacanje 2005, dada la incapacidad de pago con fondos genuinos, lo que motivó la estatización de los fondos jubilatorios de las AFJP (en 2008) y el uso en gran escala de reservas del BCRA para poder atender los servicios crecientes de la deuda pública (desde Enero de 2006 con el FMI y desde 2010 con los Fondos de Desendeudamiento Argentino).

  1. la nueva crisis actual por los fallos de Nueva York a favor de los holdouts, las sentencias contra la Argentina en el CIADI, la demora de acuerdo por la deuda externa con los países del Club de París, la concentración de vencimientos de la deuda del Estado Central (potenciada por el aumento acumulativo de los pagos por VLPBI), la Deuda Pública Indirecta (Entes Públicos y BCRA en particular) y por la no disponibilidad de divisas para la Deuda Externa Privada; todo lo cual estaría conduciendo a cambios de gobierno y de políticas que se darían a conocer después de las elecciones de Octubre.

Cualquiera sea el juicio de valor sobre este listado de puntos, se trata de hechos históricos concretos que marcan nuestra historia económico-financiera contemporánea y que están vinculados directamente con el problema de la Deuda.

xv Cabe agregar una conjetura complementaria pero algo inevitable en torno al problema de la falta de reservas internacionales de BCRA, que han caído ya a niveles de peligro.

Las necesidades de provisión de divisas para cubrir las obligaciones de la balanza de pagos, acentuadas por la acumulación de servicios financieros atrasados de la Deuda Externa Privada y su vinculación con el giro de Utilidades/Dividendos, así como los desbalances ya citados en materia energética, automotriz y turismo, obligarían al gobierno a buscar – de alguna manera – una suerte de “blindaje” para recomponer la posición de reservas netas del BCRA.

Una parte de ello pudiera conseguirse a través del aumento de los depósitos en dólares – para lo cual se necesitaría modificar las condiciones del mercado cambiario local – y también puede lograrse por medio de mayores préstamos de otros bancos centrales (como el caso del Banco de Francia, que le ha concedido a nuestro país otro préstamo por 3.000 MD al BCRA) y/u otros organismos financieros internacionales (como el Banco de Pagos Internacionales o BIS de Basilea).

Existe también la posibilidad que se re-implante algún mecanismo que facilite nuevamente el incremento de los ingresos de capitales – especulativos y/o IED – dentro de este nuevo esquema de recomposición de reservas y que ello se pudiera dar en gran escala, como ya viene ocurriendo en Ibero-América en general (con Brasil a la cabeza).

Otras variantes pueden darse, concurrente o separadamente, por vía de acuerdos oficiales multilaterales o bilaterales.

El swap o pase de monedas negociado con China desde Mayo de este año – por hasta 10.000 MD – es uno de los instrumentos posibles para este tipo de operaciones pero, hoy por hoy, dada la difícil situación del BCRA, pudiera resultar insuficiente.



DEUDA PÚBLICA Y ARREGLOS DEL CIADI.
Por Héctor GIULIANO (2.11.2013).


El 10.10 pasado la administración Kirchner dio a conocer un acuerdo celebrado con cinco acreedores en relación a juicios perdidos por la Argentina ante el CIADI, Tribunal Arbitral del Banco Mundial (BM).

Esta noticia se difundió pocos días después de iniciada la licencia por enfermedad de la presidenta Cristina Fernández – cuyo inicio fue el 5.10 y la operación el día 8 – y, a la vez, durante el tramo final de la campaña electoral por la renovación parlamentaria del 27.10, si bien se entiende que los acuerdos habrían sido establecidos durante el viaje del ministro Lorenzino a Washington del 18.9.

La clave de estos arreglos parece estar en la nueva fórmula de pago de fallos externos con deuda pública y en la aceleración de los tiempos de la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales.


EL ARREGLO CON LOS FB DEL CIADI.

Las sentencias en contra de nuestro país por reclamos de empresas extranjeras, que se arrastraban desde la salida de la Convertibilidad, se produjeron en los últimos años y su cumplimiento venía siendo dilatado por el gobierno sin mayores perspectivas de éxito, salvo como forma de ganar tiempo en el diferimiento de los pagos.

Lo mismo que en el caso de los bonistas que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (los holdouts) la estrategia legal seguida en cuanto aceptar la competencia de tribunales extranjeros y no cuestionar la legitimidad de las acreencias reclamadas hacía que inexorablemente esos juicios iban a ser perdidos y nuestro país tendría, temprano o tarde, que afrontar los arreglos de pago pertinentes.

Esto era así y lo va a seguir siendo porque el gobierno Kirchner mantiene su decisión de no investigar las irregularidades de origen y refinanciamiento de las obligaciones de la Deuda Pública, porque – después de 10 años de gestión – mantiene al país en el marco de los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) firmados en la década del ´90 que suponen garantías y privilegios a favor de las Empresas Extranjeras y porque sigue aceptando en sus convenios de nueva deuda externa la prórroga de jurisdicción a tribunales externos y los mecanismos de arbitraje correspondientes.

Dentro de este contexto, el acuerdo con los acreedores de 5 juicios perdidos ante el CIADI constituiría un “caso testigo” dada la existencia de entre 30 y 40 reclamos de este tipo todavía pendientes ante tribunales internacionales.

Después de largos años de trámites judiciales y de pleitos perdidos el gobierno ha dado ahora pasos concretos en este asunto específico del cumplimiento de las sentencias.

Según la Resolución del Ministerio de Economía 598/2013 se aprueba un Modelo de Convenio – denominado “Acuerdo Transaccional” – para ser firmado con cada uno de los acreedores por los laudos arbitrales del CIADI.

El acuerdo rige para cinco titulares que no en todos los casos son los reclamantes originales sino compañías financieras que compraron los derechos de las sentencias, esto es, al modo de los denostados “fondos buitre” (FB) en cuanto a bonos públicos:

  1. Blue Ridge Investment LLC, por la denuncia de CMS Gas Transmission Company.
  2. CC-WB Holding LLC, por el reclamo de Continental Casuality Company.
  3. Vivendi Universal SA y Compañía de Aguas del Aconquija SA.
  4. Azurix Corporation. Y
  5. NG-UN Holdings LLC, por el reclamo de Grid PLC (en el ámbito de la comisión arbitral para el Derecho Mercantil Internacional de Naciones Unidas).

Según informaciones periodísticas, los derechos de CC-WB (2) y NG-UN (5) habrían sido traspasados recientemente a Gramercy Funds Management, una firma que estaría vinculada al vicepresidente Boudou vía Arcadia, de Marcelo Etchebarne, en hechos relacionados con la reapertura del canje en 2010.

La Resolución 598/2013 no contiene cifras sino solo el procedimiento de la operación de pago de los fallos del CIADI – fijado a través del Modelo de Convenio antes citado - cuyos lineamientos operativos básicos son los siguientes:

  1. El gobierno argentino no paga los laudos arbitrales en efectivo sino con bonos de la Deuda Pública.
  2. Los importes por Capital se abonan con títulos Bonar X, vencimiento en 2017 y tasa de interés del 7 % en dólares.
  3. Los importes de Intereses se abonan con títulos Boden 15, vencimiento 2015 y tasa también del 7 % anual.

Conforme los términos de la Resolución 598 la propuesta de acuerdo que dio base a este arreglo fue iniciativa de las empresas titulares de los derechos sobre los laudos del CIADI y se habrían efectuado entre el 9 y el 13 de Agosto pasado.

Según el Comunicado de Prensa del Ministerio de Economía (MECON) - que informa muy escuetamente sobre los números de la operación - la suma a pagar por los cinco laudos en firme del CIADI es de 677 Millones de Dólares (MD) de Monto total (Capital más Intereses).

Sobre este importe los acreedores habrían acordado efectuarle una quita a la Argentina del 25 % - 171 MD – de modo que el neto a pagar resultante sería de unos 500 MD (506).

Además, los acreedores comprarán nueva deuda por bonos BAADE – emitidos para el último blanqueo de capitales – por el 10 % del importe total de los laudos: 68 MD.

Es decir que – según la información oficial - el gobierno emitirá nuevas obligaciones por un total de 568 MD cuyo cumplimiento le caería a la futura administración que asuma a fines de 2015.

El MECON no ha editado hasta el momento informaciones desagregadas que permitan analizar las cifras, los cálculos y, por ende, los resultados concretos de las operaciones realizadas.

Paralelamente - por Decisión Administrativa 830/2013 del Jefe de Gabinete Abal Medina - se autorizaron las modificaciones presupuestarias correspondientes sobre el Ejercicio 2013 formalizando así el nuevo mecanismo de pago de sentencias judiciales – que son deudas no registradas1 - con títulos de la Deuda Pública.
Esta “innovación” es importante porque abre la puerta a una nueva modalidad de incremento del endeudamiento público – aplicable a todo juicio contra el Estado (CIADI, Holdouts, Proveedores, Jubilados, etc.) – lo que puede terminar elevando el stock de la deuda argentina a niveles impredecibles.


CONTEXTO DEL ACUERDO.

En el último trabajo del autor sobre el problema de la Deuda2 ya se enumeraba una serie de señales en materia de nuevo endeudamiento público que indicaría claramente que los acontecimientos se precipitan en esta materia.

Hechos relevantes se están produciendo en estos días y las noticias reflejan los cambios en este sentido:

  1. El acuerdo con los acreedores del CIADI, que abre la puerta a toda una lista de futuros arreglos de pago de sentencias con bonos del Estado.

  1. El uso del BAADE – Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico – habilitado originariamente para el último blanqueo de capitales como nuevo título de deuda de colocación generalizada (para lo cual se autorizó la ampliación del monto en otros 1.000 MD).

  1. El destrabe de nuevos préstamos del Banco Mundial – del que depende el CIADI – a través de la aprobación del programa de Estrategia de Asistencia al País (EAP) para el trienio 2014-2016, que implica créditos por 3.000 MD, de los que 1.000 MD se espera sean otorgados en lo que resta del 2013.

  1. El paralelo acuerdo ya firmado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por otros 3.000 MD, contando con un desembolso de 1.200 MD para lo que falta del 2013.3

  1. La aceleración de las negociaciones con los denostados “fondos buitre” beneficiados por los fallos de Nueva York – con el fondo NML Elliot, de Paul Singer, a la cabeza – para tratar de llegar a un arreglo también con los mismos en base a la nueva fórmula de pago con bonos (ya sea por arreglo directo, por tercerización de otros bonos – como el caso Gramercy – y/o por consenso con los bonistas que ya entraron en el Megacanje).

  1. Las conversaciones sostenidas con el Fondo Monetario (FMI) para instrumentar el nuevo IPC Nacional en reemplazo del Índice de Precios actual del INDEC y también la posibilidad de retorno a las revisiones anuales del Artículo IV del Estatuto del Fondo, con lo que se normalizarían las relaciones con nuestro país y con el Grupo de los 20.

  1. El avance paralelo hacia un arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París – vinculado formalmente a la cuestión de la Auditoría del FMI – que destrabaría, a su vez, una serie de Inversiones Extranjeras hacia la Argentina.

  1. La tolerancia frente a la impresionante Deuda Externa Privada acumulada en la Argentina debido a la falta de divisas del Banco Central (BCRA).4

  1. La asistencia de otros Bancos Centrales (como el Banco de Francia, por 3.000 MD) y de Organismos Financieros Internacionales (como el BIS de Basilea) al BCRA para tratar de sostener su grave posición de reservas netas.5

  1. La creciente Deuda en moneda extranjera o deuda en pesos indexada por tipo de cambio (dólar linked) que están contrayendo las Provincias (incluyendo particularmente la CABA) con autorización y garantía de la Nación.

  1. El paralelo aumento de la Deuda Pública Indirecta – Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios – que se está registrando (con YPF a la cabeza) y del que el gobierno no da información consolidada alguna.

  1. El aumento de las Tasas de Interés del Mercado derivado del incremento del piso de las tasas que fija el BCRA con su deuda cuasi-fiscal a corto plazo por Lebac/Nobac (hoy del orden del 18 % anual).

  1. La suba de los movimientos de Bolsa y la mejora de cotización de los títulos públicos. Y

  1. La baja de la sobretasa por Riesgo País, a unos 900 PB (Puntos Básicos, según el Índice EMBI+ de JP Morgan).

Se trata de una serie de indicios inequívocos en el sentido que el gobierno Kirchner – pese al grandilocuente discurso oficial del “des-endeudamiento” - avanza hoy, en cambio, aceleradamente en el cumplimiento de la Hoja de Ruta del entonces Ministro de Economía y hoy Vicepresidente Boudou, que preveía tres pasos esenciales para “normalizar” la Deuda Pública Argentina: 1. La liquidación de los juicios de los Holdouts y los reclamos en el CIADI, 2. El arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París, y – cumplidos los dos pasos anteriores – 3. Volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar Deuda (que era, en realidad, el objetivo primario y no conseguido del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005).

CIADI Y CRISIS DE DEUDA.

La Argentina – lo hemos dicho mil veces – se encuentra en Crisis de Deuda: una crisis estructural por insolvencia fiscal y no por iliquidez pública.

Porque una crisis permanente por iliquidez frente a una deuda impagable es una crisis de estructura financiera del Estado.

Los gobiernos de turno y la clase política en general son cómplices del Sistema de la Deuda, que es un sistema de Deuda Perpetua, en el que los pasivos por Principal no se amortizan nunca sino que se refinancian continuamente y a la vez se toma más deuda, todo lo cual incrementa la suma de intereses a pagar.

Este mecanismo lleva inexorablemente a que la Deuda siempre sigue aumentando6 y los requerimientos de financiamiento final externo devienen “necesarios” porque el sistema está armado por el establishment financiero para eso: para volver a endeudarse.

La Argentina ya ha pasado varias veces por esta misma experiencia, que es parte de un proceso identificable de los Ciclos de Endeudamiento Público:

  1. Períodos de toma de Deuda sin capacidad de repago alentados por expectativas artificiales de obtención de préstamos “manejables”.
  2. Punto de saturación o inflexión, a partir del cual se empieza a desnudar la tradicional insolvencia fiscal frente a las obligaciones contraídas durante la etapa 1.
  3. Estrangulamiento del perfil de vencimientos que obliga a la entrada en régimen de emergencia financiera fiscal (retraso cambiario, aumento de las tasas de interés, aumento de la Presión Tributaria, intento de contención del Gasto Público, freno al aumento de los salarios reales, uso de fondos fiscales de reserva, etc.) y pasaje a una re-estructuración de pasivos generalizada.
  4. Vuelta al Mercado Internacional de Capitales sobre la base de las nuevas refinanciaciones especiales con el argumento de mejora relativa en las condiciones de endeudamiento, fácil disponibilidad de créditos externos y esencialmente “confianza”. Con lo que el ciclo vuelve a empezar.

Dentro de este esquema – al que hemos hecho referencia en otras oportunidades pero no es aquí del caso volver a desarrollar – cabe una aclaración importante: las Crisis de Deuda usualmente se manifiestan en la etapa 3 del Ciclo pero son confundidas con un fin de ciclo, lo que es erróneo porque las Crisis son parte del Ciclo; más aún, son la clave del Ciclo de Deuda.

Cuando se llega a la transición entre las etapas 3 y 4 siempre se ensayan nuevas alternativas financieras de continuación – la capacidad de inventar variantes especulativas es hoy casi infinita – con lo que se producen diferencias de forma o presentación en los mecanismos de refinanciamiento pero la esencia de los procedimientos de fondo sigue siendo la misma: el reciclado de deuda, la toma de deudas nuevas y el mantenimiento de la incapacidad de repago que garantiza a los prestamistas financieros la perpetuidad del Sistema.

Dentro de este encuadramiento devienen más entendibles las innovaciones financieras presentadas a lo largo de los últimos 35 años de Deuda Pública Argentina: Deuda Externa “barata” por el auge de los petro-dólares en la época del Proceso Militar, re-estructuraciones democráticas con los Planes Austral y Primavera ligados a los Acuerdos de Nueva York de 1985-1987 bajo la administración Alfonsín, Convertibilidad y Plan Brady 1992-1993 bajo la administración Menem-Cavallo, Blindaje-Megacanje 2001-Default (como “accidente” forzado del Ciclo) bajo De la Rúa-Cavallo, Endeudamiento por Pesificación bajo la administración Duhalde (2002) y Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 bajo la actual administración K.

Todas estas experiencias de re-estructuraciones fueron presentadas en su momento como negociaciones “exitosas” pero terminaron invariablemente en fracasos y nuevas Crisis de Deuda, es decir, en procesos de “barajar y dar de nuevo” replanteando los términos de endeudamiento; pero sin salir nunca de la trampa básica del endeudamiento, que es la toma de deuda sin capacidad de repago.

Hoy la nueva fórmula de “pago de juicios con bonos” aparece como una variante innovadora después de agotar las posibilidades de la Deuda intra-Estado (fundamentalmente: uso de reservas internacionales para pago de Deuda Externa y vaciamiento de fondos públicos utilizados para el pago de Deuda Interna).

Esta fórmula sería presentada como una alternativa de solución al problema de los juicios contra el Estado y como un primer paso para destrabar el regreso de la Argentina a los Mercados de Capitales.

Con ello se trata además de soslayar el reconocimiento del fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (que llevó al uso masivo de la Deuda intra-Estado) y se busca enmascarar la nueva situación de Crisis de Deuda que caracteriza el paso de la etapa 3 a la 4 del Ciclo: el intento de nuevas formas de refinanciación para garantizar la continuidad del Sistema de Deuda Perpetua.


EN CONCLUSIÓN:

El fin del mito del Modelo – contradicho con el agotamiento de los superávits gemelos (fiscal y externo) – ha ido paralelo a la falsía del Des-endeudamiento.

El extraordinario crecimiento de la Deuda intra-Estado ha operado funcionalmente como “préstamo-puente” interno hasta agotar los recursos fiscales acumulados a costa de la descapitalización del BCRA (por salida de capitales y por uso de reservas en gran escala para pagar Deuda Externa), a costa del desfinanciamiento de los Organismos Nacionales (con el Fondo de la ANSES a la cabeza) y también a costa de comprometer los recursos crediticios del Banco Nación y desviar fondos presupuestarios de sus destinos específicos.

Pero – como lo veníamos señalando repetidamente – la política de Deuda intra-Estado tenía un tope y ese límite parece haber llegado.

Ahora nos encontramos ante la paradoja que el traspaso masivo de Deuda Externa con Terceros – Acreedores Privados y OMC – a Deuda interna con el propio Sector Público ha dejado un pasivo tan enorme como impagable como carga para el Fisco mientras todas las supuestas “buenas noticias” convergen en decir que al país se le abren nuevamente las puertas para volver a tomar más deuda con terceros, en especial deuda en mercados externos.

Así, mientras la Deuda intra-Estado corre el riesgo cierto de ser pasada gradualmente a pérdida en algún momento, o licuada por inflación, el gobierno – habiendo “desagotado” parcialmente sus obligaciones con terceros – puede encaminarse otra vez a la “regularización” deseada de su Deuda Pública con la adopción de nuevas formas de endeudamiento.

Faltaría sólo determinar si este proceso de cambio – definido con el equívoco rótulo de “transición” – será administrado por el propio gobierno Kirchner (bajo la formulación de una “nueva etapa” del Modelo distinta del “Des-endeudamiento”) o si será piloteado por otro que lo suceda.

En uno y otro caso - cualquiera sea la forma de presentación de las “innovaciones”, cualquiera sea el malabarismo verbal que se utilice para encubrir la realidad de los cambios, cualquiera sea el grado de apoyo de la partidocracia con representación parlamentaria y de la opinión pública conducida por los grandes medios del establishment – la administración que pilotee esta transición hacia el nuevo endeudamiento puede terminar pagando un alto costo político. Sólo el costo político, porque el costo financiero y económico lo seguirá pagando el pueblo argentino a través de la Política de Estado de la Deuda Pública.


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 2.11.2013.

Archivo: GIULIANO ARTICULO 2013 11 02 CIADI
____
1
 Las “deudas no registradas” son obligaciones que el MECON no incluye dentro del saldo de la Deuda Pública del Estado Central pero que existen y tienen que ser abonadas, como es el caso de los intereses a pagar, la capitalización de intereses, las indexaciones por CER, los Cupones PBI y los juicios contra el Estado con sentencia en firme.
2
 “Deuda Pública y Elecciones 2013” (del 17.10.2013).

3 El 31.10 pasado, por ejemplo, se informó sobre la concesión de un nuevo préstamo para la construcción de rutas dentro del proyecto multinacional del Norte Grande Argentino por 300 MD.
Los préstamos de los Organismos Multilaterales de Crédito (OMC: Banco Mundial, BID y CAF) son discutibles en cuanto a su necesidad y destino por tratarse de deudas sin capacidad de repago demostrada, por ser en gran medida créditos en divisas para financiar obras que se pagan en pesos (incluyendo los planes sociales) y/o por destinarse al pago de consultoras internacionales que prestan servicios de asesoramiento.
4
 Al 31.3.2013 – último dato oficial – el stock de la Deuda Externa Privada era de 68.550 MD, de los que 21.700 MD eran Deuda Exigible (por estar vencida) y 25.900 (casi 26.000) vencían en el 2013.

La vida media de esta deuda es de sólo 1.6 años y si bien las obligaciones son privadas las divisas tiene que proveerlas el BCRA y al tipo de cambio oficial.
5
 Según el Balance semanal resumido del BCRA al 23.10.2013 – última información disponible – el saldo de reservas netas era de unos 20.000 MD: Reservas Brutas 34.000 – Cuentas Corrientes en otras monedas 8.900 – Otros Pasivos 4.800 = 20.300 MD.

Sin contar el stock de Lebac/Nobac - equivalente a 21.300 MD - y sin considerar las transferencias de reservas al Tesoro para el pago de Deuda Externa que falta girarle este año ni la previsión de los 10.000 MD a darle en 2014, ambas a través del Fondo de Desendeudamiento Argentino (FDA).
6
 La evolución real del stock de la Deuda Pública – tal como lo hemos explicado reiteradamente en distintos trabajos - ha sido permanentemente creciente durante la administración Kirchner: el monto de deuda al inicio de su gestión, en 2003, era de unos 175.000 MD; la presidenta dijo que en los 10 años de administración K se pagaron unos 174.000 MD pero hoy el Estado debe oficialmente 209.000 MD (según datos del MECON al 31.12.2013); que si se le suman los intereses a pagar (72.000 MD) y los Cupones PBI (15.000 MD) todavía faltantes de pago llevan el stock real de la Deuda en cabeza del Estado Central a unos 300.000 MD.



LA DEUDA PÚBLICA AL 30.6.2013.
Por Héctor GIULIANO (17.11.2013).


Días pasados el Ministerio de Economía (MECON) editó en su página web el Informe sobre Deuda Pública del Estado Central al 30.6.2013.

El anterior informe – que es trimestral – correspondía al final de 2012. Esto es, que hasta principios de Noviembre de este año no se conocieron las cifras acumuladas del ejercicio en curso, que ahora se editaron simultáneamente para los trimestres I y II.

Según la información oficial, durante el primer semestre no se habrían producido variaciones relevantes con respecto al 31.12.2013. La situación a esa fecha – fin del año pasado - ya fue tratada oportunamente en otros artículos del autor, por lo que el presente trabajo sólo tiene por objeto analizar los nuevos datos diferenciales a la vez que se formulan, como siempre, algunas observaciones y comentarios al respecto.


EL STOCK DE LA DEUDA.

El saldo oficial de la Deuda Pública a mediados de este año es de 207.600 MD1: 196.100 MD por deuda performing o en cumplimiento y 11.500 MD por deuda con los bonistas que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 (los holdouts).

Si a este total se le suman los intereses a pagar a futuro – 72.200 MD – y los cupones ligados al PBI (VLPBI) – que se estiman en unos 15.000 MD todavía faltantes de pago – el monto de la deuda oficial sube en realidad a 294.800 MD, casi 295.000.

Falta considerar aquí la capitalización de intereses por anatocismo (que hoy es poco significativa)2, los ajustes sobre el stock de deuda por tipo de cambio y por inflación interna (sobre la deuda en pesos ajustada por CER), los reclamos y gastos por los juicios de holdouts y arbitrajes ante el CIADI, y los adicionales y punitorios por la Deuda Externa con los países del Club de París.

Por este motivo, el stock real de la Deuda Pública del Estado Central se mantiene hoy arriba de los 300.000 MD.


EVOLUCION DEL ENDEUDAMIENTO.

La cifra oficial del stock de deuda que muestra el Gobierno al 30.6 pasado – los 207.600 MD – presenta una particularidad: el saldo final habría bajado unos 1.300 MD durante el primer semestre del año (contra 209.000 MD a fin de 2012).

Este punto merece una explicación:

  1. Durante los seis primeros meses de este año la deuda aumentó en realidad unos 4.400 MD: se tomaron nuevas obligaciones por 6.200 MD y se cancelaron viejas por 1.800 MD.

  1. Por ajustes de valuación, empero, se computaron disminuciones de 5.800 MD – 4.900 MD por Tipo de Cambio y 1.500 MD por CER – por lo que la variación final del semestre (más/menos otros conceptos menores) resultó negativa de los 1.300 MD citados, es decir, una leve baja del saldo final.

Esto último – punto b) - fue así por lo siguiente:

  • Por metodología internacional las cifras de la Deuda Pública se expresan en Dólares pero el 41 % de la Deuda – tomada oficialmente al nivel de los 196.100 MD – está en pesos y el 59 % en moneda extranjera, de modo que la incidencia del mayor aumento del ritmo devaluatorio del peso en lo que va del año explica básicamente la disminución producida por Tipo de Cambio.3

  • Este ahorro que obtiene el Tesoro por licuación de parte del stock de deuda en pesos por vía devaluatoria (4.900 MD) la sufre, sin embargo, el propio Estado porque la mayoría de las obligaciones en moneda local son Deuda intra-Sector Público: Adelantos Transitorios del Banco Central (BCRA, 9.300 MD al 30.6) y Títulos Públicos en Moneda Nacional (33.700 MD en total, de los que la mayor parte está en manos de agencias del Estado, como la ANSES, el Banco Nación, la AFIP, el FFRE, Lotería/Casinos, PAMI, etc.).

  • El otro ahorro por licuación de deuda que beneficia a la Tesorería (1.500 MD) proviene de la sub-indexación del CER, que replica la Inflación Oficial del INDEC: 10.5 % contra el IPC Congreso del 26 %. Pero el costo de esta licuación lo sufre la ANSES – que administra la plata de los jubilados – ya que prácticamente la totalidad de la deuda en pesos ajustada por CER, que equivale a 33.200 MD, está en manos de este organismo.

Ergo, las obligaciones de la Deuda Pública siguen aumentando – más de 6.000 MD en el primer semestre4 - pero ese aumento se compensa contablemente por diferencia de cambio y por ajuste de la deuda en pesos indexada por CER.

La ventaja de licuación por devaluación y ajuste por inflación que obtiene la Tesorería – como hemos dicho – afecta así fundamentalmente a la Deuda intra-Estado.


ESTRUCTURA DEL ENDEUDAMIENTO.

Sobre el total de deuda de 196.100 MD, 115.800 MD corresponden a Deuda intra-Estado - casi el 60 % (59) – 25.000 MD (13 %) es deuda con Organismos Multilaterales de Crédito (OMC)5 y Deudas Oficiales Bilaterales6, y 55.400 MD (28.2 %) es deuda con Acreedores Privados.

La Deuda Externa con el Sector Privado se ha venido reduciendo durante los últimos años por la política de pagos con reservas internacionales del BCRA, a través del denominado Fondo de Desendeudamiento Argentino (FDA).

Ya se han utilizado 24.000 MD de reservas para el pago de deuda desde el 2010. El Presupuesto 2013 autoriza el uso de 8.000 MD más con este fin durante el corriente año y el Presupuesto 2014 autoriza otros 9.900 MD (casi 10.000 MD).

La posición de reservas netas del BCRA ha llegado con esto prácticamente al límite de sus posibilidades de transferencia de divisas al Tesoro para pago de deuda y lo mismo estaría pasando con la ANSES – que estaría también sobrepasada en sus préstamos al Estado en pesos – y con el BNA, que tiene comprometida la mitad de su cartera de créditos con el gobierno.

La administración Kirchner habría llegado así al tope de su Deuda intra-Estado y ahora, habiendo agotado sus fuentes de financiamiento interno, afronta el problema de tener que volver al Mercado Internacional de Capitales para tomar más deuda.

CONCLUSIONES.

El fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010, el agotamiento o tope de la Deuda intra-Estado y el consiguiente agravamiento de la posición de reservas netas del BCRA debido a la salida de divisas y al uso de las mismas para el pago de Deuda Externa con Terceros ha llevado a la administración Kirchner a una situación equivalente a la Crisis de Deuda de la Convertibilidad del 2001 (fracaso del Megacanje De la Rúa-Cavallo y pérdida de reservas en gran escala).

La nueva Crisis de Deuda que vive hoy la Argentina, en realidad, no es una nueva crisis sino la fase de inflexión hacia otra etapa de la misma crisis de fondo, que es una crisis de insolvencia del Estado frente a un sistema de deuda impagable y, por ende, de deuda perpetua.

Para “salir de la Crisis de Deuda” pero quedándose dentro del “sistema de la Deuda” el gobierno K viene adoptando diversas medidas en línea con la formulación de la Hoja de Ruta que planteara el entonces Ministro de Economía y hoy vice-presidente Amado Boudou.

Esta Hoja de Ruta Boudou se viene cumpliendo en sus tres grandes capítulos:

1. Liquidación del problema de los juicios de los holdouts acelerando las negociaciones con los fondos buitre que manejan los reclamos contra la Argentina después de los fallos adversos en los tribunales de Nueva York.

2. Arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París, que viene negociándose en forma paralela y coordinada con la normalización de las relaciones de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional y los OMC, aceptando nuevamente las revisiones anuales del Artículo IV del Estatuto del FMI.

3. Vuelta al Mercado Externo de Capitales para colocar deuda nueva.

El falso discurso del “des-endeudamiento” habría llegado ahora a su fin: el stock de la Deuda Pública no sólo ha venido aumentando7 en lugar de decrecer sino que, agotado el recurso de la Deuda intra-Estado, se replantea hoy el retorno a los mercados internacionales de capitales, esto es, a nueva Deuda Externa.

Como la Deuda Pública es impagable y por lo tanto perpetua, la “internalización” de deudas lograda bajo la administración K traspasando obligaciones con terceros a Deuda intra-Estado ha servido para descargar obligaciones con terceros pasando el peso de las mismas al propio Sector Público.

Ello ha tenido como consecuencia la descapitalización del BCRA, el desfinanciamiento de la ANSES, el desvío de fondos de sus destinos específicos (Banco Nación y agencias del Estado) y un nuevo estrangulamiento del perfil de vencimientos por refinanciaciones a plazos más cortos.8

La maniobra del gobierno Kirchner, en función de la Hoja de Ruta Boudou, parece haber consistido en pasarle el peso financiero y cambiario de la deuda al propio Estado, haber cumplido a rajatabla con el pago de la deuda con terceros – OMC y Acreedores Privados – a costa del agotamiento de las reservas netas del BCRA y, consecuentemente, haber instrumentado la Deuda intra-Estado como “préstamo-puente” para poder volver al Mercado de Capitales.

Es sintomático que se haya producido una importante aceleración de estos acontecimientos ligados al problema de la Deuda en los últimos días - mientras la presidenta se encuentra con licencia médica - en momentos que el gobierno Kirchner afronta el dilema de tener que cambiar su discurso acerca del Des-endeudamiento.-


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 17.11.2013.

1
 Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y están expresadas siempre con redondeo, por lo que puede haber mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
2
 Son poco más de 1.000 MD para este año y otros 1.000 MD en 2014. El acumulado del primer semestre por este concepto fue de unos 500 MD.

Se trata de intereses que no se pagan sino que se transforman en capital y devengan nuevos intereses, que tal es el concepto de anatocismo.

No debe confundirse estos intereses con los intereses normales, que se pagan al contado sobre la deuda performing, que para este año estaban previstos originariamente en 10.800 MD y que para el 2014 serán 12.200 MD.
3
 El stock de la Deuda en Pesos equivale a 80.300 MD y si este importe se divide por un dólar más alto el saldo expresado en dólares lógicamente baja.

La deuda en moneda extranjera es de 115.900 MD, lo que sumado a los 80.300 da el total de 196.100 MD.

4 En línea con el Presupuesto 2013, que prevé un aumento neto de la Deuda Pública durante todo el ejercicio de 12.100 MD como producto de Amortizaciones por 36.500 MD contra nuevo Endeudamiento por 48.600 MD.

5 La deuda con Organismos Internacionales (OMC) era al 30.6 de 18.500 MD: 5.000 MD con el Banco Mundial (BIRF), 9.800 MD con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y 1.900 MD con la CAF (Corporación Andina de Fomento).

Dentro de este total de deuda con OMC 1.700 MD corresponden a préstamos externos tomados por las provincias con garantía de la Nación.

6 Las deudas bilaterales corresponden básicamente al impago de las obligaciones con los países del Club de París, que según el MECON suman unos 5.900 MD – por capital e intereses – pero según los acreedores pasa los 9.000 MD porque incluyen intereses moratorios/punitorios y otros gastos.
7
 El saldo de la Deuda al comienzo de la gestión Kirchner era de unos 175.000 MD y hoy es – como hemos visto – de 208.000 MD, que si le sumamos los intereses y cupones PBI asciende a 300.000 MD.

En el ínterin – según la presidenta – el gobierno pagó durante el decenio 2003-2012 unos 174.000 MD, cifra sobre la que no hay información desagregada alguna pero que se entiende fue cubierta con nueva deuda, salvo los desembolsos por intereses y cupones PBI, que se abonan en efectivo.

Lo que pasa es que el gobierno K no hizo cancelaciones netas sino que fue renovando deuda con los OMC (excepto con el FMI, al que se le pagó la totalidad de la deuda por anticipado) y cancelando fundamentalmente deuda con acreedores privados, usando para ello las reservas del BCRA.

De esta forma, el stock de deuda no bajaba sino que cambiaba su composición, pasando a cargar la mayor parte de los nuevos pasivos públicos el propio Estado. Y además se tomaba deuda nueva: el stock de la deuda aumentó así 18.800 MD en 2012 y había aumentado 14.600 MD en 2011.
8 Conforme al informe de Deuda Pública del MECON al 30.6.2013 los vencimientos de capital e intereses en el corriente año son de 20.000 y 4.000 MD respectivamente, correspondientes al período Abril-Diciembre. En el Trimestre I se registran amortizaciones de deuda por 900 MD y toma de deuda nueva por 1.700.

En cambio, según el Presupuesto 2013 – que es lo que vale - estaba previsto la amortización de pasivos por 36.500 MD y el pago de intereses por 10.800. A su vez, el cuadro de Resultado Financiero preveía operaciones de nuevo endeudamiento durante el ejercicio por 48.600 MD, por lo que el saldo de deuda aumentaría este año 12.100 MD.

Para el 2014 el nuevo presupuesto contempla amortizaciones por 44.300 MD y toma de nuevas deudas por 57.000 MD, es decir, 12.700 MD más. Y los intereses a pagar suben a 12.200 MD.

Estas cifras tampoco coinciden con las del último informe de Deuda Pública, que registran para el año que viene vencimientos de capital por 28.000 MD y pago de intereses por 6.900.

Según el informe del MECON la vida promedio de la Deuda Pública es de 9.2 años y la tasa de interés promedio ponderada es de 4.54 %.

  


     

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