DÓLAR
Y NUEVA DEUDA EXTERNA.
Por
Héctor GIULIANO
(29.5.2014).
Amigo y asesor de nuestro Foro Regional
(negrita son del Foro)
La
tríada oficialismo-partidocracia-medios ha instaurado un artificial
clima pre-electoral en la Argentina que sirve como distractivo de
importantes decisiones económico-financieras que están en curso por
parte de la administración Kirchner.
Pese
a la deliberada falta de informaciones oficiales al respecto, el
agravamiento de la crisis de Deuda que se manifiesta desde fines del
2013 y las consiguientes presiones del establishment financiero –
externo e interno – en pro de una política de re-endeudamiento
explican las medidas de emergencia de Enero pasado por un lado -
devaluación, aumento de las tasas de interés y acuerdo con los
grandes bancos – y la aceleración de la nueva política de Deuda
Externa por otro (Repsol, Holdouts, CIADI, Club de París, YPF,
Provincias y Estado Central).
El
propósito de esta nota es analizar el sentido de estas decisiones
gubernamentales que se vienen produciendo y cómo las mismas se están
ajustando en función de la nueva ola de endeudamiento del Estado.
La
clave de la rentabilidad del capital financiero está dada por el
arbitraje entre tipos de cambio y tasas de interés: con un valor del
dólar estabilizado (y preferentemente atrasado) el diferencial entre
tasas de interés locales e internacionales potencia las ganancias
especulativas de los capitales externos a corto y mediano plazo.
El
retraso cambiario existente en la Argentina hasta fines del año
pasado cubría esta condición financiera y ayudaba, a su vez, al
gobierno Kirchner en el pago de los servicios de la deuda externa.
Pero
el déficit fiscal creciente – derivado precisamente de los gastos
y distorsiones ocasionados por el sistema de la Deuda – y la
inflación por aumento de los precios internos fueron acentuando la
gravedad de esta crisis.
El
país perdió entonces los dos pilares fácticos del “modelo”:
los superávits gemelos, fiscal y externo.
El
monto de la Deuda Pública y el ritmo del endeudamiento del Estado
tuvieron un fuerte aumento en todos sus ámbitos: Nación,
Provincias, Municipios, Banco Central (BCRA), Empresas del Estado,
Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios y juicios contra el Estado
con sentencias en firme.
El
stock oficial de la Deuda del Estado Central, que después del
Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 era de unos 150.000 Millones de
Dólares (MD) es hoy de 213.000 MD (según la última información
disponible, al 30.9.2013), sin contar los intereses a pagar (unos
72.000 MD), los cupones PBI faltantes de pago (15.000 MD), la
capitalización de intereses y los ajustes de la deuda en pesos por
inflación (coeficiente CER), con lo que el monto total de la Deuda
se iría a más de 300.000 MD, sólo en cabeza del Gobierno Nacional.
La
crisis de la Deuda Argentina por iliquidez (falta de divisas) y por
insolvencia (falta de capacidad de repago) se agudiza con el doble
déficit – de Presupuesto y de Balanza de Pagos – y recibe un
golpe adicional con el cambio de política de la Reserva Federal de
los Estados Unidos (Fed), que reduce gradualmente las compras de
bonos del Tesoro norteamericano y amenaza ir subiendo las tasas de
interés estadounidenses y, por ende, también las internacionales.
Este
hecho provoca una salida generalizada de capitales especulativos de
los países en desarrollo (PED) – fundamentalmente de los llamados
“mercados emergentes” – hacia los grandes centros financieros
mundiales, con lo que estos países, para mantenerse dentro del
sistema financiero internacional, se ven forzados a devaluar sus
monedas y aumentar las tasas de interés de referencia (caso Brasil,
India, México y Sudáfrica, entre otros, ... y también la
Argentina).
Éste
sería, en realidad, el verdadero detonante que acelera la crisis de
la Deuda existente, ya agravada en nuestro país a raíz de la
pérdida de los superávits gemelos. Y eso motiva las decisiones
básicas de Enero:
- Macro-devaluación del peso (un 20 %) el 22.1, para compensar la ola devaluatoria en los PED - particularmente Brasil - y atenuar en parte la pérdida de competitividad de nuestras exportaciones para estimular las liquidaciones de divisas.
- Aumento de las Tasas de Interés, con duplicación de las tasas de referencia del BCRA (Badlar Bancos Privados, que es la que paga por las Lebac/Nobac), llevándolas en promedio del 15-16 % al 30 % anual.
- Favorecimiento de los Bancos y Entidades Financieras con ganancias extraordinarias por tenencia de moneda extranjera (que les significó a los bancos utilidades por unos 9.700 M$-Millones de Pesos).
El
traslado de la devaluación a los precios, el aumento del piso de las
tasas de interés del Mercado y la mayor ganancia de los bancos por
su tenencia de activos dolarizados y por el aumento las tasas de
letras y notas que les paga el BCRA tienen un fuerte efecto recesivo
que frena – al menos parcial y temporariamente – una corrida
masiva hacia el dólar, tratando de contener el paralelo en sus
distintas variantes (blue, Contado con Liqui, MEP-Bolsa, soja,
turista, atesoramiento).
El
alza de las tasas de interés para frenar las presiones sobre el
dólar – factores que desbordan el tipo de cambio oficial (8 $)
aumentando la brecha cambiaria - constituye una medida típica de
ajuste ortodoxo en materia económica y provoca, como efectivamente
está sucediendo, un efecto recesivo sobre el consumo.
Se
da así un fenómeno de estanflación – estancamiento con inflación
– porque el aumento de los precios no se detiene sino que sólo
tiende a desacelerarse parcialmente después de los fuertes adelantos
producidos antes y después de Enero.
Y
la actividad económica se retrae por efecto combinado de la
reducción del consumo – directamente vinculado con el aumento de
los precios y el desfase de los aumentos salariales – el aumento de
los costos de los productos importados y el aumento del costo del
crédito por alza de las tasas de interés.
Adoptadas
estas medidas financieras (a costa de la actividad económica) los
capitales bancarios y especulativos pasan a tener un mayor nivel de
rentabilidad, por dos vías concurrentes:
- Por la vía del arbitraje de monedas: las entidades financieras locales valorizaron sus ganancias por tenencia. Recién luego de la devaluación de Enero se toma la resolución del BCRA que fuerza a los bancos a vender sus activos en dólares excedentes del 30 % de su Patrimonio Neto, con lo cual se favoreció el nivel de esas ventas ya que las cotizaciones de referencia se fueron de 6.0-6.5 $/US$ a 8 $. Y los capitales externos, a su vez, verían facilitadas sus mayores ganancias en la plaza local por el diferencial de tasas de interés con tipo de cambio estable.
- Por la vía del aumento de las tasas de interés locales, derivadas del incremento de las tasas mayoristas del BCRA, que provocó obviamente un aumento generalizado del costo del crédito bancario, aumentó el subsidio a los fondos bancarios ociosos por aumento de las tasas pagadas con la captación de fondos por medio de las Lebac/Nobac y potenció las ganancias de los capitales especulativos externos para lucrar con el citado arbitraje entre tasas locales e internacionales bajo tipo de cambio estabilizado.
El
objetivo fáctico de esta maniobra gubernamental sería llegar a una
suerte de nueva “tablita cambiaria” que garantice una relación
estable o predecible entre tipo de cambio y ritmo inflacionario.
El
tipo de cambio de referencia podría ser el dólar “contado con
liquidación”, que es un tipo de cambio implícito que surge de la
compra-venta de títulos públicos que cotizan en el país y en el
exterior. Hoy este dólar está arriba de los 11 $ pero pudiera bajar
paulatinamente en la medida que el gobierno levante el “cepo
cambiario” y facilite la libre movilidad de capitales.
La
entrada de capitales financieros – atraídos por las altas tasas de
interés locales y la progresiva baja del dólar paralelo –
serviría a corto plazo para retomar la política de acumulación de
reservas por parte del BCRA, posiblemente reforzada con préstamos de
corto plazo de bancos centrales extranjeros (caso Banco de Francia y
BIS de Basilea) y/o Bancos de Inversión privados (caso oferta de
Goldman Sachs).
Con
un dólar estabilizado y un peso relativamente apreciado por efecto
de la inflación interna – es decir, con retraso cambiario - el
gobierno vería ayudada su capacidad de pago de los servicios de
deuda externa.
El
logro de una ecuación financiera de este tipo es un punto
fundamental para el gobierno a los fines de poder garantizar a los
acreedores externos el cumplimiento de los servicios de la deuda
existente y la toma de nueva deuda.
En
medio de la aceleración de los tiempos impuesta por la Banca
Internacional a la administración Kirchner para que deje arreglados
los frentes de conflicto del endeudamiento público durante la
“transición al 2015” este tema de una nueva tabla cambiaria
adquiere un papel esencial porque no hay cálculo económico ni
financiero para cualquier arreglo de pago de deuda externa que
resista sin una relación confiable de este tipo.
El
problema vale también para la actividad privada, no sólo por los
precios de productos importados en general sino – muy en especial –
por el valor de paridad de los precios de transferencia entre
compañías multinacionales, las inversiones económico-financieras,
la consiguiente remisión de utilidades y la toma de más deuda
externa por Empresas y Bancos.
Dada
su debilidad política, la administración Kirchner está jugando hoy
una carta muy peligrosa en las postrimerías de su gestión (el
grueso de cuyo peso tendrá que ser atendido por los futuros
gobiernos): embarcar al país en una nueva ola de endeudamiento
público sin capacidad de repago, después de haber traspasado el
grueso de la deuda impagable a organismos del propio Estado (ANSES,
BCRA, BNA, etc.) para privilegiar el pago de la deuda con terceros
(Acreedores Privados y Organismos Financieros Internacionales: FMI,
BIRF, BID y CAF).
Esto
significa haber utilizado la Deuda intra-Estado no como un posible
intento de liberación del problema estructural de la Deuda, esto es,
pagando cifras récord de la misma (aunque sin investigar su
legitimidad ni evaluar su capacidad de repago) pero no para no volver
a endeudarse jamás sino, por el contrario, usando esa deuda que
desfinanció totalmente al sector público como préstamo-puente para
volver a tomar deuda en el exterior.
Es
la paradoja - que tantas veces hemos señalado - de la Hoja de Ruta
Boudou: liquidar a cualquier costo el problema de los juicios contra
el Estado (Holdouts, reclamos ante el CIADI, Repsol) y llegar a un
nuevo arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París
para regresar al Mercado Internacional de Capitales, precisamente
para volver a endeudarse.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 29.5.2014
Archivo:
GIULIANO ARTICULO 2014 05 29 DÓLAR Y DE
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