viernes, 1 de agosto de 2014

El default y los argentinos

LOS ARGENTINOS Y EL DEFAULT
       SILVIO H. COPPOLA 

      Y llegó y pasó el 30 de julio de 2014. LaRepública Argentina no pudo pagar la deuda con el Fondo de Inversión NML o“fondo buitre” y en consecuencia cayó en el temido default o dicho en idioma nacional “cesación de pagos”. La justicia de los Estados Unidos, a donde hemos ido a caer después de cesiones varias de nuestra soberanía, por aquello del pari-passu o igualdad de posición entre los acreedores sin privilegio, impidió el pago a los acreedores aceptantes del Acuerdo de 2005 y 2010, una de cuyas cuotas vencía ayer mismo. Como nuestro desgobierno, reiteradamente manifestó que a los fondos buitres (hay varios más) no se les iba a pagar más cantidad que a los aceptantes de Dubai y en consecuencia se estaba en una posición que no llevaba a ninguna otra terminación que el famoso default , hasta la banca argentina y en un último y desesperado esfuerzo en el día de hoy, la extranjera, habría ofrecido cancelar la deuda con NML (¿y los otros fondos buitres, que eventualmente se presentarían unos tras otros?) y recibir en compensación bonos del gobierno. Sería el único modo en teoría, de poder salir del problema. Pero este salvavidas de plomo, tiene indudablemente dos obstáculos: el primero, significaría una maniobra desleal y de mala fe, para evitar con los acreedores aceptantes y per forming, la aplicación de la cláusula RUFO y el segundo, a la banca que pueda intervenir, de todas  formas se le debería cumplimentar lo pagado de urgencia y si antes la deuda salía en total un mil seiscientos cincuenta millones de dólares, ahora iba a salir mucho más, aunque se permutarse dinero por tiempo.


            Y el ciudadano argentino en la calle, asiste estupefacto a este clima de fin de los tiempos, bombardeado desde todos lados, sin saber dónde lograr protección. No en el gobierno por supuesto, pues no llega a entender lo que cotidianamente este explica y no encuentra el porqué del cataclismo. Mucho más escuchando o viendo por TV al ministro de Economía, con su fatuidad y petulancia habitual, gritando contra todos y aclarando que el gobierno no tiene la culpa de nada y que toda la responsabilidad la tienen, amén de los fondos buitres por supuesto, la justicia del imperio. Cabría recordar aquí las muchas culpabilidades locales que hay, al llevarnos a los argentinos al sitio en que nos encontramos. Donde contemporáneamente se dan cita el desequilibrio de la balanza comercial, el déficit fiscal y una inflación que pasa a estar entre las mayores del mundo, en carácter paulatinamente ascendente y sin techo a la vista. Si bien es cierto que la deuda externa y maléfica viene desde hace tiempo, no es cierto que el gobierno actual nos haya desendeudado, sino antes bien y a pesar de lo que dijo exultante la primera magistrada que pasó a llamarse pagadora serial (serían a sus dichos lo pagado ¡172.000 millones de dólares! en diez años), cada vez estamos más endeudados. Y la causa de estar litigando en el extranjero, viene sencillamente por las claudicaciones de casi todos los gobiernos desde Martínez de Hoz y especialmente por el del Innombrable con sus tratados y leyes de la década de 1990, que consintieron y avalaron muchos que actualmente están en el gobierno y muchos de los que transitan por una oposición que no es tal y que reunidos todos en la misma ensalada, se ubican en lo  que ha dado en llamarse el partido de la deuda.

            Para de alguna manera amortiguar la situación, desde los poderes del estado, donde opinan no sólo los integrantes de Economía, sino todos los que tienen voz, aunque no tengan voto, se afirma que este default es sólo técnico (?), porque afecta únicamente a los quinientos treinta y nueve millones de dólares de la cuota a los bonistas aceptantes, la que se encuentra depositada en Nueva York. Sea o no así, es de esperar que al hablar esta tarde, día 31, como se anuncia, la señora presidente seguramente creará otro tipo de default si no acepta el técnico.

            En cuanto a las consecuencias de este default , es indudable que seremos la “oveja descarriada” de las finanzas y del comercial internacional, aunque seguramente no pasible de una intervención militar como ha pasado en tantos países. Si bien la Doctrina Drago nos protege, no debemos de olvidar que el principal elemento del derecho internacional público y el más efectivo, es el uso de la fuerza, así que en  definitiva ya sea que la poseyéramos o no, podremos o no defender nuestra soberanía, nuestros derechos y en definitiva, nuestra propia existencia.

            Entre las principales de estas consecuencias se habla de que no podremos entrar al mercado internacional de capitales, que no habrá inversiones extranjeras, que habrá fuga de capitales, que se nos venderá solamente al contado, etc.etc.. O sea, todo más o menos como ahora, inclusive con inflación, desempleo y pobreza, también más o menos como ahora. Pero se supone todo incentivado. Pero quizás no hay mal que por bien no venga. Y tendremos a nuestro favor no pagar deudas que no estén suficientemente justificadas, para lo cual habrá que hacer por parte del organismo constitucional correspondiente, el estudio que se imponga, especificando claramente además, la capacidad de repago que se adune a la deudas que se reconozcan. Y con la verificación correspondiente, quedará entendido como lo dispone el derecho privado y con interpretación analógica, la suspensión de intereses desde el default que corresponda. Y si se llega a controlar a costa de lo que sea la inflación, seguramente como ya pasó en otras épocas, presidencias de Yrigoyen y de Perón, habrá trabajo para todos, lo que traerá el ahorro en dinero argentino, que podría llegar a ser una capitalización acelerada del estado. Y ya no estaríamos los desvalidos ciudadanos, más preocupados por el valor del dólar, que por la misma salud de la familia.

            Hace alrededor de diez años, estos temas en un ciclo que parece inextinguible, saltaban ya a la vista: En lo artículos que escribiera “El globalismo, el aislacionismo y la supervivencia” (23-XII-2003); “Las inversiones extranjeras. De Cagliostro al Innombrable. ¿Mito o realidad?” (5-II-2004; “Los acreedores privados. Los embargos y la justicia extranjera” (19-I-2004); “Los empréstitos como instrumentos de dominación imperialista” (11-XI-2003); “La generosidad de los jueces extranjeros o la candidez y desmemoria de los argentinos” (3-XI-2003); “La generosidad de los inversionistas y la inocencia argentina” (26-IX-2004”; “Esperando soluciones de afura” (5-I-2005); trataba sobre ellos y los doy aquí por repetidos brevitatis causae.

            Todo este tema de los empréstitos e inversiones que nos ha llevado al día de hoy al lugar donde estamos, ya fue tratado de manera importante y suficientemente explícita por Carlos D·Amico (1839-1917), siendo por demás ilustrativo lo que dice en su libro “Buenos  Aires, sus hombres, su política (1860-1890)”, escrito hacia 1890, ante una crisis similar a la actual. Parece la misma película y lo es, sólo con cambio de repertorio. Así afirma (Edición de Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1967) entre otras muchas cosas semejantes:
            Pág.159:  Para pagar el . . . . “ déficit anual la República tiene que echar mano de todos sus ahorros, y como estos no alcanzan, devuelve al extranjero todos los años el mismo oro que les ha tomado prestado, o le entrega papeles de comercio, o sus ferrocarriles, o sus tierras, y así va aumentando el déficit anual, hundiéndose cada vez más en esa situación financiera que la lleva a una crisis periódicamente”.
            Pág.160:  “Parece que la República Argentina no sintiera que se resbala en la pendiente rapidísima de su ruina y quizá de la pérdida de su independencia”.
            Pág.165:  Los argentinos “. . . . .volverán a las andadas, y cada cinco años tendrán una crisis cuyos peligros irán creciendo en proporción geométrica, hasta que llegue un día en que deban a los judíos de Londres y Frankfort todo el valor de sus tierras; en que los usureros del otro lado del mar sean dueños de todos sus ferrocarriles, de todos sus telégrafos, de todas sus grandes empresas, de todas sus cédulas, y de las cincuenta mil leguas que les  hayan vendido a vil precio. Cuando no tengan más bienes que entregar en pago empezarán por entregar las rentas de sus aduanas, seguirán con entregar la administración de todas sus rentas; permitirán, para garantir esa administración, la ocupación de su territorio, y concluirán por ver flotar sobre sus ciudades, en sus vastas llanuras, en sus caudalosos ríos, en sus altísimas montañas, la bandera del imperio que protege la libertad de Inglaterra, pero que ha esclavizado al mundo con la libra esterlina, cadena más fuerte y más segura que el grillo de acero más pesado que haya usado jamás ningún tirano”.
            Pág.168: “Todas las proclamas sobre las ventajas que el país reporta con la introducción de capitales extranjeros son mentiras calculadas para sacarle al argentino crédulo e indolente, hasta el último peso que le haya producido su tierra, como el suave movimiento de las alas del vampiro sirve para sacar hasta la última gota de sangre de su víctima dormida”.

             Como corolario y norma de conducta, podemos citar al Libro de los Proverbios de la Biblia, Capítulo 22, Versículo 7:“El rico se enseñoreará de los pobres; y el que toma prestado, siervo es del que empresta”.

LA PLATA, julio 31, 1630 hs.
SILVIO H. COPPOLA 
Miembro del Foro Regional
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FORO ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada
forodeudaexternalp@hotmail.com

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