lunes, 22 de abril de 2019

SEMBLANZA DE UN PATRIOTA Escribe Silvio Coppola


SEMBLANZA DE UN PATRIOTA
Escribe Silvio Coppola


Silvio Coppola en Plazoleta Alejandro Olmos en La Plata

El 24 de abril de 2000, moría un gran argentino. Que amaba a su patria y a su gente. Su grandeza no se midió nunca ni por sus riquezas ni por sus logros sociales. Su grandeza era mucho más que eso, porque entrañaba una simbiosis con los intereses de su pueblo. Y con el porvenir de su patria. Nos estamos refiriendo a Don Alejandro Olmos, a quien en este acto rendimos homenaje.


Él, como nuevo Quijote revivido, atacó en una fecha tan alejada como 1982, la silenciada y opresiva DEUDA EXTERNA. Arremetió con valor y tesón, contra esa cadena de ilicitudes que constituía y constituye, el condicionamiento mayor que soporta nuestro país, a cualquier posibilidad de desarrollo nacional y eliminación de la ignorancia y de la pobreza miserable, que estamos soportando actualmente los argentinos todos.

Él era humilde y sin recursos, pero tenía una causa. Una causa que pasó a tener verdaderamente carácter nacional. Logró en su momento que la Justicia, por primera vez en el mundo y poco después de su muerte, a raíz de su DENUNCIA y tras años de tramitación y seguimiento, declarara históricamente en singular fallo, que la DEUDA EXTERNA que se contrajera por las autoridades de facto entre 1976 y 1980 –origen y causa de todas las demás obligaciones- era y se puede decir que continúa siéndolo, ilegítima y fraudulenta. Así fue como el 13 de julio de ese mismo año 2000 de su muerte, el Juez Jorge Ballestero, a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nº 2 de la Capital Federal, en un meduloso y estudiado fallo, después de dieciocho años de extenuante tramitación, declarara que esa DEUDA contenía en su gestión y tramitación, más de cuatrocientos ilícitos, algunos de los cuales revestían decisivamente el carácter de delitos. Lamentablemente la acción contenciosa estaba prescripta, como en otras causas posteriores y sus antecedentes duermen el sueño de los años en el archivo de Tribunales y del Congreso Nacional, sin que se haya efectuado ninguna acción de resarcimiento, ni de castigo de los culpables, muchos de los cuales todavía se encuentran en la función pública contrayendo nuevas obligaciones, en detrimento incluso de nuestra existencia como nación.

Actualmente estamos soportando una de las peores crisis, incluso moral, que ha soportado nuestra patria desde que se hizo habitual, resolver problemas financieros, tomando préstamos sin medir las consecuencias. La Biblia asegura que “el que toma emprestado esclavo es de su acreedor”. En este momento tenemos que retomar las banderas que supo enarbolar Alejandro Olmos y oponernos con fuerza a esta oprobiosa servidumbre que se llama DEUDA EXTERNA, que de hecho se ha constituido en lamentable parte de nuestra existencia.

Por eso, es un compromiso no sólo con la Patria y con nuestro pueblo, sino también con verdaderos patriotas como Alejandro Olmos, que luchemos por sus ideales, que son los mismos que nuestros intereses como nación.

Que la bandera que un argentino supo enarbolar no caiga y que llegue al tope del mástil. Que podamos acabar con el cáncer que supone este endeudamiento perpetuo y que llevemos a la Argentina a un futuro promisorio, sin miseria, sin pobreza y sin subordinaciones vergonzosas, que atacan incluso nuestra soberanía como estado independiente.

¡¡¡Gracias por todo Don Alejandro!!! Con hombres así se hace la Patria.





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