SEMBLANZA
DE UN PATRIOTA
Escribe Silvio Coppola
Silvio Coppola en Plazoleta Alejandro Olmos en La Plata
El 24 de
abril de 2000, moría un gran argentino. Que amaba a su patria y a su
gente. Su grandeza no se midió nunca ni por sus riquezas ni por sus
logros sociales. Su grandeza era mucho más que eso, porque
entrañaba una simbiosis con los intereses de su pueblo. Y con el
porvenir de su patria. Nos estamos refiriendo a Don Alejandro Olmos,
a quien en este acto rendimos homenaje.
Él, como
nuevo Quijote revivido, atacó en una fecha tan alejada como 1982, la
silenciada y opresiva DEUDA EXTERNA. Arremetió con valor y tesón,
contra esa cadena de ilicitudes que constituía y constituye, el
condicionamiento mayor que soporta nuestro país, a cualquier
posibilidad de desarrollo nacional y eliminación de la ignorancia y
de la pobreza miserable, que estamos soportando actualmente los
argentinos todos.
Él era
humilde y sin recursos, pero tenía una causa. Una causa que pasó a
tener verdaderamente carácter nacional. Logró en su momento que la
Justicia, por primera vez en el mundo y poco después de su muerte, a
raíz de su DENUNCIA y tras años de tramitación y seguimiento,
declarara históricamente en singular fallo, que la DEUDA EXTERNA que
se contrajera por las autoridades de facto entre 1976 y 1980 –origen
y causa de todas las demás obligaciones- era y se puede decir que
continúa siéndolo, ilegítima y
fraudulenta. Así fue como el 13 de julio
de ese mismo año 2000 de su muerte, el Juez Jorge Ballestero, a
cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional nº 2 de la
Capital Federal, en un meduloso y estudiado fallo, después de
dieciocho años de extenuante tramitación, declarara que esa DEUDA
contenía en su gestión y tramitación, más de cuatrocientos
ilícitos, algunos de los cuales revestían decisivamente el carácter
de delitos. Lamentablemente la acción contenciosa estaba
prescripta, como en otras causas posteriores y sus antecedentes
duermen el sueño de los años en el archivo de Tribunales y del
Congreso Nacional, sin que se haya efectuado ninguna acción de
resarcimiento, ni de castigo de los culpables, muchos de los cuales
todavía se encuentran en la función pública contrayendo nuevas
obligaciones, en detrimento incluso de nuestra existencia como
nación.
Actualmente
estamos soportando una de las peores crisis, incluso moral, que ha
soportado nuestra patria desde que se hizo habitual, resolver
problemas financieros, tomando préstamos sin medir las
consecuencias. La Biblia asegura que “el
que toma emprestado esclavo es de su acreedor”.
En este momento tenemos que retomar las banderas que supo enarbolar
Alejandro Olmos y oponernos con fuerza a esta oprobiosa servidumbre
que se llama DEUDA EXTERNA, que de hecho se ha constituido en
lamentable parte de nuestra existencia.
Por eso, es
un compromiso no sólo con la Patria y con nuestro pueblo, sino
también con verdaderos patriotas como Alejandro Olmos, que luchemos
por sus ideales, que son los mismos que nuestros intereses como
nación.
Que
la bandera que un argentino supo enarbolar no caiga y que llegue al
tope del mástil. Que podamos acabar con el cáncer que supone este
endeudamiento perpetuo y que llevemos a la Argentina a un futuro
promisorio, sin miseria, sin pobreza y sin subordinaciones
vergonzosas, que atacan incluso nuestra soberanía como estado
independiente.
¡¡¡Gracias
por todo Don Alejandro!!! Con hombres así se hace la Patria.
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